El pequeño cantó durante 3 horas para pedir auxilio a Dios.
Mientras el criminal pedía un cuantioso rescate por el pequeño, este entonó una dulce melodía de góspel, aprendidos en la iglesia. Durante más de tres horas, el inocente niño no paró de alabar a dios y de llevar a la extenuación a su captor, que finalmente decidió devolverlo a su casa a cambio de no decirle anda a nadie sobre el suceso.
“Me abrió la puerta y me echó, me dijo que no se lo dijera a nadie y se fue” declaró el pequeño Willie.
A pesar de que ya circula un retrato robot por todo Atlanta, no se ha encontrado al captor.
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