La crisis actual en Ucrania y la guerra de sanciones subrayaron la dependencia de la UE de las importaciones de gas natural y de petróleo para abastecer el consumo interno.
© AFP Michal Cizek
La dependencia energética alarma a los gobiernos europeos tanto en el cuadro político como económico, por lo cual no se apresuran a imponer sanciones contra las empresas energéticas rusas porque no hay alternativas a corto plazo.
Según el reporte de la Universidad Anglia Ruskin (Reino Unido), ciertos países de Europa harán frente a una crisis energética en menos de un año y estarán obligados a mantener relaciones con Rusia en cuanto al suministro de hidrocarburos.
Según precisa el informe, Francia e Italia tienen reservas de gas y de carbón mineral para menos de un año. A Italia le falta también el petróleo. Reino Unido posee reservas de petróleo para 5,2 años, de carbón mineral para 4,5 años, y de gas para 3 años.
Otros países tienen mejor alternativa en forma de carbón mineral. Por ejemplo, Alemania tiene petróleo para menos de un año y gas para dos años, pero posee reservas enormes de carbón mineral: para más de 500 años. El carbón mineral también podría sostener a Bulgaria, que tiene reservas para 73 años, y Polonia, que las tiene para 34 años. En comparación, Rusia tiene reservas propias de petróleo para 50 años, de gas natural para 100 años y de carbón mineral para 500 años.
En total Rusia abastece la tercera parte de las exigencias de Europa en gas natural. Por el momento Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia, Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia y la Republica Checa dependen completamente de los suministros de gas ruso. Italia, Alemania, Hungría, Polonia, Turquía y Eslovenia tienen una dependencia parcial (del 25% al 55% del volumen total de importaciones). Los países menos dependientes son Francia, Bélgica y los Países Bajos, donde el gas ruso en la estructura energética no sobrepasa el 10%.
En cuanto al petróleo, Rusia provee hasta el 40% de las exigencias de la UE. Los mayores importadores del petróleo ruso son Alemania, Polonia, Países Bajos e Italia y en menor medida Francia y Finlandia.
El desarrollo de la crisis ucraniana aumentó la tensión política entre Rusia y la UE. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en la cumbre de los países europeos el 21 de marzo de 2014 anunció una “señal directa de que la UE aceleraba la disminución de su dependencia energética, particularmente de Rusia”. El ministro de finanzas de Rusia, Antón Siluanov, el 14 de abril le respondió que “el futuro del suministro de hidrocarburos rusos estaba en el este” y que “las mayores compañías ya reorientaban sus suministros”.
Como informa el periódico ruso ‘Vedomosti’, las discusiones sobre este tema todavía tienen un carácter retórico: no solo Europa necesitará algunos años para encontrar proveedores alternativos dados los volúmenes requeridos, Rusia no está interesada en la disminución de sus ingresos provenientes del mercado europeo.
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