Los precursores inmediatos de los despiadados guerreros que atemorizaron Europa no escatimaban en gastos a la hora de adornarse con joyería, así parece demostrarlo el hallazgo de numerosos objetos preciosos en un asentamiento pre-vikingo en medio de la península de Ørland, Noruega.
Cuenta de vidrio azul desenterrada en el yacimiento.
La aldea de 1.500 años de antigüedad fue descubierta por arqueólogos que investigaban el sitio como tarea previa al establecimiento de una base área militar en el área de 9 hectáreas —que alojará una flota de 52 nuevos cazas F-35—. Tanto como ahora, el sitio fue considerado un sitio estratégico importante.
«Era un área resguardada a lo largo de la ruta costera; y la entrada de Trondheim Fjord, un enlace vital a Suecia y las regiones interiores de Noruega», dijo la Dra. Ingrid Ystgaard, directora del proyecto y arqueóloga de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. Synne H. Rostad opera un colador para filtrar pequeños huesos y objetos en la tierra. Además,
Ystgaard agregó que el sitio es único dada la cantidad de huesos de animales, principalmente peces y aves, que han sido preservados en el muladar del yacimiento. A diferencia de otros suelos noruegos, el del yacimiento no es ácido, por lo que los huesos y demás materias orgánicas lograron conservarse en una condición relativamente buena.
Algo poco común ya que en la mayoría de ocasiones solo se hallan elementos de cerámica y metal. «El yacimiento nos deparó varias sorpresas», declara la arqueóloga en el comunicado de prensa. «Una de ellas fue una delicada cuenta de vidrio azul y otras de ámbar». También se desenterraron los restos de un vaso de cristal verde característico del Valle del Rin en Alemania. De acuerdo a los expertos, esto indica que los antiguos residentes no tenían reparo en mostrar su buena posición social, y poseían la suficiente riqueza para comerciar por chucherías y mostrarlas en público como símbolo de buen pasar.
El sitio de 9 hectáreas contiene al menos tres edificios. Dos enormes casas largas (casas comunales) de 40×30 metros conectadas por un edificio menor, formando una suerte de U. FOTO:
Marcas dejadas en el suelo por una de las casas. Ystgaard dijo que su equipo espera encontrar tumbas y un puerto con varaderos y cobertizos en la periferia del sitio arqueológico. «Hubo un montón de actividad aquí, ahora nuestro trabajo es saber lo que sucedió en el pasado y cómo vivía la gente. Descubrimos nuevas cosas todos los días, es sorprendente».
Hace cerca de 2.000 años atrás, la península de Ørland se estaba recuperando del último periodo glacial, y la tierra estaba a un nivel inferior debido al peso del hielo. Como resultado, se formó una bahía que desde entonces se ha elevado hasta ser tierra seca hoy en día. La arqueóloga Ingrid Ystgaard sosteniendo parte de la cristalería hallada durante la excavación.
Los investigadores locales siempre han sospechado que la resguardada bahía y sus campos fértiles eran un lugar ideal para encontrar un asentamiento de sus antepasados y, por ende, un potencial y rico sitio arqueológico. Sin embargo, no fue hasta que la Fuerza Aérea de Noruega decidió ampliar sus dominios y aeropuerto que los arqueólogos encontraron el pretexto ideal.
Antes que una construcción de este tipo comience, la ley de la nación nórdica establece que debe hacerse una estudio arqueológico preliminar del área. Más de 20 arqueólogos y trabajadores excavarán y estudiarán el sitio durante 40 semanas. El presupuesto para el proyecto es de 41 millones de coronas noruegas (u$s 4.6 millones), aunque no incluye la maquinaria para los trabajos.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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