Mientras que con sus islas artificiales Chinaimpulsa una lucha por el control de los mares de Asia, Japón, otra superpotencia regional, amplía para uso militar un atolón en el mar de Filipinas.
En ese contexto, Tokio prepara una 'sorpresa' para Pekín, al ampliar también para uso militar un pequeño atolón en el mar de Filipinas, según 'Financial Times'.
China, cuyas islas artificiales fácilmente podrían ser patentadas como la manera de proteger las reivindicaciones territoriales en las aguas en disputa, afronta una 'contraofensiva' japonesa, que utiliza las mismas 'armas' ―la extensión artificial del territorio pretendido en el mar de la China Oriental― el 'mar en disputa'.
El lugar del contrataque japonés es la isla llamada Okinotorishima, un remoto y deshabitado atolón de coral y escenario de frecuentes tormentas en el mar de Filipinas. Japón considera el atolón como su punto más sureño, mientras que China afirma que no es una isla, sino una roca.
Actualmente este arrecife de coral tiende a desaparecer debido al cambio climático, y es visualizado en el mar con mucha menor frecuencia. Tokio está tratando de 'revivir' Okinotorishime de manera artificial.
Los japoneses han utilizado la idea china, pero a su manera hacen crecer los corales sobre placas de hierro en el Instituto de investigación de aguas profundas, que se encuentra en la isla japonesa de Kume y dentro de un año los trasladarán a Okinotorishime.
En el caso de un posible conflicto bélico entre Estados Unidos y Japón por un lado, y China por el otro, la remota isla de Okinotorishima puede ser un sitio estratégico muy importante en las batallas navales. No es casual que Pekín sospeche que Japón, su antiguo rival, está dispuesto a montar una base allí.
Además, Okinotorishima se encuentra en la zona de las habituales rutas de submarinos nucleares chinos en el océano Pacífico.
Fuente: Financial Times
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