Todos hemos escuchado hablar del calendario maya, pero ¿realmente sabemos lo que es?
¿Quiénes fueron los verdaderos creadores de este magnífico reloj de piedra?
¿Para qué necesitaban calcular el tiempo a tan gran escala?
¿Seríamos capaces hoy en día de crear algo de tal precisión, con los medios de los que disponemos actualmente?
Si tan sólo pudiéramos abrir una ventana y asomarnos hacia esa época para poder responder a todas éstas y más preguntas que se nos puedan presentar.. pero de momento sólo nos cabe imaginar.
Y sacar conclusiones del legado que nos ha dejado esta extraordinaria cultura.
La creación del calendario maya se hace en base a los movimientos de los cuerpos celestes.
Siguiendo así los ciclos de la Luna, el Sol y Venus sobretodo.
El conteo del calendario se inició a partir del día cero, que en nuestro calendario se correspondería al 13 de agosto del 3114 a.C, iniciando así una estructuración de todos los días que se comprenden entre esta fecha, hasta el 21 de diciembre de 2012.
Cabe destacar que el calendario maya se divide en tres maneras diferentes de contar el tiempo: el calendario sagrado (260 días), el solar (365 días) y la cuenta larga.
Pero antes de explicar cada tipo de calendario, entenderemos cada ciclo de los mayas, y de cuantos días están formados:
baktún
(20 katunes)
[144000 días]
katún
(20 tunes)
[7200 días]
tun
(18 uinales)
[360 días]
uinal
(20 kines)
[20 días]
kin
[1 día]
Éste está formado por ciclos de 260 días. Su nombre maya significa “el orden de los días”, Tzol= cuenta y Kin= día.
Tenía una función religiosa, ya que servía para poner fecha a actos ceremoniales de la cultura maya.
Pero también se usaba para calcular el período de las lluvias, saber cuales eran los momentos más propicios para cazar y pescar, e incluso para predecir el futuro de las personas según la fecha de su nacimiento.
Cada ciclo sagrado estaba dividido por 20 meses que tenían una duración de 13 días. Y cada día de estos ciclos poseía el nombre de una deidad.
Cada 20 días de este ciclo, se iba repitiendo el orden de las deidades. Las deideades que se iban repitiendo cada 20 días cada día son las siguientes:
Las deidades que poseían los días marcaban el destino de aquel que había nacido bajo esta fecha, y de la misma manera marcaban un rumbo en el universo.
Cada rumbo tenía un color: Este-rojo, Oeste-negro, Norte-blanco y Sur-amarillo.
Calendario solar (o Haab):
Como su nombre indica, Haab es el calendario que calcula el tiempo del recorrido que hace la Tierra alrededor del Sol. Divide los 365 días del año en 18 meses (Winal), de 20 días cada uno. Los 5 días restantes (Wayeb) se consideraban de mal agüero, y les asignaban un carácter estrictamente vacacional.
Cada día del mes se ennumeraba del 0 al 9, junto a la representación del glifo correspondiente según el Winal. Excepto los 5 días pertenecientes al Wayeb, solamente representados con los números del 0 al 4. A continuación se muestran los dioses que rigen los meses del calendario Haab:
Este calendario marcaba fechas de ritos ceremoniales, así como acontecimientos comunitarios. Es por eso que también se le conoce como calendario civil.
Una vez explicados los dos primeros calendarios, cabría mencionar la rueda calendárica. Ésta tiene un ciclo de 52 años (es decir, 18.980 días), y consiste en combinar de forma simultánea los calendarios de Tzolkin y Haab.
Calendario de cuenta larga:
Este calendario tiene un ciclo de 13 baktunes. Cada baktún tiene una duración de 144.000 días.
Como se ha comentado anteriormente, el inicio de esta cuenta se encuentra en el 13 de agosto de 3114 a.C., finalizando 5126 años más tarde, por lo tanto, el 21 de diciembre de 2012.
Se hace raro pensar que un ser humano, que tiene una media de vida de unos 80 años, pueda calcular, incluso interesarse, por unos ciclos tan extensos de tiempo, como pueden ser 5126 años.
¿Qué pasa cuando se termina un ciclo del calendario
sagrado? ¿Se acabará el mundo, como muchos afirman?
¿O será más quizás un cambio significativo a nivel cosmológico?
Es interesante plantearse todas estas cuestiones, ya que una civilización capaz de crear un calendario tan minucioso, y tan complejo a la vez, no se dedicaría a calcular tales ciclos por mero capricho.
Algo está escrito.
Algo está calculado para que suceda. Pero no sabemos el qué, porque nos falta esa sabiduría ancestral y olvidada.
22 septiembre, 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario