viernes, 5 de octubre de 2018

Monumentos Templarios

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Tomar fue la ciudad de los Caballeros Templarios que después pasaron a ser los Caballeros de la Orden de Cristo en Portugal. 

Originalmente el rey Alfonso I cedió el castillo de Ceres en 1159 a la Orden del Temple; un año más tarde el gran maestre Gualdim Pais dio la orden de construir el castillo de Tomar. 

Después que la Orden del Temple fue suprimida, se fundó la Orden de Cristo en 1314. 

Esta nueva orden fue muy activa en las expediciones marítimas y como señal de tal presentaban la Cruz de Cristo en las velas de sus naves; la misma que adornaba las tres caravelas con que Cristóbal Colón llegó a las Américas.

Mezquita de la Roca, también llamada cúpula de la Roca, es un santuario musulmán de planta centralizada que ocupa el mismo suelo que el antiguo templo de Salomón (destruido por los romanos en el año 90) en Jerusalén, situado sobre la roca donde Abraham ofreció el sacrificio de Isaac.





 La fe islámica también ubica en este montículo el lugar desde el que Mahoma ascendió a los cielos para recibir los mandatos divinos. El califa Omar ordenó erigir esta mezquita después de la toma de Jerusalén en el año 635.

El primer edificio era de madera y yeso y se demolió para comenzar hacia el 690 una construcción mucho mayor, la mezquita de Aqsa. El terremoto del año 746 destruyó el segundo templo, que fue reconstruido integrado en un conjunto religioso de peregrinación. 

A su vez, todos estos edificios sufrieron nuevas transformaciones durante las Cruzadas (estuvieron en manos de los templarios) y fueron definitivamente restaurados por el sultán Saladino I después de su conquista de Jerusalén.

El castillo de Caravaca, está construido sobre un cerro desde el que se domina toda la ciudad. En el se distinguen dos partes claramente diferenciadas: la zona amurallada, obra del siglo XV sobre otra anterior y el Santuario propiamente dicho. 

La fortaleza consta de 14 torreones entre los cuales cabe destacar la torre del homenaje, restaurada en el siglo XV por D. Juan Chacón, y la ermita de Santa María del Castillo, la edificación de carácter religioso más antigua de la ciudad. En la Edad Media diversas construcciones ocupaban el patio de armas, hoy ya no existen y el recinto amurallado se puede contemplar en toda su pureza. 

El castillo, junto con la villa, fue de la Orden del Temple en el siglo XIII, aunque quedan pocos testimonios de ese período. No ocurre así con la Orden de Santiago, posterior poseedora de la fortaleza y cuyo escudo aparece sobre la puerta principal de la misma.


Cehegín, su castillo perteneció a los templarios y fue posteriormente destruido por los franceses en la guerra de la Independencia española.

En Hondarribia, el castillo templario de San Telmo: situado en un acantilado junto al Cabo de Higuer para defender la entrada del Bidasoa de los ataques corsarios.


Aracena

Castillo y ruinas: El Castillo de Aracena, erigido en el siglo XIII sobre una antigua fortaleza musulmana es, según algunos estudiosos, de probable vinculación templaria aunque también parece haber sido de los Caballeros de la Orden de Santiago.

Iglesia Prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolor: Es la parroquia más antigua de Aracena construida en las ruinas del castillo entre los siglos XIII y XV, de estilo gótico.


Benavente, se encuentran las iglesias románicas templarias San Juan del Mercado, del siglo XII, y Santa María del Azogue, que conserva unas notables esculturas.


Almansa,en el siglo XIII pasó a estar bajo la orden de los caballeros templarios, y se incorpora a la Corona de Castilla a principios del siglo XIV. 

Sin duda sobre fortificaciones anteriores, levantó don Juan Manuel su fortaleza en el siglo XIV. Así lo indican algunos documentos publicados por Aurelio Pretel. 

En uno de ellos, el 1338, sobre el aprovechamiento de aguas de Alpera, se establecen varias penas que, en todo o en parte se habían de destinar para el castillo de Almansa. 





Después en 1346, cuando don Juan Manuel hace merced al concejo de Almansa de tierras de riego de su posesión y del agua que le correspondía.


El de Peñíscola es un castillo de origen templario, situado en la población del mismo nombre, en la comarca castellonense del Bajo Maestrazgo. 

Su origen se remonta a 1294, año en que la Orden del Temple incorporó a sus dominios Peñíscola y su distrito territorial. A partir de dicha fecha y hasta 1307 tuvo lugar la construcción del castillo actual sobre los restos de la alcazaba árabe. 

Las obras fueron promovidas por Berenguer de Cardona, Maestre de la Orden en Aragón y Cataluña, y por Arnau de Banyuls, Gobernador de Peñíscola. 

Con la desaparición del Temple en 1319, el castillo se incorporaría a la Orden de Santa María de Montesa, recientemente creada. En 1329, Peñíscola encabeza una petición y consigue que en su castillo se cree el Priorato de San Jaime.


El alcázar o castillo de Olivenza conserva gruesas murallas del siglo XIV, sin almenas. Las torres conservan sus matacanes. 

La torre del homenaje, construida por orden de Juan II de Portugal mide 36 m de longitud y 18 m de lado, y tiene tres pisos, de los que destaca la decoración del último. Se accede a ella por diecisiete rampas con cubierta de bóveda. 

La puerta de Alconchel y la puerta de los Ángeles, están enmarcadas por dos torreones circulares y presenta un vano de medio punto abovedado; no aparecen elementos decorativos. 

Está protegido por el decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. Cierra la ciudadela medieval las puertas del Duque de Cadaval y la de San Sebastíán, reconstruída en 2006.

El hoy llamado castillo templario se emplaza en lo que en origen fue un castro celta, en una posición similar a la de otros del Bierzo, y que durante toda la Edad Media sería la “puebla” fortificada de Ponferrada.

En 1196, ante el ataque de Alfonso VIII de Castilla, el rey de León, Alfonso IX reforzó su presencia en la zona con la “puebla” de Ponferrada. En 1211 Alfonso IX, tras hacer las paces con la Orden del Temple les dona la villa de Ponferrada. 

En 1226 los templarios ya habían fortificado la villa. Durante el reinado de Fernando IV se produjo en Francia el juicio contra los templarios, que ocasionó la disolución de la Orden. Para evitar la consiguiente confiscación de Ponferrada, el maestre castellano del Temple, Rodrigo Yánez, entregó la villa al infante don Felipe, hermano del rey.

En 1340, Alfonso XI donó Ponferrada a Pedro Fernández de Castro, su mayordomo mayor, quien seguramente comenzó la construcción del llamado castillo viejo de Ponferrada. Ponferrada y su castillo continuaron en poder de la rama gallega de los Castro hasta 1374. A partir de ese año permaneció en poder de diversos y sucesivos miembros de la familia real.

En 1440, Ponferrada pasó a Pedro Álvarez Osorio, primer conde de Lemos, que venía reclamándolo desde hacía tiempo. Fue este importante personaje gallego del siglo XV quien realizó las grandes obras que configuran la actual fortaleza de Ponferrada, que comprende: un castillo, el llamado Castillo Viejo, un recinto amurallado con sus barreras y un palacio renacentista.

Tras diversas disputas y pleitos entre los herededos de Pedro Álvarez Osorio, Juana Osorio -la hija habida de su segundo matrimonio con María de Bazán- y Rodrigo Osorio, segundo Conde de Lemos -su nieto bastardo-, los Reyes Católicos adjudicaron Ponferrada a Juana Osorio. 

Rodrigo Osorio no acató la resolución y tras poner cerco a la fortaleza se apodero de ella en 1485, iniciando así una rebelión contra los reyes.

 La Corona reaccionó formando un importante ejército -600 lanzas y de cinco a seis mil peones- bajo la dirección del Almirante de Castilla con el fin de tomar todas las plazas y lugares del Bierzo que apoyaban al conde. 

Al no rendirse el éste, se emprendió un duro asedio con artillería a la fortaleza de Ponferrada, que fue tomada al asalto en el verano de 1486. 

Tras pasar Ponferrada a los Reyes Católicos -previamente al cerco de la fortaleza había comprado los derechos sobre la villa de Ponferrada a doña María de Bazán y sus hijos por 23 millones de maravedís-, se iniciaron obras de reparación y refuerzo de la fortaleza.

Templo de la Vera Cruz en Segovia, templo románico (de inicios del siglo XIII) con sencilla torre cuadrada y portadas austeras.





Su origen pudo ser templario, y llama la atención su enigmática estructura: forma poligonal, organizado en torno a un edículo central de dos pisos. El bajo semeja una cripta, en tanto que el alto es airoso, con un ara en el medio, decorado con arcos de inspiración árabe o visigótica.

El conjunto interior resulta sumamente misterioso.


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