En 1923, Waldemar Julsrud, comerciante de origen alemán, y Fray José María Martínez descubrieron el emplazamiento arqueológico de Chupicuaro, de la época preclásica, que contenía vasos, tazones y figuras de la cultura india más antigua conocida con el nombre del sitio, con una antigüedad de 1.00 a.C (anterior a los indios Tarascos, la cultura india más antigua conocida en aquella época).
En julio de 1944, Waldemar Julsrud, en Acambaro, México, encontró en una zanja cerca de la colina del toro, una figura de terracota semi enterrada, que sobresalía del suelo. De testigo figura un empleado suyo Odilon Tinajero. Waldemar le ofrece 1 peso por cada figura completa que desentierre.
Las figuritas fueron descubiertas por grupos de entre 20 y 40 en el interior de pozos a una profundidad entre1,20- 1,80 metros.
Más de 33.500 objetos se encontraron.
Los había mayoritariamente de cerámica, piedra, jade y obsidiana.
Las figuritas encontradas representan a Dinosaurios, animales desconocidos, reptiles, monos, Dioses desconocidos,pipas, instrumentos de música, etc…
En 1945, Carlos Perea, responsable arqueológico de la región de Acambaro para el Museo de antropología de Méjico, dirige varias excavaciones en la zona para el Museo Nacional y el Museo Americano de Historia Natural, durante las cuales también se encontraron figuras de dinosaurios.
En 1952, el arqueólogo americano Charles C. Di Peso acude a Acambaro, según la bibliografia los da al principio los da como buenos, pero en su artículo de abril de 1953 de American Antiquity,las titula como fraude, por que durante una excavación con Tinajero observó que la tierra había sido removida antes, concluyendo que los artefactos fueron colocados primero para volver a ser descubiertos en su presencia.
Di Peso, también examina algunas de las 32.000 piezas, y las titula como fraude por no tener residuos de tierra.
En 1954, el Dr. Eduardo Noguerain a instancias del gobierno mejicano explora en otro emplazamiento cercano, en donde otras figuras son halladas.
Concluyen a la autenticidad del emplazamiento, pero las titulan como fraudes por haber representaciones de dinosaurios.
En 1955, Charles Hapgoog (profesor de historia y antropología en la Universidad de New Hampshire), Explora en Acambaro la existencia de la figuras, fija los emplazamientos y dirige las excavaciones..
En 1972, Arthur Young entrega otras muestras al laboratorio de la Universidad de Pensilvania para ser datadas por termoluminiscencia, el resultado son de 2500 a.C.
En 1990, un arqueólogo independiente, Neal Steddy, excava en un emplazamiento alejado del de Julsrud.
Encontró unos cascos, pero ninguna figura. Las pruebas del carbono14 les atribuye una antigüedad de entre 4.000 y 1.500 años.
Por una parte la historia cuenta que los dinosaurios no coexistieron con el Homo sapiens, por otro la similitud con las piedras de Ica, por otra parte la datación de los vestigios de media en el 2.500 a.C, por otro el mal saber hacer de Julsrud en la recuperación Arqueológica de las figuras, también, y según la bibliografía, los celos profesionales de algunos de los arqueólogos investigadores, hacen de este enigma unos de los culebrones mas enredados de la historia.
Referencias:
http://www.ldi5.com
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