El sitio, que también se conoce como “Ciudad Blanca”, ha sido objeto de una leyenda después de que la ciudad no pudiera rastrearse.
El relato de esta ciudad perdida se origina en los cuentos de todo tipo de exploradores, quienes cuentan cómo entre la densa maleza se erigían murallas de color blanco..
Charles Lindbergh pudo comprobarlo cuando, al sobrevolar la región en la década de los años 20 del siglo pasado, logró avistar este sitio.
Por otro lado, existen relatos indígenas que indican que ellos tenían un refugio en una “casa blanca” donde se resguardaban y ocultaban de los españoles.
Esto llevó a que desde el siglo pasado existieran expediciones cuyo único fin fuera encontrar este sitio.
El esfuerzo rindió frutos cuando el explorador Theodore Morde, en 1940 localizó el lugar en la región de La Mosquitia, donde se encontraba una estatua gigante de un Dios Mono, dándole el mítico nombre a la ciudad perdida.
No obstante, Morde jamás reveló la ubicación para evitar los saqueos y tiempo después se suicidó.
En 2012, la Ciudad Blanca fue encontrada por un equipo de científicos, según reportó National Geographic, y creen que en realidad se trata de una serie de asentamientos de una civilización perdida.
Si bien la investigación sobre dicha cultura aún está en desarrollo, lo que quedó muy claro ante la llegada de los científicos al lugar fueron los animales que los rodeaban.
La mayoría de los animales parecían no haber visto a un ser humano, puesto que no huían y los observaban con curiosidad.
En Honduras se encuentra una de las selvas más vírgenes en el planeta, que actualmente se ve en peligro por la deforestación y el crecimiento de los terrenos para la ganadería.
En un hábitat tan prístino fue posible encontrar una serie de especies animales que se creían extintas o que actualmente siguen en grave peligro de extinción.
La investigación y el hallazgo se realizó de la mano con Conservation International y el Gobierno de Honduras, quienes comenzaron un estudio de la vida silvestre y las especies que pueden encontrarse en esta región del país.
Las especies redescubiertas:
Encontraron 183 especies de plantas, 246 especies de mariposas y polillas, de las cuales 15 son nuevas para Honduras.
Del mismo modo, allí se redescubrió al escarabajo tigre, Odontochila nicaraguense, que se creía extinto y endémico de Nicaragua.
198 especies de aves. En cuanto a los anfibios y los reptiles, se registraron 22 y 35 especies, respectivamente.
Entre ellas hay algunos animales que no se habían avistado en Honduras y la región de Centroamérica desde 1965 como el Falso coralillo, Rhinobothryum bovallii.
Además, se cree que encontraron una nueva especie de pez, apodado “molly”, pues no coincide con ningún otro grupo taxonómico hasta el momento.
Por otro lado, se menciona que el hábitat marino se encuentra libre de especies invasoras como la tilapia, que se suele encontrar en otros ríos de Honduras.
Por último se registraron 30 mamíferos medianos y grandes, cuya densidad indica que la caza es casi nula, lo cual se presenta como una oportunidad para que animales carnívoros más grandes, como las panteras o el ocelote, tengan disponibilidad de presas.
Conservación y protección del lugar
La ubicación del sitio arqueológico y de la Ciudad Perdida del Dios Mono se han mantenido en secreto como parte de un esfuerzo de conservar intacto el lugar, así como para evitar los saqueos.
Así como ésta ciudad sirvió de refugio para los indígenas durante la conquista europea, actualmente se ha convertido en un refugio en el que especies que creíamos extintas pueden florecer lejos de la influencia humana y de los estragos que solemos provocar en la naturaleza.
https://www.ufo-spain.com/2020/08/10/ciudad-perdida-dios-mono-animales-extintos-reaparecen/
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