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El 30 de noviembre de 1896, dos jóvenes iban en bicicleta a lo largo de la Isla Anastasia, cerca de San Agustín en la costa atlántica de Florida, EE.UU., cuando vieron un enorme cadáver medio enterrado en la arena, aparentemente procedente del mar. Lo primero pensaron fue que era una ballena e informaron de su descubrimiento al médico local, el Dr. DeWitt Webb. El Dr. Webb examinó el cadáver al día siguiente y descubrió que no era una ballena. Pero tampoco fue capaz de identificar la masa de carne muy descompuesta.
No había ningún rasgo definitorio, ni huesos, ni ojos, ni tampoco apéndices. Únicamente la carcasa era de un color rosa muy pálido, casi blanco y tenía una consistencia gomosa. Después de muchas horas de examen, el Dr. Webb conjeturó que el cadáver era el de un pulpo gigante.
En febrero del año siguiente, apenas dos meses después del descubrimiento, la criatura tenía un nombre: Octopus giganteus. Incluso un análisis realizado en la década de 1970 confirmó que el monstruo marino de San Agustín era un enorme pulpo nunca visto antes de 60 metros. Sin embargo, en 1995 algunos investigadores concluyeron que la masa eran los restos de piel de ballena. Sea como fuere, resulta que cadáveres similares al monstruo de San Agustín han llegado a la costa en playas de todo el mundo. Se les llama globsters.
A menudo se encuentran sin características definitorias, estos bultos de carne deformados han intrigado a las personas durante siglos y pueden haber reforzado las historias y leyendas de monstruos marinos gigantes y temibles que los marineros han contado durante miles de años. Y ahora, un nuevo globster ha aparecido en una playa de Gales.
El globster de Gales
Una misteriosa bestia marina que pesa cuatro toneladas, de más de 7 metros de largo y sin cabeza ha aparecido en la costa galesa. La criatura fue hallada en la playa Broad Haven South, Pembrokeshire, Gales, la semana pasada e informado y al Programa de Investigación de Varamientos de Cetáceos del Reino Unido (CSIP). Las fotografías tomadas en el lugar parecen mostrar los restos como una cáscara gris con elementos en forma de hueso que surgen a través de partes del cadáver.
No hay características obvias de la biología de la criatura que sean identificables, sin cabeza ni extremidades aparentes. Pero Matthew Westfield, el coordinador de varamientos del CSIP de Gales, pudo identificar una columna que medía unos siete metros de largo. Los expertos aún no han sido capaces de identificar los restos, que ya habían comenzado a descomponerse, y desde entonces se han enviado muestras para su análisis.
“Es muy difícil decir con certeza qué es porque está muy descompuesto”, dijo Westfield a WalesOnline. “Murió en el mar y había estado muerto durante un tiempo antes de llegar a la playa, por lo que habría llegado con una de las mareas altas. Básicamente, todo el elemento de la cabeza estaba descompuesto o faltaba o apuntaba en la dirección incorrecta. “No pudimos decir: ‘bien, ahí está el elemento principal’, por lo que sospechamos que podría haber sido más largo.”
Al explicar cómo le habían comunicado el descubrimiento, Westfield explicó que básicamente recibió un informe de una mancha, una cosa enorme que apareció en una playa. Y la mujer que lo informó había investigado un poco y dijo que se parecía a un tiburón peregrino.
“Bueno, según las imágenes, inicialmente no lo pensamos debido a su tamaño y porque es raro que aparezcan tiburones peregrinos en las playas de Gales”, continuó explicando el coordinador de varamientos del CSIP. “Así que inicialmente pensamos que iba a ser una ballena, pero cuando llegamos allí y le hicimos un examen, quedó claro que definitivamente no lo era.
La pista inicial fue el olor a pescado podrido. Los peces en descomposición huelen diferente a las ballenas en descomposición. Luego nos acercamos y echamos un vistazo a la estructura ósea que indicaba que definitivamente no era una ballena y que era una especie de pez.”
Westfield ahora ha cambiado de opinión y cree que los restos son de un tiburón peregrino, pero aún no está seguro y tampoco se sabrá las causas de su muerte.
“No podríamos decir el 100 por cien porque podría haber otras especies, incluso el tiburón ballena, que en realidad es un poco más grande, pero podría haber sido un juvenil. Hemos tomado fotografías, hemos tomado un par de muestras y las hemos enviado al Museo de Historia Natural y a algunos de los equipos de especialistas allí, junto con el Zoológico de Londres.
Solo tenemos que esperar y ver qué pasa. Es completamente imposible decir cuál fue la causa de la muerte. Podría ser cualquier cosa, desde su edad, hasta la captura incidental, hasta lesiones o cualquier otra cosa”, concluyó Westfield.
Los restos ahora deben ser enterrados, retirados de la playa en trozos o dejar que la naturaleza siga su curso. Pero no todo el mundo está de acuerdo con la explicación ofrecida por el Programa de Investigación de Varamientos de Cetáceos de Gales. Algunos expertos en la materia dicen que los llamados globsters se han asociado con fuertes terremotos. Por ejemplo, en Filipinas varios globsters aparecieron en las costas del país antes del terremoto de Surigao de 2017.
También hay que decir que estas enormes masas de grasa en descomposición no son las únicas criaturas que se han relacionado con los terremotos. Varios peces remo, peces grandes que viven a 900 metros de profundidad, llegaron a las playas de Filipinas aproximadamente un mes antes del terremoto de febrero de 2017. Algunos galeses temen que el globster actual sea un presagio de una destrucción sísmica inminente. Y visto lo que esta ocurriendo en todo el mundo, como los tres fuertes terremotos que obligaron a emitir dos alertas de tsunami en Nueva Zelanda y las erupciones de los volcanes Etna (Italia) y Sinabung (Indonesia), todo es posible.
¿Qué es el globster de Gales? ¿Una señal de catástrofe sísmica inminente?
Por MEP
Publicado el 06/03/2021
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