Quizá el término Igigi no te suene familiar.
Pero… ¿quiénes eran? y ¿qué tienen que ver con los Anunnaki? y más aún… ¿qué tiene que ver su rebelíon con la creación del ser humano? Según la mitología, los Igigi eran “dioses” más jóvenes y sirvieron en su momento a los Anunnaki. Pero como todo cambia y sigue su curso, ellos se rebelaron causando que los Anu nos crearan.
Pero… ¿quiénes eran? y ¿qué tienen que ver con los Anunnaki? y más aún… ¿qué tiene que ver su rebelíon con la creación del ser humano? Según la mitología, los Igigi eran “dioses” más jóvenes y sirvieron en su momento a los Anunnaki. Pero como todo cambia y sigue su curso, ellos se rebelaron causando que los Anu nos crearan.
Aunque suene descabelladado o ilógico para muchos, sobretodo los escépticos, eso es lo que dice el mito. Es bien sabido que los Anunnaki tenían un gusto o necesidad por el oro, y para eso necesitaban mano de obra; esa quizá fue la razón secundaria por la que tuvieron que crear a la especie humana, mezclando ADN propio con el ADN de los homínidos existentes en el planeta producto de la evolución. (porque si hubo evolución, pero no es tan rápida como postulan).
Aproximándonos más a los conceptos “Igigi” o “Igigu” es un término semita que se refiere a un grupo de dioses del panteón mesopotámico; pero se necesita más estudios para ser entendida. Según se informa en la página de Oracc (The Open Richly Annotated Cuneiform Corpus), el término aparece en el poema de Atrahasis, héroe en la versión babilónica de la Epopeya de Gilgamesh, la historia detrás de la Gran Inundación. Tablilla cuneiforme con la historia de Atrahasis en el Museo Británico.
El texto data desde el siglo XVII a.C. y está grabado en tablillas que se conservan en el Museo Británico de Londres. El hallazgo ha proporcionado evidencias sobre la relación entre los Anunnaki y los Igigi. El texto se compone de tres tablillas, cada una de las cuales se desarrolla en ocho columnas, cuatro en la parte delantera y cuatro en la parte trasera, cada columna se compone de alrededor de 55 líneas. T
odo el trabajo por lo tanto se compone de un total de 1.245 líneas. Luego de que los Anunnaki llegaron a la Tierra y tomaran control de ella, impusieron a los dioses menores Igigi el trabajo en la tierra, en una zona donde reinaba el dios Enlil. Los Igigi excavaron los cauces de los actuales ríos Tigris y Éufrates, y otros canales.
Se dice que el trabajo pesado de los dioses Igigi, hecho de día y noche, duro 2.500 años. Así que como toda injusticia tarde o temprano trae consigo una rebelión, a partir de la línea 39 de la Tablilla I del poema, estos dioses comienzan a reflexionar, hasta que uno de ellos se anima a abandonar el trabajo y sublevarse. También puedes leer: Las personas con sangre RH negativo tendrían ADN extraterrestre
Uno de los Igigi tiró al fuego las herramientas de trabajo, y marcharon juntos, se dirigieron hacia el santuario de Enlil. Se lee en el poema: “Cuando los dioses parecidos a los hombres, soportaban el trabajo y sufrían el duro esfuerzo, el afán de los dioses fue grande, el trabajo era pesado, el cansancio era mucho; el gran Anunnaki, los siete, ellos habían impuesto la fatiga para el Igigi”.
Las siguientes lineas están parcialmente dañadas, pero parecen indicar que los Igigi no querían más compañeros fatigados, obligando a los Annunaki a encontrar una solución permanente.
Aquí entonces es donde los Anunnaki crean a los humanos, que a partir de entonces tuvieron que soportar el trabajo de los dioses. Enlil solloza y medita dejar la tierra e ir al cielo con Anu, volviendo a él los poderes divinos en la Tierra… Anu responde que comprende bien las razones de los Igigi, demasiado grande es su labor, entonces, sugiere crear al hombre (Lulu), a continuación, convoca a la diosa Mammu (o Mami, antecesora de «mamá»), la diosa madre, para formar parte de esta creación y comunica su decisión a los Igigi, que, sintiéndose libres de su agotador trabajo, se regocijaron.
La diosa Mammu carga al primer hombre en su regazo Mammu luego prepara la obra de la creación, por esta razón los dioses Igigi deciden indicar a Mammu como la “Señora de todos los dioses” (kala-Belet-ili). Y (Mammu) mezcla la arcilla y luego convoca a los Anunnaki y a los Igigi para que escupan sobre la masa. El hombre esta listo para “ser” y se le asignará la tarea que antes era para los dioses Igigi: el pesado trabajo de la tierra.