El cadáver de una niña británica muerta en India durante sus vacaciones ha regresado a Reino Unido sin órganos internos y su familia sospecha que fueron robados antes del traslado, después de las misteriosas circunstancias del fallecimiento de la joven.
Gurkiren Kaur, de 8 años, murió instantes después de recibir una inyección de manos de un médico en la región de Punjab, donde estaba siendo atendida por deshidratación.
Cuando su cadáver regresó a Reino Unido, la familia descubrió que el cuerpo no tenía órganos internos, los cuales no han podido ser localizados. Los padres creen que podrían haber sido puestos a la venta en el mercado del tráfico de órganos.
Las autoridades locales de Birmingham, de donde era la joven, ya han iniciado una investigación para dilucidar las circunstancias del suceso. “Hay muchas preguntas sin responder, pero es muy posible que la niña fuera asesinada para recolectar sus órganos”, explicó la concejala de Birmingham Narinder Kooner .
Según sus padres, Gurkiren cayó enferma el pasado 2 de abril por un proceso leve de deshidratación. Tras recibir la inyección, sin embargo, sus ojos se quedaron en blanco y la niña dejó de responder a los estímulos. Su madre, Amrit, y su padre, Santoj, la trasladaron a otro hospital donde fue declarada muerta.
El cuerpo se mantuvo durante cuatro días en un congelador prestado de un templo local Sikh antes de que fuera trasladado a un hospital local, donde se le realizó un examen post-mortem.
Nada más regresar el cadáver a Reino Unido, fue sometido a una autopsia -como es práctica común a todos los británicos que mueren en el extranjero- donde los forenses descubrieron la ausencia de los órganos.
La ausencia de las vísceras impide además precisar las circunstancias de la muerte de la joven. “Nunca podremos investigar su fallecimiento a no ser que encontremos los órganos”, lamentó la concejala a la cadena estadounidense NBC.
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