El objeto proveniente del espacio interestelar habría estado tan cerca de nuestro sistema como para cambiar su configuración por completo.
En los últimos años, los científicos espaciales han comenzado a sospechar que algo extraordinario le sucedió a nuestro sistema solar durante sus primeros tiempos. Muchos han comenzado a preguntarse por qué no hay tanto material en el sistema solar exterior como sugeriría la lógica.
Además, ¿por qué Neptuno es mucho más masivo que Urano, que está más cerca del Sol? ¿Y por qué tantos de los objetos más pequeños en el sistema solar exterior tienen órbitas de formas tan extrañas?.
Al abordar estas cuestiones, muchos científicos espaciales han empezado a preguntarse si una estrella podría haber estado deambulando cerca, aproximándose lo suficientemente como para extraer algunos de los objetos en las partes externas del sistema solar desde sus posiciones anteriores. Actual configuración del Sistema Solar.
La idea de una estrella rebelde no es nueva, pero la teoría no se ha adoptado debido a la sincronización: si una estrella hubiera vagado tan cerca, habría sido unos 10 millones de años después del nacimiento de nuestra galaxia.
Pero los objetos en el sistema solar exterior todavía se estarían formando, por lo que es poco probable que hayan sido impactados por una estrella rebelde.
En su artículo publicado en arXiv, investigadores del Instituto Max-Planck y la Universidad de Queen sugieren que las investigaciones recientes de equipos que estudian la formación de otros sistemas solares han demostrado que las partes externas de dichos sistemas pueden estar más desarrolladas que sus partes internas. PODRÍA VOLVER A PASAR:
Desde hace mucho tiempo los científicos han sabido que la estrella que más amenaza a la Tierra es Gliese 710, que en algún momento, dentro de aprox. 1,3 millones de años, podría acercarse a 1 año luz de distancia. El astro se encuentra ahora a 64 años luz de la Tierra.
Sugieren que, si ese fuera el caso de nuestro sistema solar, entonces es posible que las partes externas hayan madurado hasta el punto en que podrían haber sido impactadas por la atracción gravitacional de una estrella que pasa.
Para probar su teoría, crearon una simulación de tal escenario y descubrieron que se correspondía muy estrechamente con lo que podemos ver hoy en día: un sistema solar con características extrañas en sus bordes externos.
Como próximo paso, los investigadores planean seguir poniendo a prueba la hipótesis, haciendo sus modelos más detallados y explorando cómo la región pudo responder a semejante visita interestelar.
Fuente: Space.com. Publicado el 21 de julio de 2018
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