Todo el que haya
estudiado cómo trabajaron EE.UU. y la OTAN para derribar la Jamahiriya
en Libia sabe que EE.UU. ha tratado de reproducir el mismo mecanismo de
cambio de régimen en Siria.
La formación de grupos de
contacto multilaterales en apoyo a oposiciones por encargo ha sido
crucial en este proceso. Lo que la mayoría de la gente ignora es que la
industria de los grupos de contacto de los estadounidenses comenzó en
Somalia.
2006 fue un año crítico para Somalia, porque
hacia finales parecía que el país africano desgarrado por la guerra iba a
estabilizarse después de décadas de guerra civil. Las regiones
autónomas del norte de Somalia, Puntlandia y Somalilandia, habían sido
gobernadas de un modo relativamente pacífico. El sur, sin embargo, había
presenciado continuos combates desde 1991. La Unión de Tribunales
Islámicos (ICU) derrotó a la mayoría de los señores de la guerra y unió
la mayor parte del sur bajo su régimen, logrando establecer la ley y el
orden. También se desarrollaban conversaciones de paz para unir Somalia.
Había muchas esperanzas de que estuviera a punto de comenzar un período
de paz relativa en 2007.
Entonces EE.UU. y su aliado
regional Etiopía iniciaron grandes hostilidades el 20 de diciembre de
2006. El general John Abizaid, el comandante del CENTCOM que dirigía las
guerras de Irak y Afganistán ocupado por la OTAN, visitó Etiopía unas
tres semanas antes para celebrar una reunión de bajo perfil con el
primer ministro Meles Zenawi el 4 de diciembre. Los dos planificaron lo
que se convertiría en la invasión de Somalia por parte de EE.UU. y
Etiopía. Aviones de guerra de EE.UU., barcos, inteligencia y unidades de
las fuerzas especiales participaron en la guerra mientras los etíopes
enviaban la masa de la fuerza terrestre para combatir a la ICU.
Para justificar la invasión EE.UU. invocó la Guerra Global contra el Terror y acusó a la ICU de pertenecer a al Qaida.
Como
resultado de la invasión estadounidense-etíope la ICU cayó en la
desorganización y emergió un vacío de poder. El Gobierno Federal de
Transición Somalí (STFG) un grupo extranjero opositor apoyado por EE.UU.
que se autoproclamó gobierno legítimo de Somalia, vino de fuera para
tomar el lugar de la ICU. ¿Suena familiar? Así es. Es esencialmente lo
que sucedería –a mayor escala y con una oposición armada– en Libia
cuatro años después cuando la OTAN introdujo el Consejo Nacional de
Transición (CNT). También es lo que EE.UU., la OTAN, y los
petro-regímenes de jeques árabes quieren hacer en Siria mediante el
Consejo Nacional Sirio (CNS).
El estatus de Somalia como
Estado dividido, sin ley e inestable, ha sido el modelo para la actual
Libia dividida y sin ley y lo que EE.UU. tiene previsto para una Siria
enfangada en la guerra civil, al estilo de Líbano entre 1975 y 1990.
Entra en juego la "somalización".
EE.UU. y la OTAN también han
jugado un papel en la emergencia del fenómeno de los piratas que ha
convertido el Golfo de Adén en una “zona de piratas”. Cuando vieron que
los barcos extranjeros saqueaban las pesquerías de Somalia y mientras
tanto las corporaciones extranjeras vertían toxinas letales frente a las
costas de Somalia, los pescadores locales desesperados se convirtieron
en piratas armados. La destrucción de la economía libia también creó una
clase de desocupados armados que ahora se exportan a la a la "McYihad"
estadounidense en Siria, ¿y luego quizás a Argelia, Líbano, Baluchistán
iraní, Xinjiang de China o el Distrito Federal del Norte del Cáucaso de
Rusia?
En Somalia, varios países africanos planificaban
enviar un contingente multinacional respaldado por EE.UU., pero fueron
frustrados en junio de 2006 cuando la ICU tomó el pleno control de
Mogadiscio. Fue en ese momento cuando EE.UU. y sus aliados formaron su
“modelo” de cambio de régimen con el Grupo de Contacto Somalia.
El
Grupo Contacto Somalia otorgó una apariencia de legitimidad
internacional a los rivales del STFG del gobierno de la ICU y a la
intervención extranjera. ¿Suena cada vez más familiar? Ese “grupo de
contacto” se convirtió en la base del Grupo de Contacto Libia (Amigos de
Libia) dominado por la OTAN, creado en 2011, que impuso el CNT mediante
la “diplomacia de los misiles” en Trípoli y después el Grupo de
Contacto Siria (Amigos del Pueblo Sirio) creado en 2012 para imponer el
CNS en Damasco.
La industria estadounidense de grupos de
contacto ha impuesto de modo antidemocrático clientes colaboracionistas
basados en el extranjero a Estados en los cuales la cábala atlantista de
"OTANistán" tiene un interés estratégico o económico en expandir su
influencia. Todos los sospechosos habituales han estado involucrados.
Aparte
de EE.UU., los miembros del Grupo de Contacto Somalia incluyeron al
Reino Unido, la UE, Italia, Noruega y Suecia. La OTAN se sumó en junio
de 2009, para asegurar su papel militar en Somalia y en las aguas del
Cuerno de África. Todos estos protagonistas tuvieron estelares papeles
recurrentes en Libia. Ahora tratan de recrear el mismo escenario en
Siria sobre el fondo de una insurgencia armada y supervisada por el
extranjero que ha estado atacando deliberadamente a los civiles para
allanar el camino al intervencionismo.
En Somalia se
desplegaron fuerzas de la Unión Africana bajo supervisión de la OTAN con
la misión primordial de proteger al STFG, tal como la OTAN hizo la
guardia mientras instituciones subordinadas al extranjero se establecían
en Afganistán, Bosnia, Kosovo, y ahora Libia.
La agenda
del STFG fue fijada por EE.UU. para “reconstruir las instituciones y la
economía de Somalia” con la ayuda de los denominados “expertos
extranjeros”. El programa es el mismo para el CNS y el CNT dominados por
la Hermandad Musulmana. El CNT ha privatizado los activos de Libia y ha
desviado su riqueza bajo la administración del economista neoliberal
libio-estadounidense, convertido en “ministro de petróleo y finanzas”,
Ali Tarhouni. El petróleo de Libia ya no está en manos de los libios,
los cuales ahora están demasiado ocupados combatiendo unos contra otros
con lanzagranadas, chalecos antibalas y rifles de infantería ligera por
cortesía de la OTAN.
En Somalia y Libia lo que ha
reemplazado a la ICU y a la Jamahiriya es un estado interminable de
“transición” y enclaves de burócratas vinculados a Washington, Bruselas,
el FMI, y el Banco Mundial y protegidos por ellos, aislados de la
violenta realidad de sus países.
Aparte de esas oficinas
burocráticas, el Estado de derecho se ha derrumbado y las calles están
dominadas por milicias y matones. El Grupo Libio de Combate Islámico
(LIFG) se apoderó de Libia y el Shaabab se desencadenó en Somalia, ambos
con la ayuda de combatientes extranjeros. Es el futuro que espera a la
República Árabe Siria si Hillary “Bombardeadlos” Clinton y Obama logran
instalar el CNS.
Podemos echar un vistazo previo desde las
calles destruidas de Alepo al paisaje marcado del campo de Damasco, la
persecución de minorías sirias, la profanación de iglesias, el asesinato
de funcionarios públicos sirios, las ejecuciones extrajudiciales de
partidarios del gobierno, el éxodo de profesionales sirios, el secuestro
y asesinato de periodistas, los atentados terroristas contra centros
civiles, el asesinato de doctores y el secuestro de extranjeros que han
tenido lugar bajo el Ejército Libre Sirio.
Mahdi Darius
Nazemroaya es sociólogo e investigador asociado del Centre for Research
on Globalization (CRG), con sede en Montreal. Está especializado en
temas de Oriente Próximo y Asia Central. Ha sido colaborador e invitado
en las discusiones sobre Oriente Medio en numerosos programas y redes
internacionales como Al Jazeera, Press TV y Russia Today. Permaneció en
Libia durante la campaña de bombardeos de la OTAN, informando desde allí
para varias cadenas de noticias. También es corresponsal especial de
Flashpoints, un programa con sede en Berkeley, California. Sus artículos
se han publicado en más de diez idiomas. Escribe también para la
Strategic Culture Foundation de Moscú.
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Russia Today - 2012-08-27
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