John E. Mack, profesor de psiquiatria de la Unversidad de Harvard y ganador del premio Pulitzer, es autor de una de las investigaciones más serias sobre el fenómeno de abducción extraterrestre. (Foto por Rick Dahms)
Los
abducidos, o aquellos que creen haber sido secuestrados por algún tipo de inteligencia extraterrestre, representan uno de los segmentos más denostados del fenómeno extraterrestre.
Para la mayoría de científicos, los casos de abducción no merecen un estudio serio ya que no existe ningún tipo de evidencia física concluyente o significativa que los respalde.
Las opiniones están divididas radicalmente y no es fácil determinar la autenticidad de estos testimonios.
Si estos relatos no son producto de verdaderas experiencias de
contacto extraterrestreentonces cómo explicarlos. La negación del origen extraterrestre de los relatos deja varias preguntas por responder: ¿por qué miles de personas en el mundo relatan historias similares? ¿Qué experiencias provocaron estas historias? ¿es una mentira colectiva? ¿es la consecuencia de un trauma infantil o alguna otra disfunción mental o problema psicológico?
Esta es la historia de un profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard que decidió estudiar seriamente el fenómeno de las
abducciones extraterrestres desafiando al paradigma científico y terminó siendo el objetivo de las caza de brujas más insólita del siglo XX.
El Dr. Mack se atrevio a desafiar la corriente dominante cientifica y pagó caro su osadia. (Foto por John Mack Institute)
El caso del Dr. Mack nos muestra cómo la ciencia ha pasado a ser casi una religión que no está dispuesta a aceptar que existen fenómenos que no se pueden explicar con sus métodos y que escapan al paradigma materialista.
John E. Mack (1929-2004) se graduó en la Escuela Médica de Harvard de EEUU en 1955 y continuó su formación en la Sociedad Psicoanalítica de Boston. En 1977, el Dr. Mack recibió el Premio Pulitzer en la categoría de biografías por su investigación sobre T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia) titulada “Un príncipe de nuestro desorden”. En los años ochenta, Mack estuvo involucrado en protestas contra
pruebas nucleares en Nevada, estuvo en el Líbano tratando de apoyar los procesos diplomáticos y fundó varios centros psiquiátricos para niños con problemas.
Su primer contacto con el fenómeno de la
abducciones extraterrestres ocurrió en 1989 cuando John Mack era profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y llevaba más de cuarenta años ejerciendo.
Contacto en New York
En ese entonces, un amigo suyo le contó que un escultor neoyorkino llamado Budd Hopkins (1931-2011) tenía casi una década investigando seriamente los casos de abducción. El Dr. Mack relata el episodio en una entrevista:
“Cuando, en el otoño de 1989, un psicólogo amigo mío y un colega me ofrecieron presentarme a Budd Hopkins (cuyo nombre no me era familiar) describiéndolo como un artista que se tomó en serio los relatos de los
abducidos, yo descarté la idea, asumiendo que ambos, Hopkins y los
abducidos, compartían algún tipo de delirio o aberración mental.”
Budd Hopkins y John Mack en un congreso sobre el tema ovni/extraterrestre. (Foto por John Mack Institute)
“Cuando, por curiosidad, visité a Hopkins el 10 de Enero (una de esas fechas que tienden a ser recordadas) quedé impresionado con su sinceridad, profundo conocimiento y verdadera preocupación por los abducidos, quienes habían sido incorrectamente diagnosticados e inapropiadamente atendidos por profesionales de la salud mental.”
Pero lo que más me afectó fue la consistencia en los detalles de los relatos de diferentes individuos de distintas partes del país que no tenían como comunicarse entre ellos, y cuyas historias emergían con dificultad acompañadas por emociones angustiantes.”
Para ese entonces, Hopkins había publicado dos libros sobre
abducciones, “Missing Time” (Tiempo perdido) e “Intruders” (Intrusos) y era una especie de autoridad en el tema.
El fenómeno de las
abducciones se había popularizado en 1966 con la experiencia de los esposos Barney y Betty Hill ocurrida en 1961. Si bien la abducción de los Hill no es la mas antigua ya que más adelante se descubriría la abducción de Antonio Villas Boas de 1957, sí fue la primera en tener una masiva cobertura mediática. En los últimos años, Budd Hopkins ha declarado que él tiene registro de abducciones sucedidas alrededor de 1920.
Es oportuno detenerse en la experiencia de los Hill porque, de alguna manera, representa el prototipo de la experiencia que comúnmente denominamos “abducción”.
La experiencia que Barney y Betty Hill vivieron en 1961 se convirtió en el primer caso de abducción que recibió cobertura mediatica masiva.
La abducción de los Hill
La pareja relató que una noche de 1961 vieron un ovni mientras conducían de New Hampshire a Montreal. Lo extraño fue que los Hill no recordaban lo que habían hecho durante las dos horas posteriores al suceso.
Meses después, Barney Hill empezó a sufrir de insomnio y Betty Hill comenzó a experimentar pesadillas nocturnas.
Alrededor de 1963, los Hill se contactaron con el Dr. Benjamín Simon. El Dr. Simon examinó a la pareja y no encontró ninguna enfermedad psiquiátrica además de las ansiedades relacionadas con el suceso.
A través de la hipnosis, el Dr. Simon fue capaz de reconstruir lo que les había sucedido durante las horas perdidas. Los Hill reportaron haber sido extraídos de su vehículo por pequeños humanoides grises con ojos inusuales que se comunicaban telepáticamente. Estos seres llevaron a los Hill, contra su voluntad, a una nave.
Dentro de la nave, los colocaron en una mesa y les hicieron varios exámenes, al parecer, relacionados con sus órganos reproductivos. Al inicio, los Hill se negaron a creer la experiencia y luego la aceptaron.
Barney y Betty Hill muestran un dibujo de la nave que observaron el día en el que fueron abducidos.
Con el paso de los años y gracias a las investigaciones de autores como Hopkins, Bullard, Jacobs, Rodeghier y Spanos, entre otros, el mundo descubrió que existían miles de casos como el de los Hill y que no todos estaban relacionados con la cultura occidental porque muchos de ellos habían sucedido en comunidades nativas de Brasil, Australia, Estados Unidos, Sudáfrica, o Malasia.
Regresemos al doctor John Mack en 1989.
Un psiquiatra para los abducidos
Luego del primer encuentro con Budd Hopkins, el Dr. Mack se interesó en el tema y decidió reunirse con algunos de los abducidos para escuchar directamente sus relatos:
“Poco después del encuentro inicial con Hopkins, me reuní con varios abducidos en la casa de Hopkins y, una vez más, quedé impresionado por la consistencia de sus narraciones, y también con la ausencia de alguna enfermedad mental o disturbio emocional evidente que no fuese la secuela traumática dejada por las abducciones mismas. No había una explicación aparente para los reportes de abducciones…sentí que este grupo de gente necesitaba comprensión y ayuda y reflejaba un misterio más allá de un puro interés clínico. Entonces, decidí yo mismo trabajar sobre las experiencias de abducción.”
John Mack fue objeto de una caza de brujas emprendida por la Universidad de Harvard por haberse atrevido a manchar el nombre de la institución relacionándola con el tema extraterrestre. (Foto por Harvard Press)
En los años siguientes al encuentro con Hopkins, Mack pasó cientos de horas con los abducidos realizando entrevistas y tratándolos. El lado humano del fenómeno, que no había sido considerado seriamente hasta ese momento, fue lo que más le impactó:
“Para mi, uno de los aspectos más poderosamente consistentes de esto es la manera temblorosa en la que estas personas vienen a verme. Ellos vienen a mi muy asustados pensando que: o serán considerados como locos porque lo que han experimentado no encaja con la realidad común; o no se les considerara locos y tendrán que enfrentar el hecho de que estas experiencias son reales con lo que eso significa para su visión del mundo, para su futuro y para sus vidas.”
Para Junio de 1992, el Dr. Mack había estudiado a más de 56 casos de abducción, de los cuales 41 presentaban el criterio básico de una abducción completa: recuerdos, con o sin hipnosis, de haber sido llevados contra su voluntad a un lugar extraño por pequeñas criaturas humanoides que los sometieron a procedimientos médicos y quirúrgicos, en la mayoría de los casos humillantes.
De estas 41 personas, 24 eran hombres y 17 mujeres. Entre ellos habían dos niños de menos de ocho años de edad.
Desde muy temprano, John Mack decidió que “abducidos” no era el nombre correcto para agrupar a quienes habían vivido estas experiencias. A Mack le pareció más apropiado llamarlos “experiencers” (experimentados). Para facilitar la lectura de este artículo, nosotros continuaremos refiriéndonos a ellos como “abducidos”.
El Dr. Mack se aproximó al fenómeno de las abducciones sin prejuicios tratando de entender el origen de esta experiencias. (Foto por John Mack Institute)
Para el Dr. Mack estaba claro que estas personas no padecían de ningún enfermedad mental y que además, no estaban mintiendo:
“Lo que he hecho toda mi vida es aprender a realizar discriminaciones clínicas psicológicas, ¿es una alucinación? ¿es una experiencia real? ¿es un sueño? y el fenómeno de las abducciones se comporta como una experiencia real.”
Veamos cono define John Mack una experiencia de abducción:
“Primero está el detalle más familiar, que es un evento traumático en el que una luz azul o algún tipo de energía paraliza a la personas, sea en su casa o manejando un carro. La persona no se puede mover. Luego sienten que son extraídos de dónde están.
Flotan a través de una pared o de un carro, son elevados en un rayo de luz hacia una nave en la que son sometidos a una serie de procedimientos: los seres los observan, toman muestras de su cuerpo, introducen objetos en su cuerpo y realizan un complejo proceso en el que toman muestras de esperma del hombre y extraen óvulos de la mujer. Luego, con esas muestars, crean un tipo de hibrido que los abducidos volverán a ver en las siguientes abducciones.”
John Mack tambien encontró, como otros investigadores, que algunas abducciones tenían un fuerte componente sexual. Por otro lado, Mack descubrió que algunos de los abducidos presentaban una característica singular: ellos decían tener una doble identidad. Estos abducidos relataban que durante las experiencias podían sentir que tenían una parte humana pero que también tenían una parte que era igual a estos seres y que debían aceptarla.
John Mack siempre sostuvo que abducidos no era la palabras correcta para denominar a este grupo de personas, el prefirio llamarlos los “experiencers” (experimentados). (Foto por experiencers.com)
En la mente de un abducido
Las conclusiones a las que el Dr. Mack llegó luego de las largas sesiones de hipnosis y entrevistas realizadas a los abducidos son simples pero contundentes:
“Las experiencias relatadas, que en la ausencia de evidencia física más robusta son la información más importante que tenemos, sugieren que los abducidos han sido visitados por algún tipo de inteligencia extraterrestre que los ha impactado física y psicológicamente.
Es más, esta conclusión encaja tan bien con los datos que yo y otros investigadores hemos recogido, que me queda una duda. Me pregunto si esta posibilidad sería rechazada tan vigorosamente si el fenómeno no violara nuestra visión científica del mundo y el control implícito de nuestro medio ambiente que eso conlleva.”
Mack había cometido una herejía ante la Iglesia de la ciencia. Un profesor de Harvard se había atrevido no sólo a estudiar seriamente el fenómeno de los abducidos sino a afirmar que estos no estaban locos ni mentían pero que estaban diciendo la verdad y que habían sido visitados por entidades
extraterrestres:
“Estamos tratando con un fenómeno que podría no originarse en nuestra realidad física pero que penetra en ella y se manifiesta de diferentes formas. Este concepto es, de alguna manera, revolucionario y difícil de comprender dentro de nuestra visión secular moderna del mundo. Sin embargo, mis experiencias con los abducidos me empujan hacia esta conclusión.”
Peter es uno de los abducidos que fueron analizados por el Dr. Mack. Este es el rostro de Peter mientras escuchaba, por primera vez, la grabación de audio en la que, con cierto terror, relata el episodio de abducción. La grabación, realizada bajo hipnosis, se puede escuchar
en este enlace, a partir del minuto cinco con treinta segundos.
John Mack nunca habló de razas
extraterrestres o de encuentros de
alienígenas con el gobierno norteamericano, ni siquiera elaboró sobre los verdaderos motivos detrás de las abducciones. Su único objetivo fue presentar una investigación realizada desde la psiquiatría para determinar la autenticidad de los relatos y experiencias de los abducidos. La teoría de Mack es revolucionaria pero muy simple:
- El fenómeno es real porque existen miles de personas que tienen experiencias similares.
- Mis investigaciones psiquiátricas realizadas a más de cincuenta abducidos y otros estudios similares, indican que estas personas están diciendo la verdad, que no padecen de enfermedades mentales y que algo inexplicable pero real les sucedió y provocó estos relatos.
- Al parecer, las entidades que han provocado estas experiencias tienen la capacidad de entrar y salir de nuestra realidad física. Probablemente, provienen de otra dimensión o realidad desconocida para nosotros.
John Mack trataba de decirle a la comunidad científica que las abducciones eran reales, que era importante estudiarlas y que para comprenderlas y analizarlas tenían que abandonar su paradigma:
“Yo nunca diría, sí, hay extraterrestres llevándose a la gente, yo diría que aquí existe un poderoso y convincente fenómeno que no puedo explicar de otra manera.”
John Mack y Peter, uno de los abducidos incluidos en su investigación, durante una entrevista en el programa de televisión de Oprah Winfrey.
El psiquiatra de Cambridge no siempre tuvo esa opinión.
En varias entrevistas John Mack se presenta como un verdadero escéptico, alguien que no veía el fenómenos de las abducciones como un tema serio pero que ante los testimonios se sintió en la obligación de investigar seriamente:
“La idea de que podemos ser afectados por algún tipo de entidad, criatura o inteligencia que puede realmente entrar en nuestro mundo y producir efectos físicos y emocionales, no era parte de la visión del mundo que me habían enseñado. En realidad, llegue a regañadientes a la conclusión de que estas experiencias eran un verdadero misterio. En otras palabras, hice todo lo que pude para descartar otras posibilidades.
Se dice ha menudo que soy un creyente y que he perdido mi objetividad. No estoy de acuerdo porque aquí no se trata de creer o no creer. Yo no creía en nada cuando empecé y realmente no creo en nada ahora. He llegado a donde he llegado de manera clínica.
En otras palabras, he trabajado con gente por cientos de horas y he sido tan cuidadoso como he podido en mi trabajo para escuchar, tamizar y considerar explicaciones alternativas. Nadie ha encontrado una explicación alternativa en un sólo caso de abducción.”
Esta fotografía que muestra las luces de un helicóptero sobre un muelle, representa la escena típica de una abducción: una luz azul que proviene de una nave paraliza y extrae al abducido del lugar en el que se encuentra.
No existe otra explicación válida
El Dr . Mack empezó a clasificar las características que componen el cuadro típico de una abducción y trató de contemplar la validez de la mayoría de explicaciones que los científicos proponen para las abducciones. Para aquellos que estén dispuestos a ver el fenómeno sin prejuicios, el análisis del John Mack es casi concluyente:
“Cualquier teoría que trate de aproximarse a esto como un fenómeno generado puramente por la mente de la misma persona, que es una teoría un poco arrogante porque significa que no podemos aceptar la idea de que podría existir otro tipo de inteligencia involucrada en esto. Cualquier teoría que trate de explicar esto como un fenómeno generado por nuestros cerebros tiene que tomar en cuenta cinco factores:
Uno: la consistencia de las historias entre persona y persona. Esto no se puede obtener simplemente estimulando los lóbulos temporales. Las respuestas serían muy diferentes entre persona y persona.
Dos: aparte de la abducciones mismas, no hay nada en la experiencia de vida de estas personas que pueda haber generado esto. No existe ninguna condición mental que pueda explicar este fenómeno.
Tres: hay que tomar en cuenta el aspecto físico. Los cortes y otras lesiones encontradas en los cuerpos de los abducidos no siguen un patrón como los estigmas asociados con la agonía de Cristo.
A la derecha, John Mack con Budd Hopkins quien lo introdujo al estudio de las experiencias de abducción.
Cuatro: la fuerte asociación con ovnis, que a menudo son vistos en la comunidad y por los medios de comunicación, independientemente de la persona que haya experimentado la abducción, quién puede no haber visto al ovni del todo pero que al día siguiente lee en el diario o ve en la televisión que un ovni pasó cerca del lugar en el que sucedió su experiencia.
Cinco: el fenómeno ocurre en niños pequeños de dos años, de dos años y medio y de tres años.
Cualquier teoría que simplemente atribuya este fenómeno a la actividad del cerebro, no toma en cuenta al menos tres de estas cinco dimensiones fundamentales del fenómeno.”
Desde el momento en el que el Dr. Mack decidió involucrarse en el estudio serio de las experiencias de los abducidos, su vida cambió radicalmente. La prensa lo criticó y se burló de sus investigaciones y fue rápidamente marginado por la comunidad científica.
“El fenómeno nos pide que nos abramos a realidades que simplemente no están en el mundo físico literal y que consideremos la posibilidad de que existen otras realidades no vistas. Los procesos de aprendizaje que la humanidad ha mantenido a través de cientos de años pueden ser los culpables de que nuestra conciencia haya perdido la capacidad de percibir y comprender estas realidades.”
El primer libro de John Mack sobre el tema de las abducciones extraterrestres titulado “Abduction: Human Encounters with Aliens” (Abducción: Encuentros humanos con extraterrestres) fue publicado en 1994.
A raíz de sus investigaciones y conclusiones, el Dr. Mack empezó a volverse popular.
A inicios de 1994, publicó su primer libro sobre las investigaciones con abducidos titulado “Abduction: Human Encounters with Aliens” (Abducción: Encuentros humanos con extraterrestres).
Pero no todo sería felicidad,
en la próxima entrega de esta serie la verdad sobre el fallido ataque de los debunkers y la investígación realizada por la Universidad de Harvard contra John Mack…
Luego de cientos de horas de sesiones de hipnosis y entrevistas con los
abducidos o “experiencers” (experimentados), como él prefería llamarlos, Mack llegó a la conclusión que estas personas estaban diciendo la verdad y que no padecían de ninguna enfermedad mental. Sus relatos coincidían hasta en el más mínimo detalle aún cuando los
abducidos no se conocían entre sí.
Para John Mack, la única explicación posible era que los abducidos realmente habían sido visitados por algún tipo de inteligencia extraterrestre que los había impactado física y psicológicamente. Mack sostuvo que estas enttidades o inteligencias
extraterrestres no pertenecían a nuestra realidad pero que eran capaces de entrar y manifestarse en ella.
Mack propuso que los científicos tenían que ser capaces de pensar fuera del paradigma actual para poder entender el fenómeno ya que este no podía ser analizado con los métodos que utilizamos para analizar nuestra realidad.
John Mack y Budd Hopkins, el artista de New York que lo introdujo en el mundo de los abducidos, en una conversación televisada.
Varios científicos lo acusaron de manipular las técnicas de hipnosis tratando de dar forma a las memorias de sus pacientes para que estas tuvieran una correspondencia con las supuestas ideas de Mack sobre un futuro intergaláctico, poniendo en peligro la salud emocional de sus pacientes.
John Mack se defendió alegando que el 30% de las experiencias de abducción recogidas en sus estudios fueron realizadas sin necesidad de hipnosis:
“Los relatos de abducción no pueden ser descartados como una elaboracion hipnótica porque el 30% de estos relatos han sido obtenidos sin hipnosis. Finalmente, hay evidencia que demuestra que los individuos que reportan estos casos no son más propensos a la hipnosis o a crear historias de fantasía que la población general.”
No hay debunker sin suerte
El 25 de Abril de 1994, sucedió un extraño evento que puso en duda la credibilidad del psiquiatra norteamericano.
La revista Time publicó un reportaje sobre la historia de Donna Bassett, una investigadora y escritora de Boston que, motivada por supuestas quejas de varios abducidos del grupo de John Mack, decidió empaparse de literatura sobre
extraterrestres y presentarse en el consultorio del John Mack haciéndose pasar por una abducida para desenmascararlo. Su actuación funcionó y logró engañar al psiquiatra norteamericano.
Collage de las noticias que hicieron burla de las investigaciones del Dr. Mack. (Foto por Make Magic Productions)
Aquí un pequeño fragmento del reportaje de la revista Time:
“Uno de los abducidos de Mack ha revelado a Time que ella era en realidad una debunker encubierta que llegó a ganarse la confianza de Mack y que estuvo en su círculo más cercano.
Ella encontró que el trabajo de Mack estaba lleno de irregularidades científicas, que no tenía un protocolo formal de investigación como documentos firmados por los pacientes en los que se les advirtiera de los riesgos…Bassett, quién registró varias cintas de audio y escribió notas sobre su vida en esta secta relacionada con los ovnis, dice que Mack le entregó literatura sobre
extraterrestres para que la leyera antes de las sesiones, una práctica que, según los hipnotizadores médicos, puede asegurar revelaciones hipnóticas…”
Si bien para los escépticos, esto fue más que suficiente para descartar el trabajo de John Mack, el episodio es un barato intento de desprestigio realizado aprovechando el estado mental de Donna Bassett. El mismo Dr. Mack lo explica:
“Vi a Donna Basset, de buena fe, varias veces. Si en realidad me engaño, que podría pasar, no es imposible. En ese caso ella estaba mintiéndome consistentemente….De hecho, ella se ha establecido como una mentirosa efectiva, entonces ¿cómo puede ser considerada una autoridad sobre la integridad de mi trabajo, metodología y relación entre paciente y médico?…”
A la izquierda, Donna Basset quien declaró a la revista Time haberse hecho pasar por abducida para probar que el Dr. Mack era un fraude y que no respetaba los protocolos médicos.
A la derecha, el famoso debunker de ovnis Philip Klass, quien, al parecer estuvo detrás del reportaje de la revista Time.
“La realidad es que yo no usé ni una palabra de lo que ella dijo en mi libro.
¿Esto significa que no confié en ella? o ¿qué no pensé que ella estaba diciendo la verdad? creo que intuitivamente mantuve una cierta distancia.
Pero no creo que sea porque ella no es necesariamente una abducida, eso es difícil de saber. Esto se acerca a lo que yo conozco sobre ella por mi trabajo clínico, y no estoy dispuesto a revelarlo.”
Algunos miembros del grupo (de abducidos) que la conocen bien no creen en su historia, no creen que ella me engaño. Ellos creen que ella es una abducida que fue afectada y no pudo lidiar con sus experiencias.
Lo que me parece preocupante del artículo de la revista Time es que el escritor, quién asumo tiene una conexión con el esposo de Donna, haya tomado esta historia, sin verificarla, para desacreditarme. Las cosas que Donna Bassett dice acerca de mi y de mi trabajo no son precisas.
No son verdaderas.
El escritor no consultó con los otros cincuenta o sesenta abducidos que podrían haber apoyado mi trabajo, que lo encontraron útil, positivo y de ayuda. El redactor fue con una sola persona, una mentirosa declarada, o una que dice ser mentirosa, e hizo la historia.”
Además, ¿debemos creer que los más de cincuenta casos estudiados por Mack fueron manipulados por él mismo? o ¿cómo explicar los casos de los otros miles de abducidos que no conocen al Dr. Mack?
La escritora que nunca escribió
No es my verosímil pensar que una escritora desconocida de Boston decidió prepararse para engañar a Mack, se infiltró como paciente del mismo y pasó varios meses en el grupo de los abducidos sin ningún interes particular más que un supuesto afán justiciero. Si revisamos los hechos nos daremos cuenta de lo que sucedió.
Para empezar, Donna Basset nunca publicó un libro sobre los hechos. Si Donna Bassett realmente realizó una investigación, esta fue muy seria porque empezó a mediados de 1992 y terminó alrededor de mayo de 1994, casi dos años. Tomando en cuenta que el artículo de la revista Time afirma que Donna era escritora, al menos, cabe preguntarse, ¿Donna Bassett invirtió dos años de su vida en una investigación que nunca publicó?
En el peor de los casos, si realmente era escritora como afirma Time, Donna habría escrito un pequeño artículo sobre sus experiencias y Time lo habría publicado con una breve introducción. Eso no sucedió, hasta el momento no se conoce ningún libro o artículo escrito por Donna Bassett.
Si una escritora se toma el trabajo de planificar una investigación como esta en la que tiene que hacerse pasar por una abducida por casi dos años se supone que el objetivo es escribir un libro o al menos un artículo. Esto es suficiente para darnos cuenta que la versión oficial o escéptica de este asunto no representa la verdad.
Más aún, a finales de junio de 1994, dos meses después de la publicación del artículo en la revista Time, John Mack participó en una
conferencia de CSICOP (Comitee for Skeptical Inquiry) para responder a las preguntas de la audiencia, conformada mayormente por escépticos.
Sorpresivamente, luego de su intervención, el Dr. Mack vio como Donna Basset tomaba el estrado y repetía las mismas declaraciones hechas a la revista Time. John Mack no fue advertido de la participación de la supuesta “abducida debunker”. Incluso, un miembro de la audiencia calificó la inclusión de Basset, sin el aviso previo a Mack, como una acto deshonesto.
La odisea del Dr. Mack no terminó con el caso de Donna Bassett, luego vendría el comite de investigación de la Universidad de Harvard.
En ese momento, Mack se dio cuenta que muy probablemente esto había sido orquestado por un famoso debunker de ovnis llamado Philip Klass quién formaba parte de los organizadores del evento y estaba entre la audiencia.
Es evidente que Donna Bassett no podía haber decidido participar espontáneamente en el congreso sin el apoyo de alguien con autoridad en el mismo. Donna no podría haber tomado el estrado sin el permiso previo de alguno de los organizadores del congreso.
John Mack, quien sabia que el debunker Philip Klass conocía al esposo de Donna Bassett, unió los cabos y lo acusó en público. Philip Klass se indignó y negó la acusación de manera esquiva. Es evidente que fue Philip Klass quien contacto a Donna para que estuviera presente en el congreso con el objetivo de desprestigiar la reputación de John Mack.
Así son la mayoría de debunkers, si no pueden desprestigiar a alguien por sus títulos entonces buscarán cualquier estrategia. El objetivo no es dilucidar ninguna verdad, el objetivo es desprestigiar a priori. No importa si lo que sostiene John Mack es cierto o puede ser cierto, lo que importa es que Mack está defendiendo el tema extraterrestre y eso no lo podemos permitir como debunkers porque los extraterrestres no existen.
Dias después se comprobaría que Mack tenía razón sobre la relación entre Klass y el esposo de Basset.
Klass reconocería que a finales de los años setenta él había trabajado con Ed Bassett, el esposo de Donna Bassett.
En todo caso, lo más probable es que Klass sólo haya invitado a Donna Bassett al congreso de escépticos y quizás, haya hecho lobby para empujar a la revista Time a publicar el artículo.
Carta para un final
En una carta redactada conjuntamente por John Mack y su abogado Robert Dorwart , dirigida a un programa de televisión que también entrevistó a Donna Bassett, aparecen detalles que empiezan a cerrar el caso:
- El interés de la Sra. Bassett en el tema de las
abducciones está documentado desde, al menos, diez meses antes de conocerla. (Esto llevaría el interés de Donna Bassett en las
abducciones hacia mediados del año 1991. ¿una investigación de tres años para no publicar ni un artículo?)
Imagen extraída del documental “Touched” en la que se puede apreciar al Dr. Mack en sesión con uno de los abducidos. (Foto extraída del film “Touched”)
- Su programa dice que yo envié material sobre el fenómeno de las
abducciones a Donna Bassett en preparación para una sesión de terapia.
Yo envié este material a ambos, a Ed Bassett y a Donna Bassett en preparación para un meeting en la sala del Hotel Charles. En ese momento, no se había discutido la posibilidad de que yo trabajara con la Sra. Bassett.
- En la revista Time, la Sra. Bassett sostiene que “cuando escuchó el cuento (de mi abducción) Mack se excitó tanto que se recostó en la cama,de manera tan fuerte que la cama colapso. Estoy seguro que si escucha las cintas grabadas de las sesiones no encontrará nada parecido.
- No hay evidencia de que le creí a la Sra. Basset sólo por su cara. De hecho, al contrario, incluso antes de que contara su versión, sus experiencias no tenían las características de la mayoría de reportes de abducidos. Por esta razón, puse su material a un lado, y escogí escribir acerca de casos más sólidos.
- Me parece que ella es una persona que ha sido traumatizada.
En una declaración anterior, citada lineas arriba, Mack sostiene que conoce lo que sucede con Donna Bassett, pero que por un asunto de confidencialidad y de leyes relacionadas a la relación paciente-médico no lo puede revelar.
En los últimos años, algunas investigaciones han descubierto que en Enero de 1993, una asistenta del Dr. Mack animó a Donna Bassett a que consiguiera terapia afuera de la organizacion de John Mack. Donna se ofendió ante esta propuesta y en lugar de calmarse su ira creció y finalmente explotó en 1994 cuando el Dr. Mack tuvo que dejar de atender a Donna puesto que necesitaba viajar a Europa a presentar su libro.
Decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Daniel C. Tosteson, quien decidió formar una comisión investigadora para decidir el futuro del Dr. Mack en la institución.
En una carta que Donna escribió a otro investigador del tema de abducciones, ella expresó su frustración sobre el viaje del Dr. Mack (dejándola a ella sin el acceso a Mack que necesitaba).
Donna escribió: “De toda la gente en el grupo que podía haber arrinconado, él escogió a aquellos que le pueden hacer daño.”
El caso no es complicado. Donna Bassett no era escritora, era una persona con una experiencia similar a la de los abducidos, auténtica o no, que se acercó al Dr. Mack en busca de ayuda psicológica y que como muchos pacientes se volvió dependiente de su psiquiatra.
Cuando le hicieron la sugerencia de que buscara ayuda fuera de la organización de John Mack, porque este estaba muy ocupado y tenía otros casos que atender, Donna reaccionó mal y buscó venganza tratando de poner a otros pacientes en contra de Mack. Cuando Donna quedó aislada porque los otros abducidos no estaban de acuerdo con ella, muy probablemente acudió furiosa a los redactores de la revista Times quienes, evidentemente, vieron el potencial de la noticia y la publicaron.
La cercanía del famoso debunker Philip Klass al esposo de Donna Bassett termina de pintar la situación. Klass podría haber convencido y manipulado a Donna Basset para que esta le contara su historia a la revista Time. Lo que sí queda claro es que fue Klass quien ayudó a Donna a tomar el estrado sorpresivamente en el congreso escéptico.
Pero esto no es nada más que el comienzo de los problemas de John Mack.
El ataque de los dinosaurios
En mayo de 1994, el decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Daniel C. Tosteson (1925-2009), avergonzado y temiendo que la universidad entera estuviera en peligro de convertirse en el hazmerreir del momento, decidió formar un comité para revisar confidencialmente las investigaciones clínicas del Dr. Mack sobre los abducidos y determinar el futuro del mismo en la institución.
Uno de los titulares que los periódicos de la epoca crearon para aprovecharse de la extraña coyuntura que asociaba a Mack, los extraterrestres y Harvard. (Imagen extraída del film “Touched”)
John Mack se enteró de la decisión del decano de Harvard a través de una carta y calificó la investigación de Kafkiana:
“Ellos han tratado de criticarme, de silenciarme diciendo que al apoyar la verdad de lo que esta gente ha experimentado, posiblemente yo estoy confirmando su distorsiones o delirios. Es decir, que en lugar de ser un buen psiquiatra y curarlos, los estaba tomando en serio, confirmando su delirio y haciéndoles daño.”
En la historia de la Universidad de Harvard, era la primera vez que se tomaba una acción de ese tipo contra un profesor contratado. En pocos días, la noticia estaba en todos los periódicos.
Algunos colegas de John Mack salieron en su defensa. Uno de ellos fue Alan Dershowitz, profesor de leyes de Harvard:
“Parece que en este estimado lugar de elevado aprendizaje, se puede hablar de ángeles pero no de extraterrestres. No habrá ningún comité determinando el futuro de John Mack , sino que habrá una demanda pública legal. Esto toca el corazón de la libertad académica.”
El Dr. Mack tuvo que contratar un abogado para su defensa. Luego de un proceso de “inquisición” moderno que duró más de catorce meses, John Mack recibió total libertad académica. Sin embargo, el informe final del comité organizado por el decano de la Escuela de Medicina de Harvard concluyó que el Dr. Mack había fallado como psiquiatra y como científico.
Arnold Relman, presidente de la comisión investigadora formada por Harvard para estudiar el caso de John Mack. (Imagen extraída del film “Touched”)
Un último detalle importante que la mayoría de investigadores pasan por alto cuando analizan el caso reportado por la revista Time es que si las declaraciones de la supuesta investigadora disfrazada de abducida, Donna Basset, fueran ciertas, la comisión investigadora de la Universidad de Harvard las habría confirmado y habría tenido las armas necesarias para expulsar al Dr. Mack de la plana docente de la Escuela Médica de Harvard. Si la comisión investigadora de Harvard no utilizó esos argumentos contra John Mack es porque no logró confirmarlos. No eran ciertos.
Si la comisión hubiera descubierto semejantes irregularidades no sólo lo habrían expulsado de la plana docente sino que habrían tomado medidas más serias.
En todo caso, la opinión de John Mack sobre el estado actual de la investigación científica no es la mejor:
“Aquellos científicos que están interesados en investigar las abducciones extraterrestres son muy cuidadosos en reportar que ellos no creen en la veracidad de los testimonios. Esta es una sabia precaución para mantener una carrera, porque los fondos, las becas y el poder ser empleado como profesor de una universidad depende de la habilidad del científico de poder mantener una identidad ligada a los principios de la corriente dominante en la ciencia. Más aún, en el caso de las abducciones extraterrestres, ¿quién en su sano juicio, habiendo tenido una experiencia extraordinaria y atemorizante, buscaría ayuda de una persona que ha decidido a priori que la experiencia no es real?”
Portada del segundo libro de John Mack sobre el fenómeno de las abducciones extraterrestres titulado “Passport to the Cosmos: Human Transformation and Alien Encounters” (Pasaporte al Cosmos: transformación humana y encuentros extraterrestres),
Un nuevo paradigma
En 1999, John Mack publicó su segundo libro titulado “Passport to the Cosmos: Human Transformation and Alien Encounters” (Pasaporte al Cosmos: transformación humana y encuentros extraterrestres).
Para realizar este libro, Mack viajó a diferentes lugares del mundo en busca de experiencias de abducción. Su investigación confirmó que el fenómeno de las abducciones no es exclusivo de la cultura occidental pues casos similares han sido reportados en comunidades nativas de varios países.
En uno de esos viajes, John Mack logró filmar uno de los testimonios más espectaculares sobre el fenómeno ovni/extraterrestre. Mack entrevistó, en cámara, a un grupo de niños de una escuela primaria de Zimbabwe que decían haber visto un platillo volador y un ser de origen extraterrestre .
Las entrevistas se pueden observar
en este documental a partir del minuto diecisiete. Estas entrevistas son un testimonio de excepción de la delicadeza, respeto y objetividad con las que Mack realizaba las entrevistas. Los Divulgadores dedicaremos una próxima entrega al caso de la escuela de Zimbabwe.
En su segundo libro sobre el tema, John Mack profundizó sobre los mensajes que recibían los abducidos. Muchos reportaban que durante su estadía en la nave extraterrestre, se les mostró impactantes imagenes de destrucción del medio ambiente terrestre y se les dijo que el mundo no puede seguir como hasta ahora, destruyendo el planeta como si sólo perteneciera a nuestra especie. Mack se dio cuenta de que muchos de ellos regresaban con un compromiso apasionado por proteger el planeta.
Dos imagenes extraídas del documental “Experiencers” en las que se aprecia a John Mack entrevistando a un grupo de niños de una escuela de Zimbabwe que vieron a un ovni y a uno de sus tripulantes.
La niña de abajo está mostrando la forma de los ojos del ser que observó junto a la nave.
Para Mack, las advertencias de estos seres son un intento de volver a conectar a los humanos con un sentido de espiritualidad más elevado que hemos perdido en el tiempo:
“Estos seres nos están despertando y el efecto de ese despertar puede ser muy útil. Ellos no funcionan a través de asistencia directa. en el sentido que alguien viene y te ayuda a cargar ese peso físicamente en tu espalda. Todo está relacionado con la conciencia.
Puede que logren que algunas personas se preocupen más por la Tierra mostrándoles imagenes de la destrucción apocalíptica de los ecosistemas de la Tierra de una manera que los deja visceralmente movidos y que hace que se vuelvan responsables. Pero esto no es una intervención directa de su parte. Ellos trabajan a través del cambio de conciencia de los seres humanos.”
Mack profundiza sobre la necesidad de construir una ciencia más abierta a contemplar estas anomalías sin prejuicios. Las ideas de John Mack son bienvenidas en una época plagada de pseudo-escepticismo y de científicos acomodados al paradigma:
“La distinción más definitiva entre el antiguo y el nuevo paradigma tiene que ver con las relaciones entre nuestra realidad y lo que puede ser considerado como el mundo espiritual, el mundo no visto, el mundo detrás del velo, el universo paralelo, hay muchos términos…lo que parece estar pasando con el fenómeno de las abducciones es que estos seres o entidades, o lo que fueren, parecen no respetar esa barrera.
Estas entidades parecen pertenecer a este universo paralelo pero lo atraviesan y se manifiestan en el mundo físico. El paradigma occidental Newtoniano y Cartesiano no tiene como enfrentarse a esto…”
Pagina interior de revista mostrando una de las últimas entrevistas realizadas a John E. Mack. (Foto por Magic )
John Mack falleció en un accidente de tránsito el 27 de Septiembre del 2004 cuando un conductor ebrio lo atropelló. A lo largo de su vida, John Mack fue psicoanalista, psiquiatra comunitario, médico y activista político.
En los últimos años de su vida, Mack se acercó a experiencias espirituales como el budismo e incluso llevó el mensaje de los abducidos hasta el
Dalai Lama. Su legado es el de un científico que creyó en la práctica de la psiquiatría como un camino para entender el mundo:
“Estos fenómenos nos dicen muchas cosas
sobre nosotros y el universo que desafían el paradigma materialista dominante. Nos revelan que nuestro entendimiento de la realidad es extremadamente limitado, el cosmos es más misterioso de lo que hemos imaginado, hay otras inteligencias, y nuestro conocimiento de las propiedades del mundo físico está lejos de estar completo.”
La visión del Dr. Mack continúa a través del
Instituto John Mack que tiene como objetivos principales: explorar las fronteras de la experiencia humana, ayudar a la transformación de la conciencia individual y apoyar la
evolución de los paradigmas que definen nuestra identidad humana.
Imagen extraída del video de la visita de John Mack al Dalai Lama.
Para Los Divulgadores, el Dr. Mack fue un visionario que entendió la verdadera naturaleza del fenómeno extraterrestre y que sentó las bases para analizar aquellos fenómenos que la ciencia es incapaz de explicar y se niega a estudiar seriamente:
“Los métodos de la ciencia – hipótesis, pruebas, rigor, experimentación, control – son valiosos y esenciales para estudiar fenómenos que residen principalmente en el mundo material.
Pero estos métodos son inadecuados para explorar asuntos que eluden los reinos de lo visible y lo invisible. Son insuficientes para aprender sobre realidades más allá de las evidentes. En estos casos debemos depender más de la experiencia, la intuición o los estados no ordinarios de conciencia.
La ciencia se mueve a través del estudio de anomalías, sean anomalías sobre la inexplicable transmisión de ondas electromagnéticas en el vacío, el imposible movimiento de los continentes sobre la faz de la Tierra o las remarcablemente consistentes historias de gente que dice haber sido abducida por extraterrestres.”
“No me queda claro por qué nos volvemos tan apegados a nuestras formas de ver el mundo. Quizás un paradigma cientifico integral, como cualquier ideología, da una sensación de dominio y poder.”
¿Necesitamos un nuevo paradigma? ¿una nueva metodología para estudiar los fenómenos que la ciencia se dedica a ridiculizar?
La respuesta la tiene usted…
Otras fuentes:
- John E.Mack.(1999). Passport to the Cosmos: Human Transformation and Alien Encounters. Three Rivers Press.
- John E.Mack. (1994). Abduction: Human Encounters with Aliens. Ballantine Books.
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Comunicador audiovisual e investigador independiente. En Los Divulgadores,
Alan Brain cubre los rubros de
astronomía, ciencia, estudios bíblicos y extraterrestres, entre otros. “Un divulgador necesita ser, al mismo tiempo, un investigador exhaustivo, un traductor riguroso y un buen narrador.”
Alan Brain