sábado, 22 de diciembre de 2012

China se enfrenta al fracaso económico inevitable



fracaso económico en China
Miles de desempleados se agolpan en una feria de empleo en Hefei, provincia china de Anhui. El descenso en el mercado inmobiliario creará aún más desempleo.

La economía de China experimentó una considerable desaceleración, que no es ninguna sorpresa para los economistas al tanto de los problemas fundamentales de las políticas macroeconómicas del país. Además, la reforma económica implementada a fines de 1970, creó un sistema tal, que su fracaso es algo inevitable.

Las dos políticas que alberga el corazón del modelo económico chino, son la excesiva dependencia de la inversión y las exportaciones, con el apoyo de intereses artificialmente bajos.

La alta inversión del régimen chino y de inversionistas extranjeros en infraestructura, y la capacidad de producción, son un motor clave de crecimiento del Producto Bruto Interno de China (PBI).

La participación de la inversión, como una parte del PBI, pasó del 35,1 % en 2000 al 48,4 % en 2011. En contraste, la inversión en otros países generalmente disminuyó en un intervalo de 15 a 29 %. En pocas palabras, en otros países las personas compran y venden cosas, pero en China, el régimen está construyendo cosas.

La inversión masiva en China fue impulsada, en parte, por las tasas de interés artificialmente bajas. Tras tomar en cuenta la inflación, estas tasas fueron de cero a negativo. En otras palabras, dinero gratis.

Ese dinero, dócilmente suministrado por los bancos estatales, se cargó a la infraestructura, bienes raíces y otros grandes proyectos industriales. Pero hay sólo algunos puentes, ferrocarriles y bobinas de una tonelada de cobre, que pueden tener un uso productivo.

El sector del acero puede producir 900 millones de toneladas métricas de acero por año, superando la demanda en alrededor de 160 millones de toneladas métricas. Desde 2008, la capacidad fue impulsada en un 50 %, o 300 millones de toneladas métricas. Como resultado del exceso de capacidad, un tercio de las compañías siderúrgicas perdieron dinero en los primeros siete meses de 2012.

Esto no significa, sin embargo, que la producción se detuvo. El volumen de producción compone el 8 % del PBI, y un fallo para producir acero afectaría gravemente las cifras económicas. Así las acerías siguen funcionando a un 95 % de la capacidad, produciendo bienes que nadie compra.

El sector solar de China, tiene quizá el peor exceso de capacidad. Como resultado de los incentivos distorsionados, la producción de paneles solares está funcionando a un ritmo de 20 veces la demanda nacional total, y el doble de la demanda mundial, según algunas estimaciones.

El exceso de capacidad afecta otros sectores, incluyendo la manufactura, la minería, aluminio, mineral de hierro, cemento, etc. Un mayor crecimiento en estas áreas simplemente acaban con la riqueza. Los recursos son consumidos por las inversiones que tienen un uso poco productivo y no generan flujos de efectivo significativos.

Las tasas de interés extremadamente bajas hicieron todo esto posible. Las empresas estatales, que necesitan una gran cantidad de dinero, pueden pedir prestado tanto como quieran a bajo costo. Aquellos que ahorran su dinero -las familias y los trabajadores-están subsidiando estas operaciones a través de sus depósitos bancarios, ya que tienen pocos lugares para poner su dinero.

Pero hay otro lugar: bienes raíces. Para la mayoría de la gente, la inversión en bienes raíces es el único lugar donde se puede obtener una tasa de retorno decente sobre su dinero, que excede a la inflación de precios al consumidor. Como resultado, la enorme inversión en inmuebles creó una gran burbuja.

La inversión en bienes raíces representó el 13 % del PBI de China en 2011, mientras que los ingresos procedentes de la venta de tierras representa el 30-50 % de los ingresos de los gobiernos locales.

También creó ciudades fantasma, como Ordos en Mongolia Interior, famosamente apodado "Ciudad vacía de China", después de que Al-Jazeera difundiera los enormes centros comerciales desocupados y decenas de edificios deshabitados.

Con las tasas de vacancia al 30 % en algunos lugares, y precios que son a menudo exagerados ​​con respecto a la capacidad del gasto potencial del consumidor chino, el sector de la vivienda se encuentra con problemas y muchos desarrolladores están cerrando. Un descenso en el mercado inmobiliario va a crear desempleo y deprimir otros sectores económicos que dependen de los bienes inmuebles.

Las bajas tasas de interés reales, el alto costo de vida para la gente común, y el control de los recursos por las industrias que están cerca del estado, significan que el promedio de los hogares chinos tienen poco poder adquisitivo.

Así, desde 1990 a 2011, la participación del consumo del PBI de China fue del 47 % a 34 %. El consumo de Estados Unidos representa alrededor del 70 % del PBI.

El modelo económico del que China dependió durante tanto tiempo, ya no funciona. Su círculo de más inversión, menos retorno, simplemente está destruyendo la riqueza.

La única manera de avanzar, es que el consumo aumente proporcionalmente al PBI. Eso, sin embargo, requerirá revertir las distorsiones en el sistema económico construido en torno a las familias y facciones del Partido Comunista, que se benefician enormemente de las disposiciones actuales.

En ausencia de una reforma significativa, es decir, una transformación fundamental del modelo de crecimiento económico del país, el sistema se va a desplomar.

Tianlun Jian
La Gran Época
sab, 22 dic 2012 04:12 CST




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