Muchos de los acontecimientos que rodean al mundo de lo paranormal, han sido siempre un punto de referencia para la investigación de los enigmas y misterios que se desenvuelven a nuestro alrededor. Por desgracia todavía nos queda mucho por conocer.
Uno de estos acontecimientos es el incidente que tuvo lugar en el paso Dyatlov. Con dicho nombre se bautizó al camino de la montaña Jolat Siagil, en el Norte de los montes Urales (Rusia) en honor a Igor Dyatlov, fallecido junto al grupo de excursionistas que lideraba en la zona de dicho paso.
El nombre de Jolat Siagil, en lengua Mansi (nativos de los Urales) significa "Montaña de la Muerte" y, el día 2 de febrero de 1959 dio sentido a su nombre haciendo vivir al grupo de excursionistas la noche más terrible de sus vidas; acabando con su muerte en extrañas circunstancias.
Este horrible suceso se sustenta por las filmaciones y fotografías encontradas en sus tiendas de campaña.
El nombre de Jolat Siagil, en lengua Mansi (nativos de los Urales) significa "Montaña de la Muerte" y, el día 2 de febrero de 1959 dio sentido a su nombre haciendo vivir al grupo de excursionistas la noche más terrible de sus vidas; acabando con su muerte en extrañas circunstancias.
Este horrible suceso se sustenta por las filmaciones y fotografías encontradas en sus tiendas de campaña.
ESTA ES LA HISTORIA
El grupo de excursionistas formaba parte de una excursión para esquiar a través de las cordilleras de los Urales. Constaba de 8 hombres y 2 mujeres casi todos estudiantes del Instituto Politécnico de los Urales:
-Igor Diatlov, líder del grupo. Estudiante del departamento de radio, 23 años
-Zinaida Kolmogorova. Estudiante del departamento de radio, 22 años
-Liudmila Dubinina. Estudiante de economía, 21 años
-Aleksandr Kolevatov. Estudiante del departamento de geotecnia, 25 años
-Rustem Slobodin. Estudiante de la facultad de ingeniería, 23 años
-Yuri Krivonischenko. Estudiante de la facultad de ingeniería, 24 años
-Yuri Doroshenko. Estudiante de economía, 21 años
-Nicolas Thibeaux-Brignollel. Estudiante de la facultad de ingeniería, 24 años
-Alexander Zolotarev. Guía de montaña, 37 años
-Yuri Yudin. El único superviviente.
La travesía fue catalogada de "categoría 3" ya que las condiciones climatológicas y el terreno la hacían muy dura, y el objetivo era alcanzar elMonte Otorten (situado a 12 km más al Norte del paso Dyatlov) y regresar antes del día 12 de febrero a Vizhai. El grupo llegó a la ciudad de Ivdal el 25 de Enero, donde el crudo invierno ruso ya estaba en su apogeo dejando el paisaje blanco por las intensas nevadas. Preguntaron si algún transporte iba hasta Vizhai (el último núcleo urbano del extremo Norte de esa zona de losUrales). Un camionero se ofreció a llevarlos.
El día 27 de Enero iniciaron la marcha a pié hasta el Monte Otorten,pero Yuri Yudin a causa de su enfermedad no pudo mantener el ritmo de los demás y decidió regresar a Ivdal. El grupo se había reducido a 9 personas. El 31 de Enero se internaron por los tramos de las zonas altas de los Urales, y tuvieron que hacer uso de su equipo de escalada para rebasar la zona hasta llegar a los valles, donde se reabastecieron de los víveres y materiales necesarios para el viaje de regreso.
El 1 de febrero se dispusieron a cruzar el paso de montaña para alcanzar el campamento que estaba al otro lado, pero a causa del mal tiempo se vieron envueltos en una tormenta con fuertes rachas de viento y nieve; quedando totalmente desorientados, desviándose a través de uno de los tramos situados al Oeste del paso que conducía a la cima de la montaña. Cuando fueron conscientes de su equivocación decidieron detenerse y montar las tiendas de campaña hasta que la tormenta amainara y así volver al día siguiente a la ruta correcta.
El 1 de febrero se dispusieron a cruzar el paso de montaña para alcanzar el campamento que estaba al otro lado, pero a causa del mal tiempo se vieron envueltos en una tormenta con fuertes rachas de viento y nieve; quedando totalmente desorientados, desviándose a través de uno de los tramos situados al Oeste del paso que conducía a la cima de la montaña. Cuando fueron conscientes de su equivocación decidieron detenerse y montar las tiendas de campaña hasta que la tormenta amainara y así volver al día siguiente a la ruta correcta.
Se esperaba que Dyatlov enviara un telegrama de confirmación de regreso a Vizhai antes del 12 de febrero, pero jamás fue recibido. Los familiares y amigos de los jóvenes aventureros, al no recibir noticias de los mismos, se prestaron a montar un grupo de rescate para que fuera recorriendo la ruta programada. Dicho grupo de rescate estaba formado por alumnos voluntarios y miembros del profesorado del Instituto Politécnico de los Urales, que iniciaron su búsqueda el día 20 de febrero. Días más tarde, miembros del ejército se unieron al equipo de búsqueda y rescate, aportando efectivos de a pié y dos helicópteros.
La terrible sorpresa llegaría el día 26 de Febrero, cuando la patrulla de rescate encontró el campamento abandonado y en muy mal estado, junto a la ladera del Monte Kholat Syakhl.Las tiendas de campaña presentaban múltiples daños y en la nieve se podían distinguir las huellas de los excursionistas en dirección a un bosque que se hallaba a unos dos kilómetros de distancia, en sentido contrario de la ruta que habían establecido.
Se adentraron en el bosque y comprobaron que a pocos metros de distancia las huellas se perdían ocultas bajo un grueso manto de nieve; perdiendo así el rastro dejado por los desaparecidos. El grupo continuó su marcha a través del bosque, hasta que, unos quinientos metros después de haber perdido el rastro de los excursionistas, se dieron de bruces con los restos de una hoguera improvisada bajo un enorme pino y, junto a ella, un cadáver descalzo ataviado solamente con su ropa interior térmica. Siguieron rastreando la zona, hallando otros tres cuerpos sin vida.
Por la posición de los cadáveres, de cara al campamento, daba la sensación de que habían caído fulminados mientras huían despavoridos de algo o de alguien. Los cuerpos sin vida del resto de los integrantes del grupo no fueron hallados hasta dos meses después de haberse iniciado los trabajos de rescate, sepultados bajo una capa de nieve de cuatro metros de espesor, junto a uno de los arroyos del barranco que discurren por el interior del bosque.
Se adentraron en el bosque y comprobaron que a pocos metros de distancia las huellas se perdían ocultas bajo un grueso manto de nieve; perdiendo así el rastro dejado por los desaparecidos. El grupo continuó su marcha a través del bosque, hasta que, unos quinientos metros después de haber perdido el rastro de los excursionistas, se dieron de bruces con los restos de una hoguera improvisada bajo un enorme pino y, junto a ella, un cadáver descalzo ataviado solamente con su ropa interior térmica. Siguieron rastreando la zona, hallando otros tres cuerpos sin vida.
Por la posición de los cadáveres, de cara al campamento, daba la sensación de que habían caído fulminados mientras huían despavoridos de algo o de alguien. Los cuerpos sin vida del resto de los integrantes del grupo no fueron hallados hasta dos meses después de haberse iniciado los trabajos de rescate, sepultados bajo una capa de nieve de cuatro metros de espesor, junto a uno de los arroyos del barranco que discurren por el interior del bosque.
¿QUÉ SUCEDIÓ REALMENTE?
La autopsia de los cinco primeros cuerpos encontrados, reveló que no había lesiones que hubieran podido provocar la muerte de ninguno de ellos y en un principio se mantuvo la hipótesis de la muerte por hipotermia. Pero las autopsias de los otros cuerpos hallados más tarde, cambió drásticamente el desarrollo de la investigación.
Tres de los fallecidos mostraban lesiones mortales. Uno de ellos presentaba importantes daños en el cráneo, y los otros dos mostraban sendas fracturas en sus cajas torácicas que parecían haber sido inducidas por causa del atropello de un vehículo circulando a gran velocidad. Ninguno de ellos presentaba lesiones superficiales, exceptuando una de las muchachas a la que le faltaba la lengua.
Tres de los fallecidos mostraban lesiones mortales. Uno de ellos presentaba importantes daños en el cráneo, y los otros dos mostraban sendas fracturas en sus cajas torácicas que parecían haber sido inducidas por causa del atropello de un vehículo circulando a gran velocidad. Ninguno de ellos presentaba lesiones superficiales, exceptuando una de las muchachas a la que le faltaba la lengua.
Una de las primeras hipótesis que se barajaron fue que un grupo de indígenas Mansi hubiera atacado a los excursionistas por haber entrado en sus tierras, pero las lesiones que presentaban sus cuerpos y las huellas encontradas, todas pertenecientes a los fallecidos, acabaron por desestimar esta primera conjetura.
Los restos hallados en el campamento intuían que en aquel lugar se habían vivido situaciones de auténtico pánico. Las tiendas de campaña, que permanecían con las cremalleras cerradas, estaban rotas y daba la sensación que sus ocupantes las habían abandonado a toda prisa presos de una situación de pánico.
Y lo más enigmático del caso, es que los últimos cuerpos que fueron encontrados mostraban altos niveles de radiación. Dichos niveles también fueron detectados por los investigadores en la zona de la ladera donde estaban montadas las tiendas de campaña. Por otro lado, la previsión meteorológica del día 2 de Febrero indicaba fuertes rachas de viento, intensas nevadas y temperaturas inferiores a -20ºC, pero los cadáveres iban vestidos con la misma ropa que habían utilizado para dormir, incluso algunos llevaban sobre sus cuerpos trozos de tela que habían arrancado a los que ya habían fallecido, para resguardarse del frío.
Y lo más enigmático del caso, es que los últimos cuerpos que fueron encontrados mostraban altos niveles de radiación. Dichos niveles también fueron detectados por los investigadores en la zona de la ladera donde estaban montadas las tiendas de campaña. Por otro lado, la previsión meteorológica del día 2 de Febrero indicaba fuertes rachas de viento, intensas nevadas y temperaturas inferiores a -20ºC, pero los cadáveres iban vestidos con la misma ropa que habían utilizado para dormir, incluso algunos llevaban sobre sus cuerpos trozos de tela que habían arrancado a los que ya habían fallecido, para resguardarse del frío.
Algunos investigadores ajenos al trabajo de campo"oficial", que tuvieron acceso a los archivos relacionados con el caso, expusieron que la versión oficial ofrecida por las autoridades declaraba que tres de los excursionistas habían perecido de hipotermia y el resto a causa de diversos accidentes de montaña. Cabe añadir, que tras los funerales de los jóvenes excursionistas, sus familiares afirmaron que los cuerpos presentaban un extraño tono marrón en la piel.
El paso Dyatlov permaneció cerrado durante más de tres años por las autoridades, y todavía hoy se desconocen las verdaderas causas por las que los nueve excursionistas huyeran despavoridos de las tiendas de campaña, casi sin ropa, adentrándose en el bosque junto a las laderas del monte Kholat Syakhl. Algunos alpinistas profesionales han afirmado en varias ocasiones que han visto esferas anaranjadas sobre la zona y sentirse pesados mientras deambulaban por los bosques cercanos al paso.
Fuente: http://creepyszone.blogspot.com.es/2012/08/el-incidente-del-paso-dyatlov.html
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