Son devastadores los efectos del caso Bárcenas sobre la imagen del PP, como los ERE fraudulentos de Andalucía sobre la imagen del PSOE. Sólo elevando a definitiva esa conclusión se pueden matizar algunos desvaríos del coro político y mediático del PP contra el PSOE y los sindicatos por cuenta del mayor escándalo en la Andalucía socialista.
Y no me refiero a la exigencia de responsabilidades a quienes están por encima en el escalafón de un partido. Al fin y al cabo, Bárcenas era un cualificado militante del PP (gerente, tesorero, senador) y Javier Guerrero lo era del PSOE (director general de Trabajo y principal muñidor de la trama).
Tan previsible es que el PP pida la dimisión del presidente de la Junta, José Antonio Griñan, como que los socialistas pidan la del presidente Rajoy. De esa lógica deviene que este sea tan culpable o tan inocente de las trapacerías de Bárcenas como aquel de las de Guerrero. Se acomoda a la pugna partidista que se desenvuelve en el terreno estrictamente político sin pasar al judicial, pues nadie cree en serio que Rajoy, o Griñán en su caso, organizasen, amparasen o consintiesen esas malas prácticas. Lo alarmante es la manipulación de los hechos en virtud del perverso 'más eres tú'. El ansia compensatoria tiene su límite en el respeto a la verdad.
Tan previsible es que el PP pida la dimisión del presidente de la Junta, José Antonio Griñan, como que los socialistas pidan la del presidente Rajoy. De esa lógica deviene que éste sea tan culpable o tan inocente de las trapacerías de Bárcenas como aquel de las trapacerías de Guerrero
Se falta a la verdad, por ejemplo, cuando se habla de un fraude de 647 millones de euros, que es la cantidad total presupuestada en las partidas de ayudas a empresas y trabajadores durante nueve años consecutivos. La propia juez Alayasostiene que el dinero defraudado (suficiente para que se les caiga la cara de vergüenza a los socialistas andaluces) ronda los 136 millones: 74 para empresas que falsearon su situación, 50 en comisiones y 12,3 para prejubilados “intrusos”. Se deduce que en ayudas a empresas realmente necesitadas se gastaron no menos de 500 millones de euros. O que, además de los 126 jubilados falsos, recibieron ayuda 6.000 jubilados verdaderos.
A raíz de la reciente Operación Heracles, que deja el saldo de imputados en sesenta y ocho y el de encarcelados en siete, han entrado en danza Comisiones Obreras y UGT. Desde este fin de semana, en el discurso de quienes juegan a compensar los efectos del caso Bárcenas en la opinión pública, se ha colado la acusación de que las dos grandes centrales sindicales forman parte de la trama de los ERE. Y que para financiarse se sumaron al festín de las sobrecomisiones por tramitar expedientes. Es normal que hagan ese tipo de gestiones en nombre del trabajador. Otra cosa es que se prestasen a tramitar expedientes a sabiendas de que eran fraudulentos, porque en ese caso también deberían responder ante la juez. Pero me parece insensato acusarles de formar parte de la trama por la presencia entre los implicados de un exsindicalista, Juan Lanzas, o porque el director de Vitalia, Eduardo Pascual, que se forró con las comisiones abusivas, le haya dicho a la magistrada “pregunte a los sindicatos” cuando aquella le preguntó por el paradero del dinero defraudado.
Decir que los sindicatos están implicados en la trama por cobrar comisiones (0,5% de la prima) en los expedientes de los ERE andaluces (como en los murcianos, los gallegos, los madrileños o los manchegos) es como decir que la banca está implicada en el caso Urdangarin porque le cobraba comisiones en sus millonarias operaciones bancarias.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/opinion/al-grano/2013/03/25/ere-y-barcenas-en-el-juego-de-las-compensaciones-10971/
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