El sitio web WikiLeaks ha publicado más de 1,7 millones de documentos de la inteligencia norteamericana y el servicio diplomático en los años 1973-1976.
Foto: La Voz de Rusia
Una serie de esos documentos publicados fueron enviados al, en aquel entonces, secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, o provenían de él. En la mayoría de los documentos aparece una marca que reza “no para su difusión” y algunos tenían antes el estatus de secreto.
En el sitio WikiLeaks este conjunto de documentos llevan el nombre de Biblioteca Pública de la Diplomacia de EEUU.
Aún en diciembre pasado, Julian Assange dijo que “no lo asustarían” y prometió dar a conocer un millón más de nuevos documentos en 2013, en los que estarán implicados “todos los países del mundo”.
og/as/sm
http://spanish.ruvr.ru/2013_04_08/WikiLeaks-publica-documentos-diplomaticos-de-EEUU/
Lo que Wikileaks cuenta del Rey: "Su padre, don Juan, era mucho más liberal"
El rey de España, don Juan Carlos, junto a su padre, don Juan de Borbón y Battenberg (Efe).
Wikileaks, el portal de filtraciones periodísticas creado por Julian Assange, liberó ayer cerca de dos millones de nuevos documentos, muchos clasificados, relacionados con la diplomacia de EEUU en la década de los 70 del siglo pasado. Algunos de ellos revelan las prisas del actual Rey de España por relevar a un Francisco Franco ya muy enfermo, en la primavera de 1975, o el desprecio que la familia del dictador sentía por el entonces príncipe y sucesor.
En un cable secreto enviado el 26 de mayo de 1975 al Departamento de Estado, en Washington, por el embajador de EEUU en Madrid, Horacio Rivero, éste relataba los pormenores del encuentro que ese mismo día mantuvo con el futuro Rey en la sede de la legación diplomática estadounidense, en vísperas de la visita a España del presidente norteamericano Gerald Ford. "El príncipe Juan Carlos mostró su habitual frustración por la falta de evolución en España", con un Franco que fallecería seis meses más tarde pero que aún se aferraba al poder.
"Juan Carlos dijo que su principal preocupación seguía siendo que, cuanto más tardase en producirse la transición", es decir, la muerte de Franco o el traspaso anticipado del poder por incapacidad de aquél, "menos valor tendría él y más precaria sería el escenario del posfranquismo". El diplomático estadounidense aseguraba que "algunas personas", entre ellas el presidente francés Valéry Giscard d'Estaing, "le habían aconsejado que abandonara España durante un tiempo para mostrar su descontento por la parálisis del país".
El entonces príncipe rechazó esa proposición porque, según Rivero, "dijo que en ese momento estaba empezando a ser más conocido en toda España y aceptado como el único sucesor posible de Franco... si no tenía que esperar demasiado tiempo". El embajador también relata que el príncipe le confesó que, en una reciente reunión con el ministro del Interior, José García Hernández, un duro del régimen, "le había expresado su preocupación por la falta de un programa político para el País Vasco que aislara a los separatistas y redujera el terrorismo".
Ignorado por la familia de Franco
En el mismo documento secreto, Rivero desvela que "el médico de Franco le había pedido el día anterior que fuera más a menudo a visitarle al hospital", y que el príncipe le respondió que, cuando lo hacía, la familia del dictador "lo ignoraba y lo dejaba solo". Aún así, el doctor recomendó al joven Príncipe de España que acudiera al hospital "varias veces a la semana para animar" al que todavía era jefe del Estado, en ese momento enfermo de flebitis.
Nueve meses antes, el 26 de agosto de 1974, el embajador de EEUU había enviado otro cable a Washington, éste con la etiqueta de confidencial, bajo el título Valoración de Juan Carlos y perspectivas de transición. El documento aseguraba, erróneamente, que "el enfermo Caudillo no puede durar hasta final de año, pese a los recientes comentarios eufóricos de su yerno", Cristóbal Martínez-Bordiú, que pronosticó una rápida recuperación de su suegro. La "principal amenza" para el príncipe, según Rivero, procedía precisamente de "la familia de Franco, la ultraderecha y algunos militares retirados pero influyentes".
En ese documento, Rivero alertaba al Departamento de Estado acerca de lo que consideraba "otro factor potencialmente perjudicial" para las aspiraciones del príncipe de suceder cuanto antes a Franco: "La actitud y las acciones del padre de Juan Carlos, el considerablemente más liberal don Juan". El embajador señalaba que "algunos observadores creen que don Juan buscará, tras la desaparición de Franco,regresar de Portugal para vivir permanentemente en España, algo que muchos sectores del régimen ven con cierta animadversión".
"Si esos sectores", proseguía el cable, "considerasen que Juan Carlos está siendo excesivamente influenciado por su padre, o si don Juan hiciese declaraciones políticas críticas con el legado de Franco o con el régimen que heredaría su hijo, esto podría causar una situación muy embarazosa y, tal vez, graves problemas para Juan Carlos". El 14 de marzo de 1977, sin embargo, don Juan renunció a sus derechos sucesorios en favor de su hijo durante el discurso que pronunció en presencia de éste en el palacio de La Zarzuela.
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