Foto: Reconstrucción en 3D de la musculatura del hueso hioides al nivel de haces de fibras. Vista frontal (a) y lateral (b). genihiodeo (púrpura); milohioideo (negro); estilohioídea (azul); esternohioideo (verde).
Fuente: Elettra Sincrotone Trieste | 19 de diciembre de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
¿Podían hablar los neandertales? El último análisis de rayos X realizado en el centro de investigación Elettra Sincrotrone Trieste (Italia), sobre el hueso hioides de un hombre de neandertal hallado en 1989 en el enclave arqueológico de Kebara (Israel), apoya firmemente esta hipótesis.
El artículo de investigación ha sido publicado en la revista internacional PLOS ONE y presenta los resultados de una comparación entre las propiedades biomecánicas del hueso hioides de Kebara y el mismo hueso en el Homo sapiens. El estudio fue realizado por un equipo internacional de investigación con miembros de Elettra Sincrotone, la Universidad de Chieti y el ICTP (Unesco) de Italia, la Universidad de Nueva Inglaterra y de Nueva Gales del Sur, en Australia, y la Universidad de Toronto, en Canadá.
Foto: A: Hueso hiodes de un Homo sapiens; B: hueso hiodes de un chimpancé.
Los investigadores trataron la cuestión de lenguaje complejo y su evolución centrado su atención en el mencionado hueso hioides. Este es el único hueso del tracto vocal y, por tanto, la única parte del mismo que puede fosilizarse.
El hueso hioides proporciona apoyo a la laringe y sirve como anclaje de la lengua y otros músculos necesarios -por lo menos en el Homo sapiens- en la fonación.
Era ya conocido, a partir del estudio de la morfología externa, que los huesos hioides del Homo neanderthalensis y del hombre moderno no difieren significativamente, si bien tienen una forma diferente a la de otros primates, tal como los chimpancés.
"Sin embargo, esta observación", explica Ruggero D'Anastasio (izquierda), paleontólogo de la Universidad de Chieti, "aunque sea compatible con el uso del lenguaje en esta especie de Homo que vivió hace entre doscientos y treinta mil años, no es en absoluto suficiente. Para ser capaces de decir algo acerca de la función del hueso hioides, era crucial analizar su microestructura interna, la cual se remodela en respuesta a la tensión mecánica a la que está sometido el hueso".
"En Elettra -explica Lucía Mancini (derecha), física y experta en técnicas de imagen de rayos X- hemos analizado el hueso hioides de Kebara y los de numerosos Homo sapiens utilizando técnicas de microtomografía, que son las que pueden proporcionar, de una manera no invasiva, una reconstrucción virtual en tres dimensiones de las características histológicas del hueso (el grosor trabecular y el patrón de distribución de los canales vasculares) con una resolución no alcanzable mediante un CAT convencional. A partir de estas reconstrucciones, nuestros colegas de Australia y Canadá también han hecho simulaciones con el llamado 'análisis de elementos finitos', originalmente diseñado para estudiar materiales en la industria aeroespacial y nuclear, y que es útil para evaluar la respuesta biomecánica del hueso como resultado de una tensión externa".
Los resultados obtenidos con microtomografía de rayos X han confirmado que la microestructura interna del hueso hioides de Kebara es similar a la de del hueso hioides de los humanos modernos y que, en todas las muestras, la estructura histológica es típica de un hueso sometido a la actividad metabólica intensa y constante (como el lenguaje). Las comparaciones basadas en el 'análisis de elementos finitos' muestran importantes similitudes en el comportamiento micro-biomecánico.
Foto: Estructura transparente del hueso hiodes de Kebara (Israel)
"Aunque tenemos la intención de analizar otros huesos hioides para aumentar aún más la importancia de los datos, yo creo que este trabajo representa un paso decisivo en apoyo de la hipótesis de que los neandertales utilizaban un lenguaje complejo. Nuestros resultados confirman, de hecho, que el hueso hioides en las dos especies tienen el mismo tipo de uso biomecánico.
Que esto también corresponde a la misma función -que es el habla- parece ser la conclusión más razonable. Nuestros resultados, sumados a otras pruebas procedentes de la paleontología, la arqueología y la paleogenética, van en la misma dirección.
El uso de pigmentos, la subdivisión de áreas residenciales dentro zonas de asentamiento, el uso de restos de animales (por ejemplo, plumas) como ornamento personal, y otros comportamientos que se pueden interpretar como formas de comunicación compleja, se atribuyeron anteriormente sólo al 'Homo sapiens', pero recientemente han sido confirmados también en los neandertales.
Todo esto se suma a la conclusión de que nuestros antepasados podían hablar realmente", concluye Ruggero D'Anastasio.
"Tal vez los neandertales podían asimismo cantar y bailar al son de la música", añade Claudio Tuniz (izquierda), físico en el Centro Internacional Abdus Salam de Física Teórica de Trieste, "tal como sugieren nuestros recientes estudios sobre una flauta hecha con el fémur de un oso y que fue hallada en Eslovenia, en un lugar que era frecuentado por los neandertales hace 60.000 años".
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