El Foro Económico Mundial ha reconocido en su reciente informe de riesgos para 2014 las “tormentas geomagnéticas”, comunmente conocidas como “tormentas solares”, como uno de los concretos peligros naturales que podría desencadenar una gran catástrofe de magnitud internacional.
Dicho reconocimiento es del todo inédito y el Foro Económico Mundial nunca antes había reconocido tal riesgo de forma expresa como lo hace ahora. Aunque no es el primer organismo económico internacional que reconoce la realidad de la situación de riesgo potencial a este respecto.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, integrada por 34 Estados miembro) tras un informe monográfico en 2011 sobre el clima espacial también declaró el riesgo de tormenta solar extrema como uno de los cinco grandes peligros potenciales para la humanidad y reconoció la necesidad de prevenirlo adecuadamente, en la misma línea quehabía venido haciendo NASA, o la Organización Meteorológica Mundial; particularmente desde que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos elaborase en 2008 el que sería el primer gran informe internacional en esta materia, alertando a la comunidad internacional.
Los propios asesores científicos de los Presidentes Barak Obama y David Cameron firmaron conjuntamente un artículo desde el New York Times intentando concienciar a la comunidad internacional sobre la realidad de este riesgo, y hasta cuatro de las mayores compañías aseguradoras del planeta como Zurich, Lloyd’s, Allianz, o Aon Benfield han insistido en las graves implicaciones de distinto tipo, incluido el riesgo para las centrales nucleares, de una posible tormenta solar extrema que nos golpease, como tambien ha reconocido por su parte la NRC, o Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos.
Sin embargo, desde entonces, y tras cinco años de advertencias de la seriedad de las referidas y desde todo tipo de sectores institucionales y científicos, incluida la Comisión Europea o Naciones Unidas, casi todo sigue por hacer en la mayoría de los países, con apenas un puñado de excepciones.
Una de ellas es Estados Unidos, dónde en febrero de 2010 tuvo lugar en Boulder, Colorado, el primer gran simulacro atlántico de tormenta solar extrema organizado por FEMA y NOAA, y con la participación de la Comisión Europa y varios gobiernos de nuestro entorno, pero entre los que no estuvo España pese a haber sido invitada, no dando, de hecho, inicio los esfuerzos españoles en esta materia hasta finales de marzo de 2011 con las Primeras Jornadas Técnicas sobre el Clima Espacial organizadas por el Ministerio del Interior y la Dirección General de Protección Cvil y Emergenciasy la creación del Observatorio del Clima Espacial y el Sistema de Alerta Civil para el EMP (SACE) apenas unas semanas después, el 16 de Abril de 2011 con lo que poco a poco fue abriéndose camino la comprensión de este nuevo riesgo natural entre distintas instituciones españolas y la propia ciudadanía.
En Estados Unidos todas estas acciones se verían seguidas, además, del simulacro militar “En la oscuridad” (“In the Dark”): “Planificación Militar para un Evento Catastrófico para las Infraestructuras Críticas“, llevado a cabo en la Academia de Guerra por parte del Comando Norte del Ejército de los Estados Unidos con la participación conjunta de los principales expertos civiles en la materia y, meses después, tendría lugar el primer gran simulacro nacional desde el Capitolio de los Estados Unidos después del cual Barack Obama terminaría reconociendo formalmente las tormentas solares como una de las grandes “amenazas para la seguridad nacional de los Estados Unidos” en la actualidad siendo mucho más recientemente el gran simularo de campo de “apagón continental” denominado “Grid EX II”, un escenario nunca antes visto y en el que participaron no sólo autoridades de EEUU, sino también de México y Canadá.
¿Qué es, por tanto, lo que está sucediendo realmente con todo este nuevo riesgo global, cada vez más reconocido pero cuyas efectivas medidas preventivas no terminan de ser puestas en práctica?
Desde el Observatorio del Clima Espacial explican que “por mucho que el propio Foro Económico Mundial ratifique y reconozca ahora lo ya tantas veces reconocido – que el riesgo natural del clima espacial en sus dos vertientes de máxima o mínima actividad es un riesgo muy real -, el hecho es que “las instituciones se muestran principalmente aturdidas, desbordadas, ante un riesgo de esta magnitud e implicaciones”.
“Y ello es así porque, realmente resulta difícil hasta pararse a reflexionar sobre el hecho de que éste pueda ser un riesgo tan cercano, y que todo esto, realmente, está pasando y puede llegar a desencadenarse de verdad, por lo que se tiende a producir una suerte de mecanismo psicológico de bloqueo, dónde se confunde el hecho de que afortunadamente estamos ante un riesgo de baja probabilidad con el hecho de que de desencadenarse y no haberlo prevenido de manera normal a causa de ello mismo, iríamos del mal escenario de partida a uno muchísimo peor, con unas consecuencias potenciales que en ocasiones nos han quitado el sueño por la noche”.
“Seguimos sin estar preparados dentro y fuera de España a demasiados niveles, e incluso las buenas prácticas de autoprotección familiar, las más cercanas a nosotros mismos y que no dependen de nadie más, son dejadas de lado no obstante todo lo anterior, y a pesar de haber sido formuladas ya al menos las primeras recomendaciones concretas y oficiales a la población desde hace más de un año“.
No hay comentarios:
Publicar un comentario