La gestión económica del gobierno de Turquía podría llevarle a perder las elecciones. A los problemas económicos que sacuden el país, ahora se suma la presunta venta secreta de 200 toneladas de oro al régimen de los ayatolás de Irán.
Esto ha causado un revuelo notable en la zona, ya de por sí castigada por los constantes conflictos, la acción de los separatistas kurdos y la sublevación de guerrillas suníes en Iraq.
El gobierno presidido por Erdogan está arrojando un resultado económico que no invita precisamente al optimismo: escalada de la inflación, crecimiento económico débil, depreciación de la lira (la divisa local) y, por último, déficit creciente en la balanza por cuenta corriente.
Este desequilibrio es, precisamente, el que más preocupa al Gobierno y el cual pretende ser atajado mediante una serie de operaciones clandestinas de exportación entre las que se encuentra el oro.
A través de un intermediario y en una operación dirigida por el ministro de Finanzas, Turquía ha conseguido burlar el embargo comercial que pesa sobre Irán, vendiéndole 200 toneladas de oro. De esta forma, el país ha conseguido divisas para controlar el creciente déficit por cuenta corriente y evitar un deterioro mayor de la divisa nacional.
Este escándalo fue dado a conocer a finales del pasado año, momento en que el ministro de Finanzas Zafer Caglayan, se vio obligado a dimitir. Sin embargo, como miembro del Parlamento está aforado y, según la legislación turca, no se le puede juzgar. La novedad en este momento es la implicación tan alta del Gobierno en esta red de tráfico ilegal de oro.
Según consta en las estadísticas oficiales, Turquía pasó en un año (de 2011 a 2012) de exportar oro a Irán por los cauces legales con un valor de 53 millones de dólares a hacerlo con un valor de 6.500 millones de dólares. Este incremento tan espectacular de las exportaciones no venía motivado por ninguna razón aparente. Este fue, sin duda, el punto de partida de las investigaciones y ha acabado en un caso grave de corrupción de las instituciones del Estado.
Según las investigaciones, destacados miembros del Gobierno y los conseguidores se hicieron con comisiones de lo más suculentas: diamantes multimillonarios, maletines llenos de fajos de billetes, artículos de moda de lujo, automóviles de lujo y mansiones de primera categoría.
Erdogan y su gobierno niegan su implicación en esto y acusan a los jueces y fiscales que están investigando este caso de querer “desestabilizar” al Gobierno. Creen que se trata de un “montaje” de los opositores. Sin embargo, las pruebas y confesiones de la mano derecha del antiguo ministro de Finanzas dejan poco margen de duda.
Fuente: http://www.oroyfinanzas.com/2014/06/ministro-finanzas-turquia-implicado-venta-secreta-oro-iran/
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