lunes, 23 de febrero de 2015

Los kurdos avanzan por Raqqa, el corazón del terror del ISIS, al tiempo que se disponen a liberar Mosul

Mujeres combatientes kurdas

Gonzalo Vidarte.- Tras la importante victoria de Kobane, cuya liberación se percibe como un antes y un después en el declive del autodenominado Estado islámico, los kurdos avanzan imparables y ya han entrado en la provincia de Raqqa, en Siria, el corazón del terror, donde se encuentra la capital de Daesh (acrónimo en árabe con tono despectivo de estado islámico).

Los kurdos han tomado un monte estratégico que domina varias vías de comunicación y aprovisionamiento de Raqqa. Antes, han liberado 163 aldeas del entorno de Kobane, ciudad convertida ya en símbolo de lucha por los valores universales de la Humanidad. Los peshmergas (los que desafían a la muerte), fuerzas regulares kurdas, y las milicias YPG, han demostrado que la combinación de fuerzas terrestres motivadas y apoyo aéreo de la coalición internacional resulta demoledora: las bajas del estado islámico –entre las ratas, como les llaman los kurdos- están siendo cuantiosas, más de mil cien el sitio de Kobane.

Hacia la liberación de Mosul

La que se presenta como la gran batalla inmediata es la liberación de Mosul, la segunda ciudad en población de Iraq, con un millón de habitantes, controlados y dominados por unos dos mil yihadistas, que han desplegado niveles de terror inimaginables: han decapitado a ancianos y niños, han lanzado al vacío a homosexuales, han cortado las manos a mujeres por usar móviles, han fusilado a adolescentes, trece, por ver un partido de fútbol, han masacrado a los cristianos, han esclavizado a las mujeres.

Mosul es ya hoy una ciudad sitiada, donde el hambre y la penuria se han generalizado, y cuya población se sublevaría si tuviera armas. Los peshmergas han hecho avances sustanciales. Los yihadistas han fusilado a 23 de los suyos, acusados de retirarse o huir de los kurdos. Un tipo de medida que se suele adoptar en los ejércitos en momentos de hundimiento. Otro síntoma de derrota es la huida del tesorero del Estado islámico con un millón de dólares de la caja. O el avance en Alepo del ejército sirio de Al Assad.

A pesar del terror, en las paredes de Mosul han empezado a aparecer pintadas de la resistencia interna: “Pronto seremos liberados”. La resistencia interna, agrupada bajo el nombre de “Brigadas Mosul” ha anunciado que ha puesto banderas iraquíes en varias zonas y que ha abatido a un integrista.

De manera tan curiosa como polémica, el mando internacional, bajo dirección norteamericana, ha anunciado que Mosul será atacada en abril o mayo. No suelen hacerse este tipo de anuncios en una guerra. Parecen irresponsables. Para el ataque se van a reunir 25.000 efectivos, en 5 brigadas iraquíes y 3 de peshmergas, más otras dos brigadas de reserva. Se trataría de una superioridad holgada. Los yihadistas, por su parte, pretenden hacer una zanja alrededor de Mosul, aunque la guerra de trincheras parece algo fuera del tiempo.

Fracaso del buenismo de Obama

Resulta sencillo entender por qué en el verano de 2014, el Estado islámico avanzó con apariencia invencible por Iraq. Ya están allí los doscientos legionarios de Almería cuya misión es preparar una Brigada iraquí. Tarea nada fácil.

 Lo que se han encontrado es un ejército con una “altísima corrupción” y, en buena media, fantasma o inexistente. Obama decretó la salida de Iraq de las fuerzas norteamericanas que serían sustituidas por un ejército de nueva creación, pagado y generosamente equipado. 

Lo que se han encontrado los legionarios es que ese material, incluido tanques y artillería pesada, han sido vendidos y abundan los que se conocen como “soldados fantasma”: dan una parte de su soldada a los oficiales para no aparecer nunca por los cuarteles. Es lógico que este falso ejército, fruto del errático buenismo de Obama, se desbandara a las primeras de cambio en cuanto vieron aparecer a los del Estado islámico con sus banderas negras y su crueldad ilimitada.

Otro fracaso más de Obama: el polvorín libio

Tras la derrota sin paliativos ante Kobane –las “ratas” del Estado islámico llegaron a anunciar públicamente su toma completa en octubre del año pasado-, los yihadistas han desplegado un nivel de crueldad aún superior: kurdos enjaulados para ser quemados vivos y veintiún jóvenes coptos decapitados…en Libia. En el lenguaje del terror, el Estado islámico trata de ocultar la evidencia de que está siendo derrotado en todos los frentes. Es cuestión de meses su derrota total.

Los yihadistas necesitan seguir manteniendo el flujo de nuevos adeptos mediante su propaganda criminal, aunque el mando internacional asevera que, en las últimas semanas, las pérdidas les han hecho perder operatividad de manera irreversible. Ahora han activado a su filial libia que acaba de tomar la ciudad de Sirte, famoso porque fue el último lugar donde se refugió Gadafi.

Una de las más inmensas estupideces de la historia, dentro de esa abrumadora estupidez de la “primavera árabe” lanzada irreflexivamente por Obama, fue la operación de la OTAN, con liderazgo francés, para derrocar a Gadafi y entregar Libia, con su petróleo, a los integristas, a los que se pasó a denominar rebeldes y a presentar como demócratas. El corrupto y amoral Nicolás Sarkozy tenía un interés personal en la zarabanda porque Gadafi lo había financiado y quería callarlo. Gadafi había sufragado anteriormente a movimientos terroristas, pero en ese momento era un dirigente pacífico e inofensivo, que había elevado los niveles de vida de su pueblo –un mosaico de tribus- y que buscaba ser querido. Era un dictador benévolo y tolerante con las minorías religiosas. Nadie en su sano juicio lo hubiera atacado, sino que, más bien al contrario, debía haber sido apoyado militarmente frente a personajes, patentes terroristas, que venían de combatir en Afganistán.

Cuando Gadafi reprimió a los integristas, la Casa Blanca y las cancillerías se rasgaron las vestiduras diciendo que estaba atacando a su pueblo. Un despliegue impresionante de fuerzas –Francia puso en juego el portaaviones “Charles de Gaulle”- se dedicó a apoyar a patentes terroristas, quienes una vez tomado el poder llegaron hasta asesinar al embajador de Estados Unidos, sin que hubiera respuesta alguna.

A Abdelfatá al Sisi no le tiembla el pulso

El terrible martirio de los cristianos egipcios fue inmediatamente respondido por el presidente egipcio y general Abdelfatá al Sisi, quien envió un escuadrón de cazabombarderos F 16, que bombardearon Derna, la ciudad feudo de la filial del Estado islámico. Se calcula que entre 40 y 50 yihadistas murieron en el bombardeo, aunque también noticias sin confirmar apuntan a que los integristas habrían secuestrado a otros treinta y cinco ciudadanos egipcios. El vídeo de la decapitación de los coptos muestra la evidencia de secta satánica de los integristas musulmanes frente a la dignidad de los mártires cristianos.

Libia, abocada a la guerra civil

Libia hoy es un polvorín. No hay interés en informar para no poner en evidencia el ridículo de la clase política europea, incluido Mariano Rajoy que se implicó en el derrocamiento de Gadafi con barcos y un submarino. Trípoli está ahora en manos de Al Qaeda –que lleva una competencia en el crimen con el Estado islámico-. 

Hay dos parlamentos y una colección de milicias enfrentadas. Libia ha dejado de existir: no hay una Libia, sino varias, al menos dos. Hay dos gran coaliciones de milicias: “Dignidad”, comandada por el general Jalifa Hifter, contrario a los integristas, y “Amanecer”. Las autoridades libias –aunque no se sabe bien quién manda- han pedido apoyo aéreo y bombardeos contra los integristas, que han impuesto en Sirte el toque de queda y han impuesto la sharia. También Italia, directamente amenazada, ha pedido la intervención de la OTAN. O se interviene o Libia está abocada a una guerra civil de gran mortandad.

La Navidad, fiesta en Kirkuk

La crueldad desplegada por el Estado islámico está teniendo algunos efectos no contemplados por los integristas. El más conocido es el papel estelar que tomaron las mujeres en la defensa de Kobane, siendo el 40% de los milicianos defensores. 

Hay otros, como el hecho de que el gobernador de Kirkuk, kurdo, ha proclamado la Navidad como fiesta como respuesta a la persecución de los cristianos. También en las pintadas de la resistencia en Mosul se reivindica a los cristianos.

Pero, en todo caso, la lección que han dado y están dando los kurdos es que la guerra se gana en tierra, con un ejército motivado, y que ante eso los fanáticos irracionales del Estado islámico nada tienen que hacer. El integrismo se encamina hacia su fracaso.

http://www.alertadigital.com/2015/02/20/los-kurdos-avanzan-por-raqqa-el-corazon-del-terror-del-isis-al-tiempo-que-se-disponen-a-liberar-mosul/

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