Una extraña mandíbula con rasgos mezclados hallada en Etiopía sugiere que la aparición del género Homo sobre la Tierra ocurrió hace 2,8 millones de años, antes de lo que se creía. La mandíbula, a tan solo unos pasos de donde fue encontrada, en el yacimiento de Ledi-Geraru (Etiopía).
El lugar fue, casi con toda seguridad, África, pero el momento, hasta ahora, no estaba bien definido.
Durante décadas, los científicos han tratado de precisar cuándo y cómo el género Homo, el linaje de los hombres, al que pertenecemos, se distinguió para comenzar ese intrincado proceso evolutivo que terminó en nosotros, los sapiens modernos.
Pero los restos fósiles encontrados son escasos y a menudo pobremente conservados, lo que ha impedido aclarar la incógnita. Ahora, un importante hallazgo publicado a un tiempo en las dos revistas científicas más prestigiosas del mundo, Nature y Science, puede arrojar luz sobre quién fue el primero de la familia humana.
Se trata de una mandíbula parcial con cinco de sus dientes aún intactos desenterrada en Etiopía, que combina rasgos primitivos del Australopithecus con otros más modernos de Homo, lo que hace pensar que la divergencia de nuestro género ocurrió hace 2,8 millones de años, casi 500.000 antes de lo que habían indicado pruebas anteriores.
El fósil, conocido como LD 350-1, fue encontrado en 2013 por un equipo internacional de geocientíficos y antropólogos en el área de investigación Ledi-Geraru en el Estado Regional de Afar, Etiopía. Como datar directamente unos fósiles tan antiguos es imposible, los geólogos utilizaron una variedad de métodos para conocer la edad de las capas de ceniza volcánica en la roca en la que fueron descubiertos, como la medición de los isótopos de argón.
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De esta forma, determinaron que la erupción que originó la muestra se produjo hace entre 2,8 y 2,75 millones de años. Ubicación del yacimiento Ledi-Geraru, en Etiopía. Rasgos modernos y simiescos La mandíbula y los dientes muestran cambios solo 200.000 años después de la última aparición conocida del Australopithecus afarensis, el famoso ejemplar bautizado como ‘Lucy’, en el cercano yacimiento etíope de Hadar.
El nuevo fósil preserva el lado izquierdo de la mandíbula inferior, junto con cinco dientes. Su análisis, dirigido por Brian Villmoare, de la Universidad de Nevada Las Vegas y William H. Kimbel, director del Instituto de Orígenes Humanos de la Estatal de Arizona, reveló una curiosa mezcla de rasgos.
Por un lado, unos avanzados, por ejemplo, molares finos, premolares simétricos y una mandíbula de proporciones uniformes, que distingue a las especies tempranas del linaje Homo, como al Homo habilis de hace unos 2 millones de años, del más antiguo y simiesco Australopithecus.
Sin embargo, también se aprecian rasgos primitivos, una barbilla inclinada que guarda más parecido con la vieja ‘Lucy’. Pero, ¿qué hay de ese semejanza con el Homo habilis? En un informe paralelo publicado en Nature, un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzing y el University College de Londres presentan una nueva reconstrucción de la mandíbula que pertenece a un individuo de Homo habilis de 1,8 millones de años hallado en la Garganta de Olduvai, Tanzania.
La cuestión es que la reconstrucción presenta un retrato inesperadamente primitivo de este Homo, más similar al Australopithecus que al Homo erectus o al sapiens, lo que indica que la especie pudo haber aparecido antes sobre la faz de la Tierra (hace 2,3 millones de años) que, y esta es la sorpresa, parece encajar bien con la mandíbula del fósil de Ledi-Geraru.
El análisis también indica que los primeros Homos eran diversos, y que se distinguían más por variaciones en los rasgos faciales que por las diferencias en el tamaño del cerebro. Fósil OH 7. Credito: John Reader. Según Kimbel, el nuevo fósil «ayuda a reducir la brecha evolutiva entre el Australopithecus y el Homo temprano» y es «un excelente ejemplo de un fósil de transición en un período crítico en la evolución humana».
«A pesar de la intensa búsqueda, los fósiles del linaje Homo superiores a los 2 millones de años son muy raros, por lo que poder echar un vistazo a la fase más temprana de la evolución de nuestro linaje es particularmente emocionante», añade Villmoare. Cambio climático
Además de la mandíbula de nuestro antepasado, los investigadores también encontraron en la zona restos de antílopes y elefantes prehistóricos, un tipo de hipopótamo, cocodrilos y peces, todos entre los 2,84 y 2,54 millones de años de antigüedad.
Los fósiles sugieren que en ese tiempo el área era un hábitat más abierto de pastizales y matorrales con un bosque en galería, es decir, árboles que bordean ríos o humedales. El paisaje era probablemente similar a lugares africanos como las llanuras del Serengeti o el Kalahari. Algunos científicos creen que el cambio climático global que ocurrió en esa época, dando lugar a la aridez en África, impulsó cambios evolutivos en muchos mamíferos, provocando la aparición y extinción de especies, y quizás también el nacimiento del género Homo.
«Podemos ver la señal de la aridez de hace 2,8 millones de años en la fauna de Ledi-Geraru», dice Kaye E. Reed, profesor del Instituto de Orígenes Humanos en la Universidad Estatal de Arizona. «Pero aún es demasiado pronto para decir que esto significa que el cambio climático es responsable del origen de los Homo. Necesitamos una muestra más grande de fósiles de homínidos y seguiremos buscando en la zona».
Artículo publicado en MysteryPlanet
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