Los distintivos sombreros que portan algunos de los majestuosos moai de la Isla de Pascua pueden haber sido rodados hasta la cabeza de las estatuas por medio de rampas, sugiere un nuevo estudio científico.
Se han contabilizado unos cincuenta moai con pukao en la Isla de Pascua. Un simple análisis de la física involucrada en rodar los cilíndricos sombreros, demuestra que la tarea no habría sido difícil y solo habría requerido de unos cuantos hombres para lograrlo.
La teoría fue presentada por Sean Hixon, estudiante de arqueología y geología en la Universidad de Oregon, durante la 80a Reunión Anual de la Sociedad Americana de Arqueología.
Los más de 900 moai conocidos tallados por los antiguos rapa nui están distribuidos por toda la isla. La mayoría de ellos fueron labrados en toba del cono volcánico Rano Raraku, donde quedan más de 400 moai en diferentes fases de construcción. El significado de las estatuas es aún incierto, y hay varias teorías en torno a éstas.
La más común de ellas es que fueron talladas por los habitantes polinesios de la isla, entre los siglos IX y XVI, como representaciones de antepasados difuntos, de manera que proyectaran su mana (poder sobrenatural) sobre sus descendientes; otros sostienen que formaban parte de un ritual para contactar a los dioses que, según la leyenda local, eran los supervivientes de la primera raza del mundo: de color amarillo, muy altos, de brazos largos, tórax poderoso, enormes orejas pero sin lóbulo relajado, pelo rubio puro, cuerpo lampiño y brillante. La primera pintura conocida sobre la Isla de Pascua, por William Hodges, 1775.
Algunas de las estatuas gigantes llevaban también unos copetes de piedra roja de más de 10 toneladas llamados pukao, que se extraían del cráter de Puna Pau, a veces muy lejos de las estatuas. Además, después debían elevarse hasta la debida altura para colocarlos sobre las cabezas. De acuerdo al nuevo estudio, los pukao eran rodados cuesta arriba por medio de rampas hasta colocarlos sobre las cabezas de los moai.
«La física nos da una idea de la fuerza requerida para posicionar los pukao sobre los moai por medio de diferentes técnicas, como rodarlos por medio de rampas, construir una torre y usar un sistema de poleas, o erigirlos simultáneamente con la estatua», explicó el autor del estudio. Hixon agregó que otras características apoyan la teoría del rodado, como las muescas visibles en las bases de los sombreros y su forma oblonga.
Esta leve variación en la forma habría representado una ventaja debido a que el pukao entonces no podía rodarse por accidente en la rampa, cosa que sí haría si la forma fuera un círculo perfecto. Asimismo, muchos de los pukao tienen muescas en forma de anillo y ralladuras verticales en los lados, lo que evidencia cierta tracción necesaria para rodarlos por la rampa.
De todas maneras, Hixon admite que su investigación está lejos de ser conclusiva, y que su intención no es desmerecer otras teorías sobre el posicionamiento de estos tocados. De hecho, la investigación demostró que, con diversa cantidad de individuos trabajando, la mayoría de las teorías al respecto son posibles. Publicado el 25 de abril de 20150 comentarios Etiquetas: moai
Artículo publicado en MysteryPlanet
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