El abandono de Juan Carlos Monedero de los órganos dirigentes esconde su desencuentro ideológico y estratégico con la deriva del partido hacia el centro, que ya sólo defiende Errejón
Acto de clausura en la asamblea ciudadana de 2014, en la que Pablo Iglesias fue elegido secretario general de Podemos.
(Foto: Daniel Muñoz)
“Miembros de la cúpula están de acuerdo con que Podemos debe seguir siendo un partido-movimiento con un papel protagonista de los círculos. Sin embargo, dicen que hay que esperar a noviembre, a ver qué pasa en las elecciones generales. Es decir, convertir a Podemos en una máquina electoral y, luego, si no se gana, ya se hablará de refundación”. Así explica el trasfondo de la crisis de Podemos Jaime Pastor, uno de sus fundadores y dirigente de Anticapitalista, la corriente interna, antes partido (Izquierda Anticapitalistas), que dio cobertura orgánica y preparó el camino para el lanzamiento de la formación.
El abandono de Juan Carlos Monedero –otro de los fundadores del partido– de los órganos dirigentes esconde precisamente su desencuentro ideológico y estratégico con la deriva de la agrupación hacia el centro. El politólogo dará ahora la batalla desde abajo, junto a las bases, que al igual que lo expresado por él estos últimos días, desean que Podemos vuelva a sus orígenes, se abra a la participación de la militancia y mantenga la coherencia con sus principios.
El politólogo y consejero autonómico de Podemos en Madrid, Jaime Pastor, también advierte sobre las negativas consecuencias de la deriva hacia el centro, una estrategia en la que se ha quedado solo Íñigo Errejón: “Si caemos en el reformismo no vamos a acabar con la casta. No todo vale para ganar, y las expectativas están disminuyendo”. Durante una charla-debate en la librería asociativa Traficantes de Sueños, con motivo de la presentación del libro Por qué fracasó la democracia en España de Emmanuel Rodríguez, también miembro de Podemos y de diversos think tanks 'quicemayistas' (Fundación de los Comunes u Observatorio Metropolitano), se alertó abiertamente sobre los peligros para el futuro del partido derivados de su giro hacia el centro.
Para Rodríguez, el cambio político que enarbola Podemos “no será posible sin la presencia de la clase obrera tradicional y el ‘precariado’”. Entre la autocrítica y la resignación, explica que “si nos quedamos sólo en las nuevas clases medias lo único que habrá será un recambio. Esto, además, ya no sólo ralentiza cambio, sino que no impide que siga creciendo la fractura social”, argumenta. En definitiva, “la dirección se ha amoldado a unas categorías politológicas, como el centrismo, que el 15M había hecho estallar”. Un giro basado únicamente en el“oportunismo”, criticado también desde las bases, cada vez más desencantadas por las incoherencias en las que habría caído el proyecto, tanto programáticas como discursivas.
La desmovilización actual es otro de los factores que, según Pastor, impiden llevar a cabo un cambio en la política española. “Difícilmente Podemos podrá volver a articularse con los movimientos sociales”, como ocurrió en un principio y gracias a lo que el partido se convirtió en un partido de masas adquiriendo apoyos de diversos sectores de la sociedad civil. Los círculos fueron el nexo que permitió al partido alcanzar esta notoriedad, “pero ahora no está nada claro que puedan volver a tener un papel protagonista, evitando así la dinámica actual, que sigue una lógica meramente electoralista, e imponiendo una lógica más de movimiento”.
Cambio de estrategia en plena campaña
El debate que llevaba varios meses implantado en las bases, recelosas por su falta de participación, ha saltado ahora a la cúpula. En un gesto inédito, los dirigentes de la formación han manifestado públicamente sus posiciones, rompiendo así por primera vez el celoso silencio que reviste las discusiones efectuadas en los órganos de poder del partido. Tanto el secretario general, Pablo Iglesias, como el recién dimitido número tres, Juan Carlos Monedero, se han inclinado por ponerle freno a la estrategia de moderaciónemprendida tras las elecciones andaluzas.
Monedero ha explicado abiertamente que se debe recuperar la esencia del partido, mientras que Iglesias ha sido más comedido expresando que Podemos no debe caer en una ideología centrista. Sin embargo, en unos líderes que calibran al milímetro sus intervenciones públicas, y que tratan de cerrar con la mayor premura posible cualquier atisbo a la confrontación interna, como sucedió con las diferentes posiciones entre Madrid y Sevilla sobre la investidura de Susana Díaz, comentarios de este tipo adquieren un notable significado.
Errejón, jefe del comité de campaña junto a Carolina Bescansa, se ha quedado solo en la defensa de la estrategia electoralista, diseñada meramente para el corto plazo, y basada en llevar al partido hacia unos postulados centristas, el mismo terreno en el que pretende moverse Ciudadanos, y que según las encuestas estaría obteniendo mayores réditos. El diseño de un plan B, más centrado en el largo plazo, es una tarea inminente que ha cogido al partido a las puertas de las elecciones autonómicas.
http://www.elconfidencial.com/espana/2015-05-01/los-padres-de-podemos-alertan-del-fin-prematuro-del-partido-si-no-se-refunda_785968/
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