martes, 12 de mayo de 2015

Veneración y Culto de los Felinos en el Egipto Antiguo

Los Egipcios antiguos veneraban y adoraban a muchos animales, así como los Griegos, Romanos y los Nórdicos lo hacían, pero nunca fueron venerados tanto como el gato. No fue hasta el periodo de la Pre-Dinastía que fueron domesticados -interesadamente, más tarde que los perros- sin embargo su prominencia en la cultura egipcia se mantiene identificable de forma exigente hasta el día de hoy.

La primera y primaria diosa felina fue Mafdet, una deidad femenina quien se puede rastrear tan atrás como en la Primera Dinastía, entre 3,400 b.C y 3000 b.C. Como diosa felina, estaba asociada con la protección de mordeduras venenosas, en especial las de serpientes y escorpiones (probablemente por el hecho de que los gatos son cazadores de serpientes y escorpiones).

 La más conocida diosa Bastet tomó el lugar de Pafdet como guardiana del Bajo Egipto, del faraón, y del dios sol Ra. Deidad femenina similar con el cuerpo de mujer y cabeza de un gato, Bastet fue considerada como la personificación del sol, con su santuario principal en el sitio de Bubastis en Egipto.

El gato llamado ‘Gayer Anderson’ . Una forma de la diosa Bastet de bronce hecha en el periodo tardío. Museo Británico (Wikimedia Commons)

Bastet y Mafdet ambas posiblemente originan de la leyenda del gato de la selva llamado Mau/Muit, que defendió uno de los árboles sagrados de la serpiente Apophis. El gato encontró a la serpiente en el acto de intento de estrangulamiento del árbol, y le cortó la cabeza por sus crímenes. Bastet y Mafdet a veces se intercambian como la gata heroína de la selva. Baste, sin embargo luego fue desplazada.

Ra en forma de un felino asesinando la serpiente en Apophis, Tumba de Inherkha, 1160 aC, Thebes.

Hacia el comienzo del tercer milenio, Bastet fue asociada con todos los gatos, y cada felino era considerado una representación de su espíritu. Con el tiempo, sin embargo, los dioses fueron botra vez alternándose y cambiando, a veces como resultado de la preferencia personal real. 

Cuando llegó el momento de que la parte baja y alta de Egipto se unificó en 3000 b.C, Bastet fue reemplazada con otra diosa, llamada Sekhmet. La forma de Sekhmet era mucho más feroz que la de Bastet, aún similar, pero ella ahora tenía la cabeza de un león, no solo un gato. Con el cambio en los mitos de Egipto, Bastet pasó ser la guardiana de los gatos domesticados mientras Sekhmet la diosa de las leonas.

Debe ser notado que había otros dioses asociados con los gatos, como Neith y Mut, pero Bastet y Sekhmet fueron las deidades más famosas.

Un tallado representando la diosa Skhmet en una columna en el Templo de Kom Ombo, en Kom Ombo – Egipto. (Wikimedia Commons)

En el reino mortal, humanos y gatos vivieron y trabajaron en armonía. Los gatos eran la solución perfecta para arreglar el problema del antiguo Egipto, y como intercambio, los humanos protegían a los gatos de otros depredadores que quisieran cenar un gato (ya que las ratas no eran una opción). Es de esa forma que los gatos se hicieron domesticados – los humanos los persuadían a entrar en sus hogares y así se deshacían de las ratas, ofreciendo a los gatos comida. De ahí, fue un paso corto invitar los gatos a quedarse a vivir en el hogar y así estar seguros de no tener problemas con animales no deseados.

Tallado en el Templo de Edfu en el antiguo Egipto. (Wikimedia Commons)

Estos gatos, sin embargo, no eran como los gatos de hoy en día – por lo menos al comienzo. En el antiguo Egipto había dos distintas razas. Una era un gato de la selva, más feroz, y la segunda era de África y más pacífica. 

Al pasar el tiempo las dos razas se mezclaron, al igual que ambas se acostumbraron a la comida más suave de los humanos, y la especies se hizo más delgada, menos musculada, y mucho más tolerante. 

De alguna manera, el experimento de los Egipcios para tener un protector de su comida y recursos resultó en la domesticación de sus protectores.

El sarcófago del gato del Príncipe Heredero Thutmose, el hijo mayor de Amenhotep III y la Reina Tiye. (Wikimedia Commons)

Lo que se debe entender sobre el afecto intenso que tenían por los gatos, es que los animales no eran considerados como divinos. Hay evidencia que demuestra que eran venerados como semidioses, pero fueron principalmente la representación corporal de sus dioses felinos. Por esto, los gatos fueron protegidos por más razones que solo mata ratas. Hacerle daño a un gato, era completamente fuera de lugar en el antiguo Egipto. Matar un gato era castigable con la muerte durante ciertos periodos en el la historia egipcia. Diodorus, uno de los más conocidos historiadores del antiguo mundo, escribió sobre un incidente donde un Romano accidentalmente mató un gato, y le tocó el mismo castigo asignado a la población egipcia.

Como animales reverenciados, algunos gatos también recibían la misma momificación que los humanos después de la muerte. Los gatos eran momificados como mascotas amadas, para que quizás pudieran reunirse con sus dueños en la próxima vida. Sin embargo, la mayoría fueron momificados por razones religiosas no conectadas con el entierro humano, y la momificación fue realizada en la esperanza de recibir favores del dios o diosa a quien ellos representada. En 1888, un granjero egipcio descubrió una tumba que contenía más de 80,000 gatos y gatitos momificados, fuera de la ciudad de Beni Hasan. Desde entonces, muchos más cementerios felinos han sido hallados. Sin embargo, la mayoría de estos 180,000 gatos momificados fueron llevados a Britania para ser procesados como fertilizante.

Un gato momificado (Wikimedia Commons)

Los gatos eran uno de los más prominentes símbolos de la cultura antigua de Egipto. Son reconocidas como emblemas de la sociedad egipcia y del antiguo mundo, aunque nada de su culto se ha mantenido hoy en día. El Esfinge es un tremendo ejemplo de eso. Así como los gatos mismos eran momificados para mantener su estatus e integridad después de la muerte, su culto venía así igualmente preservado.

Imagen de Portada: ‘Las exequias de un Gato Egipcio’ por John Reinhard Weguelin, 1886. Una sacerdotisa ofrece obsequios de comida y leche para el alma de un gato. (Wikimedia Commons)


Traducción Lilith Bright

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Referencias

Herodotus. Histories Volume 1 (Oxford University Press: Oxford, 2013.)
Matthews, John and Caitlin. Encyclopedia of Magical Creatures: the ultimate a-z of fantastic beings from myth and magic (HarperElement: New York, 2005.)
Siculus, Diodorus. Library of History, Volume I, Books 1-2.34 (Loeb Classical Library: Harvard, 1933.)
Spence, Lewis. Ancient Egyptian Myths and Legends (Barnes and Noble Books: New York, 2005.)

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