Un niño que nazca estos días verá cómo, cuando deje este mundo, unas 400 especies de animales lo harán con él.
Según un estudio con datos de los últimos cinco siglos, la tasa de extinción de especies se ha multiplicado más que por 100.
El ritmo, además, se ha acelerado en las últimas décadas por la acción del hombre.
Bienvenidos a la sexta extinción masiva de la vida sobre este planeta. No es la primera vez que la Tierra sufre una gran extinción de especies. En el imaginario colectivo está la de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
Aquellas cinco extinciones masivas fueron causadas por fenómenos naturales, ya fueran meteoritos desde el espacio, supervolcanes o hasta la explosión de una supernova.
Ahora, sin embargo, es una de las especies, la humana, la que estaría provocando la desaparición acelerada de las demás. Un grupo de investigadores mexicanos y estadounidenses ha usado la base de datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) para estimar la actual ratio de extinción de especies.
Se centraron en los vertebrados porque son de los que hay más datos, ya sea en el registro fósil o en los registros históricos. Encontraron que, desde 1500, hay pruebas de la desaparición de 338 especies. Otras 279 ya solo se pueden encontrar en los zoos o, ante la falta de avistamientos, posiblemente se hayan extinguido.
En total son 617 especies de vertebrados que han desaparecido. Y, según publican en un comunicado de la Universidad de Stanford, la mayoría de las extinciones se han producido en el último siglo.
Los animales grandes (megafauna) como los elefantes, los rinocerontes y osos polares, son los que enfrentan el mayor peligro de extinción.
«Nuestro trabajo indica que ya hemos entrado en la Sexta Extinción Masiva sin duda alguna», dice el investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México y principal autor del estudio, Gerardo Ceballos. Esta gran extinción es además diferente de las cinco precedentes.
«La diferencia es que todas las anteriores fueron causadas por fenómenos naturales, esta está siendo causada por el ser humano. Otra diferencia es el periodo tan corto en que está ocurriendo», añade. Pero la cifra de 600 especies puede que no diga mucho. Hacía falta un punto de referencia para poder valorar el ritmo de desaparición actual, una especie de tasa de extinción natural.
En 2011, otro grupo de investigadores liderados por el paleontólogo de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), Anthony Barnosky, que participa en el actual estudio, realizaron un intenso análisis de los registros fósiles de los últimos dos millones de años. Así, estimaron que esa tasa natural de extinción rondaría la cifra de 1,8 por cada 10.000 especies cada 100 años.
En la actualidad, entendida como los últimos siglos, la ratio de extinción es hasta 100 veces mayor que la tasa natural. Para hacerse una idea, en un escenario donde prevaleciera esta tasa natural, desde 1900 se habrían extinguido nueve especies de vertebrados; y, en realidad, se han extinguido 477 especies. Habrían hecho falta unos 10.000 años para acabar con la vida que ha desaparecido en un solo siglo. El gráfico muestra el porcentaje acumulado de especies de vertebrados (mamíferos, pájaros, anfibios, peces o reptiles) extinguidas desde 1500.
La línea punteada es la tasa natural de extinción. / Ceballos et al. Además, el proceso se está acelerando. Los anfibios son la clase de vertebrados más afectados. Pero si, desde 1500 se había constatado la desaparición de 34 especies anfibias, desde 1980 se han extinguido otras 100. Y eso que no hay que descartar que muchas otras hayan desaparecido sin testigos humanos que lo confirmaran.
Los investigadores, que insisten en que sus estimaciones son muy conservadoras, recuerdan que en sus cálculos no tienen en cuenta a las muchas especies que se han convertido en muertos vivientes, con poblaciones tan escasas que su función en los ecosistemas es cercano a cero. Para Ceballos, los factores que explican estas extinciones son la destrucción del hábitat, la sobreexplotación de especies, la contaminación y el cambio climático.
«Todo se deriva del tamaño de la empresa humana: el tamaño de la población que sigue creciendo, la desigualdad social, la ineficiencia tecnológica. Esas son los factores fundamentales de este enorme problema que amenaza a la humanidad», sostiene.
En sus conclusiones, los autores advierten de que la ventana de oportunidad para revertir la situación se está cerrando: «Si permitimos que el actual ritmo elevado de extinción continúe, los humanos pronto, en el breve espacio de tres vidas humanas, se verán privados de los muchos beneficios de la biodiversidad.
En la escala temporal humana, esta pérdida será definitiva como muestra que, tras las pasadas extinciones masivas, la vida necesitó centenares y millones de años para volver a diversificarse». Para entonces, igual ni estamos.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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