Lo de México es un lío demasiado grande como para opinar si no lo sigues a diario.
Con esta información no pretendo sentar cátedra, por tanto, sino refrescar un par de datos para tratar de explicar la liberación del narco “Chapo Guzmán“, porque de una liberación en toda la regla se ha tratado, sin duda y no una huida como bien se han dado cuenta los mexicanos despiertos.
Por un parte, la revelación de ayer mismo de que el jefe del narco Jalisco fue liberado por el gobernador de ese mismo departamento en el año 2012. Grandísimo escándalo (aunque el gobernador es del PAN).
Por otro lado, la grandísima -e inexplicada- trifulca en el Parlamento del estado de Oaxaca ¡también hace 2 días!
Las informaciones que he leído no me convencen como motivo para que los diputados del PRI utilizaran ¡gases lacrimógenos! y se liaran a golpes con la jefa de la cámara. La versión oficial habla de que se dilucidaba la paridad de sexos en los cargos pero, al parecer, eran unas reformas referidas al número y longitud de mandatos que los político podrían estar en el Poder.
Como digo, creo que estas dos noticias van a quedar eclipsadas por la liberación del narco del cartel Sinaloa y desde luego configuran una caída en el total descrédito del sistema político mexicano… que se ve agravado, sin duda, por esta nueva tomadura de pelo.
Fuente: http://www.rafapal.com/?p=57964
La ficción mexicana alcanza nuevo clímax: el Chapo Guzman otra vez libre
EL CHAPO PARECE SER EL MÁXIMO MAGO EN ESE REINO DE FANTASÍA QUE LLAMAMOS “MÉXICO“ ¿QUÉ NOS DICE ESTO DE UN PAÍS?
Luego de un año y cinco meses, ”el Chapo” nuevamente se hizo de la atención mundial. Contra todas las probabilidades, autoridades mexicanas confirmaron que el hijo pródigo de Badiraguato se había fugado nuevamente. La reacción inicial de muchos mexicanos fue cerciorarse que no se tratara de un hoax o rumor falso en Twitter, algo así una cómica crítica a la ineficiencia del Estado. Una vez oficializado el suceso, entonces recordamos esa peligrosa premisa que reza “en México todo es posible”.
Un agujero de 50×50 y con 1.5 kilómetros de largo fue el conducto que Guzmán utilizó para recobrar su libertad “a la Shawshank Redemption”. Por si no fuera suficientemente emotiva la construcción de este corredor, el complemento estilístico de su fuga fue montar en una motocicleta y consumar así, con innegable tinte épico, su libertad.
La máxima seguridad una vez más fue burlada por el capo, cuya habilidad, independientemente de que esté complementada con ineptitud y/o corrupción de las autoridades, nos recuerda al arquetipo del trickster, el que es capaz de todo por medio de la estafa, la viveza y la determinación.
De cuando el héroe se tambaleó
En 2011 la DEA lo distinguió como el hombre más peligroso del mundo, lo cual ocurría justo diez años después de que Joaquín Guzmán Loera, el “Chapo”, hubiese escapado de una prisión de “máxima seguridad”, Puente Grande, en Jalisco. Considerado de forma unánime como el más importante narcotraficante de México, el 21 de febrero de 2014 el mundo amaneció con la noticia de que tras exhaustivas labores de inteligencia coordinadas entre México y Estados Unidos, y de una ejecución impecable, el legendario capo había sido recapturado.
Como “un logro histórico” calificó el gobierno estadounidense el operativo que derivó con la nueva detención del líder del Cártel de Sinaloa, al tiempo que los funcionarios mexicanos se regocijaban de finalmente merecer un contexto positivo para aparecer en medios nacionales e internacionales. Mientras tanto el mito se tambaleaba, al parecer, contrario a lo que advertían algunos de los muchos corridos que se han compuesto alrededor de su figura, ”el Chapo” no era invencible: custodiado de manera imponente Joaquín Guzmán fue presentado a los medios portando un pantalón de mezclilla oscuro y una camisa de vestir. Su irreversible destino era la prisión más segura del país, un complejo del cual nadie había logrado escapar.
Los efectos psicosociales de este evento fueron notables. Desde el caudal de felicitaciones entre funcionarios mexicanos vía Twitter hasta manifestaciones sociales de apoyo para el capo –pasando incluso por un cierto sentir de nostalgia, pues de algún modo un ícono cultural del México contemporáneo había sido apagado–.
LA LEYENDA VIVE
Para entender las implicaciones que “el Chapo” se ha ganado sobre el imaginario colectivo, basta con recorrer algunas de las coordenadas que conforman la cartografía de este personaje.
Un narco-ícono
Dentro de la narco-cultura mexicana, un aspecto importante es la de ofrendar a los principales capos, sus grupos y “proezas”, narrativas apológicas. En este caso los corridos son testimonios populares en torno a los grandes narcotraficantes, que encomian la habilidad o crueldad que les distingue, y que reflejan o alimentan el temor que estos personajes imponen entre la población.
Y si los narcocorridos definen en parte el status quo de un capo, entonces confirmamos nuevamente la relevancia del Chapo, cuya figura ha inspirado más piezas que tal vez ninguna otro narcotraficante. Por cierto, aquí 5 de los más notables.
El Steve Jobs de la cocaína
A propósito de la segunda captura del Chapo, la ocurrida en 2014, el periodista italiano Roberto Saviano, especialista en la mafia italiana, publicó un artículo en el diario La Repubblica, donde analizaba la figura de Guzman. Y sin ánimos de hacer una apología del narcotraficante mexicano, cuando se escruta su historia, es más o menos inevitable no terminar elogiando muchas de las cualidades que le distinguen. En este sentido Saviano escribió:
¿El mundo está lleno de infelicidad? Aquí llega la respuesta: la coca. El Chapo lo entendió. Y así fue como se volvió rey. En el mundo internacional del narcotráfico el Chapo posee la autoridad mística del papa, que obtuvo con una campaña de consenso social que le ha dado autoridad, como a Obama, y tuvo la genialidad de ver nuevos espacios de mercado que lo transformaron en el Steve Jobs de la cocaína. Hipérboles que nos sirven para mostrar lo particular de su personalidad.
El Cártel de Sinaloa como un hito del éxito empresarial
Hace unos meses circuló un artículo que condensaba las principales virtudes del modelo de negocios bajo el cual opera el cártel del Chapo. Devin Liddell, colaborador del sitio Co.DESIGN, tradujo la operación ejemplar del grupo criminal de Sinaloa en tres lecciones para hacer negocios:
1. Poseer un credo que sirva como guía a todos los integrantes de la empresa.
2. Adoptar la improvisación como un pilar operativo.
3. Menos es más. Mantén un equipo pequeño y altamente eficiente.
En esta misma dirección, el Patrick Radden escribió hace un par de años para el New York Times un artículo
Si la realidad es ficción, entonces el Chapo es un paladín
A estas alturas sería difícil descartar que la realidad mexicana, empezando por la política, es ante todo un franco ejercicio de ficción. Alguna vez Salvador Dalí advirtió “De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”. Pero más allá de sus alebrijes, de su tradición bruja o de su desbordante colorido, esta cualidad histórica fue adoptada por una clase política que raya entre el cinismo y el folclore, y que en un proceso tal vez inconsciente (a menos de que guste de la auto-sátira), ha empleado como instrumento para encauzar una tan caricaturesca como preocupante ficción.
Si la perspectiva anterior es valida, es decir si reafirmamos que México está hoy sumido en una gran ficción, entonces esta nueva hazaña del Chapo le coloca en una posición envidiable ante esos otros personajes que luchan por hacerse del control en este reino de fantasía: la figura del paladín, aquel cuya consistencia, astucia y visión le encumbran como máximo líder. Y si esto es verdad, entonces no hay mucho más que decir de la realidad mexicana: vivimos en un país donde, al parecer, el Chapo es el rey.
POR: JAVIER BARROS DEL VILLAR - 12/07/2015 A LAS 14:07:40
Twitter del autor: @ParadoxeParadis
Fuente: http://pijamasurf.com/2015/07/la-ficcion-mexicana-alcanza-nuevo-climax-el-chapo-guzman-otra-vez-libre/
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