El reciente hallazgo de un antiguo pueblo de la Edad del Hierro en Dorset, Reino Unido, ha sorprendido a los arqueólogos por algo más que su arquitectura.
En el lugar, apodado Durópolis, se han desenterrado numerosos «animales híbridos» que fueron creados y sepultados por los celtas que habitaron la zona hace más de 2,000 años atrás.
Uno de los híbridos consistía en un caballo con un cuerno de vaca en su frente. Enterrados en fosos debajo de las casas del pueblo, los «monstruos» más abominables incluyen ovejas con dos cabezas, vacas con cabeza o patas de caballo, ovejas con cabezas de toros en su parte trasera, y caballos con cuernos de vacas.
Miles Russell, co-director de la excavación, declaró que las combinaciones de diferentes partes de animales fueron cuidadosamente ubicadas en fosos de almacenamiento con una profundidad de 2 a 3 metros, y que estos fosos eran generalmente utilizados para guardar cereal y otros importantes suministros debajo de las entradas de las casas.
Cuerpo de oveja con cabeza de vaca. «La gente de la Edad del Hierro depositó a estas extrañas creaciones en el fondo de los fosos, para luego taparlos», explicó Russell. «Tales prácticas fueron detectadas con anterioridad en otros lugares del Reino Unido, pero nunca con esta intensidad», agregó. Hasta ahora, los investigadores de la Universidad de Bournemouth han estudiado 122 fosos del sitio arqueológico, y en todos hallaron algo. Ilustración que reconstruye uno de los ensayos híbridos con huesos de animales.
Cabe destacar que, según Russell, lo desenterrado tendría un origen ritual, siendo los engendros creados con esqueletos de diferentes animales sacrificados «algún tipo de ofrenda» para obtener el favor de los dioses en cuanto a nuevas cosechas o una mejor salud para los demás animales agrestes.
Asimismo, también podría indicar que los antiguos británicos tenían creencias o mitos relacionados con animales hibridizados, al igual que tenían los griegos. «La mayoría de civilizaciones ancestrales tienen animales híbridos en sus respectivas mitologías.
Y, aunque los celtas no dejaron ninguna evidencia escrita de ello, los experimentos híbridos con huesos de caballo y vaca estarían sugiriendo la existencia de una deidad celta con estas características», concluyó el investigador.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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