El bien informado agente Tom Heneghan cuenta en su último informe que la última auditoría del FMI sobre el Banco Central Europeo muestra que no tiene dinero real (liquidez) en el sistema sino acciones derivadas, por lo que Draghi tiene las manos atadas para maniobrar en esta situación del impago griego.
El total de la deuda entre Grecia, Italia, España y Portugal representa 120 billones de dólares en acciones derivadas; es decir, pagarés entre los diferentes bancos que actúan de avaladores cruzados de esas mismas deudas.
Esos 120 billones de derivados de deuda “mediterránea” terminan, a su vez, en el banco norteamericano JP Morgan por lo que, el impago de Grecia (seguido de los de España, Italia y Portugal) acabaría con aquel mítico “Demasiado grande para caer” que grabó en la matrícula de su coche su diabólico presidente, Jamie Daemon.
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