La pirámide de Kukulkán, una de las construcciones más majestuosas de la cultura maya, está construida sobre un cenote, informó esta semana un grupo de investigadores mexicanos.
Los especialistas creen que el lugar fue elegido a propósito ya que, para los mayas, los cenotes —unos depósitos de agua subterráneos, algunos con partes a cielo abierto— tenían un carácter sagrado.
El Templo de Kukulkán o Pirámide de Kukulkán (estructura también conocida con el nombre de «El Castillo» (debido a que los conquistadores españoles en el siglo XVI buscaban alguna similitud arquitectónica con las existentes en el continente europeo).
Debajo de la inmensa pirámide ubicada en el sitio arqueológico de Chichén Itzá (estado de Yucatán) «hay un cuerpo de agua que de norte a sur mide alrededor de 20 ó 25 metros y en su parte más alargada 30», señala un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto de Antropología e Historia (INAH).
«El cenote no está abierto, es decir, la pirámide no flota sobre agua», explicó en rueda de prensa René Chávez, uno de los expertos que participó en la investigación.
El cenote fue descubierto gracias a una tomografía eléctrica tridimensional realizada por científicos de la UNAM, mediante la cual se «iluminó» el subsuelo de la pirámide, sin causar daño alguno al patrimonio histórico. De ese modo se observó una capa de roca caliza de unos cuatro metros y enseguida un cuerpo de agua cuya profundidad no ha sido determinada.
«Vemos hasta 20 metros, pero puede ser menor, y no creemos que esté lleno de agua, sino que tiene un cierto nivel, a una tercera parte de la estructura», añadió Chávez. El grupo de investigadores obtuvo mapas de colores que les indican las características del subsuelo. La geofísica dio una respuesta, la cual ha generado «más preguntas que avasallan a la materia y que ahora debe responder la arqueología», apuntó.
Según aseguró el arqueólogo Guillermo de Anda al diario mexicano El Economista, cuando los mayas construyeron la pirámide en el siglo XII eligieron el lugar a sabiendas. «La noticia es un gran descubrimiento porque confirma muchas de nuestras hipótesis: que los mayas querían representar su universo con estas construcciones», explicó.
«La pirámide se levanta de forma equidistante entre cuatro cenotes, uno al norte, otro al sur, otro al este y otro al oeste», afirmó De Anda. «El cenote descubierto ahora sería el quinto, el eje del mundo, el punto donde crecía la ceiba sagrada, cuyas raíces llegaban al inframundo y sus ramas a los cuatro puntos cardinales», sostuvo.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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