Hace 430.000 años 28 individuos de ambos sexos y variadas edades fueron enterrados en el que hoy es el yacimiento de fósiles humanos más rico del planeta, la Sima de los Huesos, en Atapuerca.
© Javier Trueba.
El cráneo 17Aquellos humanos tenían una estatura parecida a la nuestra, aunque eran más anchos y robustos, unos rasgos anatómicos que los emparentan estrechamente con los Neandertales; presentaban una diferencia de tamaño semejante a la actual entre hombres y mujeres; fueron capaces de hablar como nosotros y usaban preferentemente la mano derecha.
La gran pregunta que ha permanecido sin respuesta es por qué se produjo esa acumulación de cadáveres.
A lo largo de la historia de las excavaciones, que han sido sistemáticas desde 1984, no han faltado teorías para explicar el origen de este extraordinario yacimiento, desde las que hablaban de una acumulación accidental producida por la acción de corrientes de barro y agua, a las que proponían que la Sima de los Huesos sería una especie de comedero de carnívoros que fueron depositando allí sus presas humanas.
Los estudios realizados en los últimos años han permitido descartar estas hipótesis, dejando
sólo dos alternativas para el origen de la acumulación de cadáveres: caídas accidentales por la sima vertical de 13 metros que da acceso a esta cavidad, o la acumulación intencional de origen antrópico, es decir, que otros humanos los depositaron allí deliberadamente.
El hallazgo de Excalibur, un bifaz de cuarcita roja, en 1998, la única pieza de industria lítica descubierta en el yacimiento, ya sugería una dimensión simbólica para la acumulación de cuerpos, que se ha visto corroborada por las últimas pruebas del que podría ser el primer asesinato de la historia.
El cráneo 17
El individuo al que corresponde el cráneo 17, reconstruido a partir de 52 restos recuperados a lo largo de 20 años de excavaciones, murió al principio de su juventud, como consecuencia de sendos golpes recibidos en el hueso frontal, justo por encima de la órbita ocular izquierda, donde presenta dos orificios.
Esas perforaciones sugieren que justo antes o después de la muerte del individuo, cuando todavía tenía el tejido blando, un objeto duro impactó contra su cabeza, pero no descartan la hipótesis de que pudiera caer accidentalmente por la entrada de la cavidad golpeándose la cabeza y muriendo después.
Sin embargo, los investigadores, entre los que se encuentra, Asier Gómez Olivencia, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), decidieron estudiar las lesiones con más detenimiento empleando las más modernas técnicas forenses.
El resultado de su investigación ha sido el descubrimiento que les ha llevado a la revista PLOS ONE, de que ambos traumatismos fueron causados por el mismo objeto en dos impactos diferentes y con trayectorias distintas, lo que descartaría definitivamente la caída accidental.
Según los investigadores
"el tipo de lesiones, su localización y el hecho de que fueran producidas en dos golpes independientes con el mismo objeto, nos lleva a interpretar que probablemente fueron producidas durante un acto de agresión mortal por otro individuo en lo que constituiría el primer caso de asesinato conocido en la historia de la humanidad".
© Nohemí Sala
Los dos traumas del cráneo 17 y las trayectorias de cada uno de los impactos.Es evidente que incluso en el caso de que el individuo del cráneo 17 ya hubiera estado muerto en el momento de recibir el doble impacto en su cabeza, no hubiera podido por si mismo llegar al lugar en el que reposaban sus huesos, por lo que su cadáver tuvo que ser transportado hasta allí, probablemente por otros humanos, una hipótesis que sugiere apoyaría que la Sima de los Huesos es el primer acto funerario de la historia de la humanidad.
Los cálculos de los investigadores estiman que hasta ahora tan sólo se ha excavado una tercera parte del depósito, por lo que creen que aún restan varias décadas de trabajo para extraer toda la información científica encerrada en los fósiles recuperados.
mie, 27 mayo 2015 14:10 UTC
http://es.sott.net/article/38556-El-primer-asesino-de-la-historia
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