Hasta ahora se creía que tras los estudios realizados en el siglo II de nuestra era por el médico griego Galeno –quien aprovechó su condición como cirujano de gladiadores para estudiar el funcionamiento interno del cuerpo humano– tuvieron que pasar más de mil años (concretamente hasta finales del Renacimiento) antes de que aparecieran textos sobre anatomía más evolucionados.
Por esa razón, los investigadores que examinaron un fragmento de momia al que se habían aplicado técnicas de disección muy avanzadas, se llevaron una gran sorpresa cuando las pruebas determinaron que aquellos restos humanos databan del siglo XIII, un momento en el que supuestamente nadie poseía esos conocimientos.
El fragmento de momia en cuestión se corresponde con la parte de la cabeza, cuello y hombros de una persona a cuyo cadáver se seccionó hábilmente el cráneo para extraer parte del cerebro. Ademas, según Phillippe Charlier, científico forense de la Hospital Universitario Raymond Poincaré de Francia y uno de los expertos que participó en el análisis de los restos, la persona que realizó el procedimiento de disección y embalsamamiento también rellenó las venas y las arterias con una sustancia compuesta de cal, cera y cinabrio, que habría ayudado a preservar el cuerpo y a proporcionar algo color al sistema circulatorio.
Vista posterior de la momia | Crédito: Archives of Medical Science.
Según Charlier, cuando él y sus colegas vieron por primera vez aquel fragmento de momia pensaron que había sido embalsamado en algún momento de los siglos XV o XVI, pues mostraba técnicas muy avanzadas. Sin embargo, cuando se sometió a los restos a las pruebas de carbono 14 éstas no dejaron lugar a la duda: el macabro “ejemplar” tiene una antigüedad de unos 800 años, con un margen de error que lo situaría entre los años 1200 y 1280.
Serían, por lo tanto, los restos humanos diseccionados más antiguos que se conocen en Europa.
“Era lo más avanzado del momento. Supongo que el autor no había hecho aquello sólo una vez, sino varias, para llegar a ser tan bueno en esto”, ha añadido Charlier, autor junto a varios colegas de un estudio en el que se dan a conocer los resultados de su investigación, y que da a conocer el número de este mes de la publicación Archives of Medical Science. La singular momia, que pertenece a un coleccionista privado, formará parte de una próxima exposición que tendrá lugar en el Museo de Historia de la Medicina de París.
Crédito imágenes: Archives of Medical Science
Publicado el 06 marzo 2013 por Redacción
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