sábado, 12 de septiembre de 2015

Una compañía de prisiones privada de EEUU se hace rica encerrando a niños inmigrantes


Un nuevo informe publicado por el Daily Beast, afirma que la Corrections Corporation of America (CCA), una de las dos grandes corporaciones de prisiones privadas de Estados Unidos, ha visto como sus ganancias se han disparado gracias a una maniobra impulsada por la administración Obama que ha pasado casi desapercibida al gran público.

El informe señala que antes del verano pasado, prácticamente no hubo detenciones de familias que cruzaron la frontera hacia EEUU desde México.

Sin embargo, en estos momentos, las personas detenidas se cuentan por miles.

Todo comenzó el verano pasado, cuando un gran número de familias que huían de la violencia en América Central comenzaron a cruzar a los Estados Unidos. El gobierno de Obama abrió unas instalaciones en Artesia, Nuevo México, para detener a estas familias; después de la controversia, esa instalación fue cerrada y un nuevo centro, por la empresa CCA se inauguró en Dilley, Texas, con una capacidad de 2.400 camas.

El informe trimestral de la empresa de prisiones CCA muestra que sus ganancias en el segundo trimestre de 2015 fueron 49 millones de dólares superiores al mismo periodo de 2014, debido en gran parte a la expansión en la detención de las familias migrantes. La instalación Dilley generó ella sola 36 millones de dólares en ingresos durante el trimestre.

“En sólo un año, estas empresas de inversión se han beneficiado de la detención ilegal de niños y bebés que huyen de Centroamérica”, afirma Bryan Johnson, un abogado de inmigración que representa a muchos de los inmigrantes en Dilley.

“Debido a que estas empresas querían ganar aún más dinero, a decenas de niños, incluyendo algunos de mis clientes, se les niega el tratamiento médico para ahorrar costos, hasta el límite de que sus vidas estan en peligro inminente de muerte o de lesiones corporales graves”

“La única razón que puedo intuir para que estas familias sigan retenidas en estos centros, es por las presiones increíbles que deben producirse para mantenerlos en funcionamiento en base a su rentabilidad”, afirma Laura Lichtenberg, una abogada de inmigración.

Visto en : El Microlector

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