“Tenemos un depredador que vino de las profundidades del cosmos y se hizo cargo de gobernar nuestra vida. Los seres humanos son sus prisioneros. El depredador es nuestro amo y señor.
Nos ha convertido en dóciles, indefensos. Si queremos protestar, suprime nuestra protesta.
Si queremos actuar independientemente, exige que no lo hacemos así…
Los hechiceros creen que los depredadores nos han dado nuestros sistemas de creencias, nuestras ideas de bien y el mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas y sueños de éxito o fracaso. Nos han dado la codicia, la avaricia y la cobardía. Son los depredadores los que nos hacen complacientes, rutinarios y ególatras.”
Carlos Castaneda
El secuestro de una Plantilla Hay muchos ejemplos en el mundo “natural” que muestran cómo los parásitos hackean el programa de sus anfitriones y lo reemplazan con su propio mecanismo de supervivencia.
Tomemos el caso del gusano Dicrocoelium dendriticum, mejor conocido como la lanceta fasciola hepática.
Para alcanzar el hígado de los animales de pastoreo, primero infecta un caracol. Miles de larvas parasitarias son empacadas en bolas de limo y excretadas, y a lo largo viene una hormiga y con avidez engulle el limo. Una vez que el parásito entra en la hormiga, el secuestro de su conciencia comienza.
La plantilla de la hormiga es borrada por la mente del parásito y en contra de todos sus instintos naturales, la hormiga zombi se arrastra hasta la parte superior de una brizna de hierba y espera ser comida por una vaca o una oveja.
¡El parásito ha dado a la hormiga su mente!
El Astuto Espejo
En ‘El Lado Activo del Infinito’ de Castañeda, Don Juan le dice a Carlos, que el tema de los temas en la brujería es la depredación por una inteligencia alienígena:
un depredador que nos dio su mente.
Todo es un espejo y si un parásito puede secuestrar la conciencia de una hormiga, araña, oruga o pescado, y reemplazarla con su propio mecanismo de supervivencia egoísta, ¿por qué no puede suceder a un ser humano?
El Parásito Cerebral
El Arconte es un parásito cerebral que ha hackeado nuestra divinidad.
Ha secuestrado nuestra conciencia y ha dividido nuestro plan para crear la ilusión de la dualidad, y la realidad de la separación llamada la tercera dimensión. Ha creado un ilusorio mundo artificial que es alimentado por la energía electro-magnética de nuestro desenchufado ADN.
Véase el artículo: Destrozando la Ilusión de la Realidad.
Así que echemos un vistazo a la tercera dimensión y ver si podemos descubrir qué parte de nuestra conciencia ha reclamado como propio el parásito.
La Tercera Dimensión
La tercera dimensión se compone de los tres chakras inferiores de la Tierra, Agua y Fuego:
refugio, sexo y supervivencia.
El sólido platónico de la tercera dimensión es un tetraedro, un principio de fuego.
El foco del fuego se encuentra en el tercer chakra de nuestro cuerpo, el plexo solar… el pequeño sol. Este pequeño sol corresponde a nuestro ADN del 10% y el gran sol [90%] a nuestro ADN desenchufado.
El asiento del fuego es dual y dividido en ‘fuego que sube’ y ‘fuego que cae’.
El Tercer Chakra de Fuego que Sube
En la polaridad, el fuego se eleva y cae.
El Fuego que sube toca el cuarto chakra del corazón. Son los grandes hombros y pulmones del noble león; es el guerrero de calidez, ternura y amor. Es la divinidad en acción… y la puerta de entrada a nuestra multidimensional consciente de Todo, el quinto chakra del Espacio.
El Tercer Chakra de Fuego que Cae
El Fuego que cae, cae en el segundo chakra de Agua elevándose a Fuego, el asiento del deseo sexual; donde las emociones de la competencia, la lujuria, la violación, la tortura, el odio y el asesinato reinan supremamente… y es aquí donde encontraremos la verdadera fuente de todos nuestros problemas.
La conciencia Arcóntica crea un constante deseo para el sexo [la replicación de su huésped] y la necesidad del poder sobre otros como un medio de control.
La violencia y la opresión son las frecuencias de un campo de fuego disonante y dan lugar a conflictos y miseria para la manada, creando miedo y angustia emocional que es alimento para el parásito.
Este alimento es llamado ‘loosh rote’.
La frecuencia del Fuego que Cae se ha visto comprometida por el parásito, y estamos atrapados en su corrupta esquina del infinito.
El Loosh Rote y la Granja Humana
El Loosh Rote es el término acuñado por el gran pionero de los viajes astrales y experiencias fuera del cuerpo, Robert Monroe.
Él fue conducido a la comprensión de que el mundo de la Tierra es una granja, creada con el único propósito de cosechar la energía del miedo y el sufrimiento de sus criaturas.
El parásito obra por división, y chupa la energía emocional causada por el constante conflicto del juego de ‘nosotros contra ellos’.
Como dice Morfeo en La Matrix, ‘todos somos baterías de alimento’…
Matando al Parásito
Sólo hay una manera de matar a un parásito y es matándolo de hambre. Pronto se irá si el miedo es sustituido por el amor… pero es un pequeño astuto bastardo… así que cuide sus pensamientos.
Fuente: Biblioteca Pleyades
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