En 1989 se desenterraron los restos de los hombres de la Cueva del Ciervo Rojo, en China. 25 años después, el análisis de uno de sus fémures ha revelado que fueron una especie fuera de su época. Interpretación artística de la apariencia de un Hombre de la Cueva del Ciervo Rojo (Peter Schouten).
Recibieron el poético nombre de Hombres de la Cueva del Ciervo Rojo porque el lugar donde se hallaron reveló que cazaban y cocinaban grandes ciervos para comer.
Tenían la cara más plana que la nuestra, con una nariz ancha y una mandíbula prominente y sin barbilla, grandes muelas y unas cejas muy marcadas en una cabeza con un cráneo muy grueso y un cerebro de tamaño mediano. Hallados en la provincia de Yunnan, en China, los fósiles de Maludong fueron desenterrados por arqueólogos chinos a finales de los años 80.
Los estudios preliminares determinaron que tenían unos 14.000 años de antigüedad y que seguramente pertenecían a una especie separada de los humanos actuales, que se habría extinguido sin que su genética perviviese hasta nuestros días.
Después de eso, los huesos llegaron a un museo arqueológico local donde quedaron olvidados durante veinticinco años en los que nadie volvió a prestarles demasiada atención.
Ahora, una investigación conjunta de científicos chinos y australianos, que se publica hoy en la revista PLOS One, ha revelado que esos restos olvidados durante un cuarto de siglo podrían pertenecer a una nueva especie de humanos premodernos que vivieron en esta región aislada hasta mucho más tarde de lo que se creía, llegando a convivir durante miles de años con otras especies más evolucionadas y cercanas a nosotros.
Un hueso moderno con formas antiguas «En el área de Yunnan se encontraron muchos fósiles de homínidos de entre 6 y 8 millones de años de antigüedad, una época que se creía clave en los orígenes del hombre. Por eso estos huesos solo se analizaron brevemente antes de archivarse en el museo durante muchos años», explica a Teknautas Ju Xueping, profesor del Instituto Yunnan de Reliquias Culturales y Arqueología.
«China es un país muy grande con muchos, muchos fósiles», apunta Darren Curnoe, de la Universidad de Nuevo Gales del Sur y codirector del estudio. Fémur analizado. La clave del estudio está en un fémur de uno de esos hombres del Ciervo Rojo, un hueso cuyas características anatómicas son mucho más antiguas que su datación temporal.
«Los pequeños detalles de la anatomía, las características físicas del hueso, hacen que parezca muy antiguo.
De hecho, se parece mucho a los primeros miembros del género Homo, como el Homo erectus o el Homo habilis, especies que vivieron hace más de un millón y medio de años», explica Curnoe. Se trata de un hallazgo sorprendente porque obliga a replantearse los tramos temporales en que se creía que vivieron los primeros humanos.
«Hasta ahora pensábamos que los humanos antiguos no habían sobrevivido más allá de hace un millón de años en el continente asiático. En Europa, los Neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años, cuando los primeros humanos modernos aparecieron en la región. Encontrar un hueso humano con características anatómicas tan antiguas pero que tiene solo 14.000 años es una auténtica sorpresa».
La supervivencia de una especie aislada Este fémur, por tanto, podría representar la existencia de una especie desconocida hasta ahora, antigua y arcaica, prácticamente una reliquia, que se adaptó y sobrevivió miles de años más de lo que se creía en la zona del suroeste de China, un territorio geográfico y biológicamente complejo, muy diverso y tremendamente aislado.
Pero hará falta mucha más investigación para alcanzar esa conclusión en firme. No hay muchos huesos parecidos en la misma zona con los que establecer comparaciones, lo cual hace difícil establecer el lugar de esta posible nueva especie en el árbol genealógico humano.
«Aparte del hombre de Flores, por ahora simplemente no hay ningún prehumano de menos de 100.000 años en el Este de Asia, así que no tenemos nada con lo que comparar al Hombre de la Cueva del Ciervo Rojo», lamenta Curnoe. Restos hallados en Yunnan, China, en la cueva de Maludong (Cueva del Ciervo Rojo).
Así que seguirán analizando tanto el fémur como los demás huesos del museo, tratando de hallar una explicación completa y de responder a varias preguntas, entre ellas sí hubo contacto entre esta y las especies modernas que coincidieron en el tiempo, e incluso si llegaron a hibridar, como parecen sugerir otros hallazgos. De hecho, quizá el propio hombre de la cueva del ciervo fuese un híbrido.
«El acertijo de los hombres de la Cueva del Ciervo Rojo es ahora todavía más interesante: ¿quiénes eran estas misteriosas personas de la Edad de Piedra? ¿Cómo sobrevivieron hasta tan tarde? ¿Y por qué solo en la China tropical?», se pregunta Curnoe.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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