2 noviembre, 2018
Está sumamente extendida la creencia de que casi todas -por no decir todas- las enfermedades que padecemos, especialmente las consideradas de origen psíquico, tienen su causa en hechos acaecidos en nuestras vidas anteriores.
Esto se debe a que en estado regresivo -casi siempre bajo hipnosis profunda- los pacientes, a requerimiento del terapeuta e inducidos por éste, narran historias que sitúan en vidas pasadas.
Y así, se da por hecho, por un lado, que la reencarnación con su correspondiente karma es algo evidente; en segundo lugar, que toda terapia regresiva tiene que ser básicamente reencarnacionista; en tercer lugar, poco menos que toda enfermedad es causa de un hecho ocurrido en una vida pasada; en cuarto, que encontrada esa causa acaecida en una vida anterior, el enfermo ha resuelto su dolencia; y en quinto y último lugar, para no seguir alargando esta enumeración, que esa causa es tan fácil de encontrar en estado regresivo que bastan una o dos sesiones para lograrlo.
No es de extrañar, por tanto, que la bibliografía en torno a la terapia regresiva esté llena de frases como éstas: “Tenía problemas con la garganta porque fui ahorcada en una vida anterior”. “Ahora sé que mis dolores de cabeza tuvieron su origen en que en una vida anterior me golpearon fuertemente en la cabeza y me violaron”. “Yo fui un asesino en varias vidas anteriores, así que es lógico que ahora tenga una vida de sufrimiento”.
En el Tratado Teórico-Práctico de Anatheóresis explico ya que nadie, hasta ahora, ha podido probar de forma incuestionable la existencia real de vidas anteriores, así como afirmo también que, existan o no, las vidas anteriores obtenidas en estado regresivo son sólo proyecciones analógicas de los daños que les han afligido y enfermado en esta vida. Las emociones que el paciente proyecta, por tanto, son ciertas, pero no la narración, que es simbólica.
Si bien el simbolismo con que se expresan esas llamadas vidas anteriores es tan cercano a la verbalización fonética que un investigador poco crítico -y no digamos ya los muchos terapeutas regresistas improvisados existentes- consideran auténticas vidas anteriores.
Si el lector acude a mi Tratado Teórico-Práctico de Anatheóresis, encontrará en sus páginas no sólo una información más matizada, sino también extractos de regresiones a vidas anteriores que prueban cuanto afirmo.
Experiencias de una vida anterior
En los inicios de la década de 1980, el Dr. Brian L. Weiss, jefe de psiquiatría del hospital Monte Sinaí, en Miami, Estados Unidos, atendía el caso de Catherine, una joven con carácter depresivo y severa inseguridad.
Habían pasado dos años sin que obtuviera resultados notorios a través de psicoterapia tradicional y, ante tal problemática, el especialista decidió utilizar técnicas de hipnosis para intentar revivir momentos traumáticos de la infancia de Catherine.
Ante la orden del médico estadounidense: “vuelve a la época en que se iniciaron tus síntomas”, la paciente comenzó a relatar sus experiencias en una vida anterior, ocurrida aproximadamente en el año 1860 antes de Cristo.
Tras varias regresiones y la obtención de cambios favorables en poco tiempo, el Dr. Weiss necesitó cuatro años para decidirse a narrar lo sucedido en el libro Muchas vidas, muchos maestros, que si bien fue recibido con beneplácito y escepticismo al mismo tiempo, alcanzó notable número de ventas.
Sin embargo, el caso del famoso psiquiatra no ha sido el único, ya que en épocas recientes muchos especialistas han dedicado notable esfuerzo a la práctica y estudio de dicha disciplina.
Traumas que generan dolencias
La terapia de regresión a vidas pasadas es “un tipo depsicoterapia cuyo objetivo es hacer conscientes todos aquellos traumas que viven en nuestro interior y se manifiestan a menudo en forma de problemas o dolencias”, afirma el Dr. Samuel García Galeana, psicólogo que se desempeña como instructor y terapeuta en el Instituto Biocyber, en la Ciudad de México.
La diferencia, dice el especialista, es que en psicoanálisis, por ejemplo, una persona puede pasar años en consulta sólo para recibir un diagnóstico, y luego iniciar el tratamiento. En cambio, laterapia de vidas pasadas requiere pocas sesiones para que el paciente viaje hacia su interior, identifique su problema, lo exteriorice con claridad y resuelva el conflicto”.
Para el Dr. Samuel García Galeana existen dos formas de ver a este peculiar tratamiento. La primera, explica, es “tradicional”, de modo que la narración de hechos supuestamente ocurridos en vidas anteriores permite revelar conflictos subconscientes que requieren del abordaje del especialista en salud mental, tal como sucede en otros tipos de psicoterapia.
La segunda “parte de una tendencia mística, donde prevalece la idea de que la vida no es una, es decir, el ser humano viene al mundo para aprender y para ello 70 u 80 años no son suficientes. De esta forma, se cree que no se ha tenido una sola existencia, sino que ésta se encuentra unida a muchas otras”.
Lo más importante no es pensar en vidas anteriores, dice el psicólogo, sino en que este procedimiento logra positivos cambios de conducta y actitud.
“En la terapia de regresión a vidas pasadas relajamos al paciente y lo llevamos a un estado en que accede a su subconsciente (sin perder la conciencia), para que fluya la información que ha quedado ‘anclada’. A veces la persona empieza a hablar de otro lugar y época, y lo primero que se puede pensar es que lo imaginó o inventó.
Independientemente de si lo que dice pasó o no en otra vida, lo que narra es algo que el individuo necesita exteriorizar, un conflicto que presentado de esta forma requiere atención”, afirma el Dr. García Galeana.
Trabajo de regresión, valiosa herramienta
Asunto importante en la terapia de vidas pasadas radica en que es el paciente quien establece los objetivos y lleva a cabo el trabajo de exploración, de modo que el papel del terapeuta se restringe al de auxiliador.
“Nuestra tarea consiste en lograr que la persona se sienta cómoda y, a través de la voz y ejercicios de respiración, generamos confianza e inducimos la hipnosis.
Así, la frecuencia de las ondas cerebrales disminuye y a partir de ese momento se propicia un diálogo del paciente consigo mismo, una especie de ‘sube y baja’ en su mente entre la parte consciente y el subconsciente, lo que favorece que la información bloqueada fluya.
Esto es muy interesante porque posibilita rápido avance en cuestiones arraigadas, como aquellos patrones nocivos aprendidos a temprana edad y que el individuo repite sin darse cuenta”.
El trabajo de regresión se realiza en dos horas, aunque los primeros 15 minutos se invierten en lograr la hipnosis. De inicio se sugiere que el paciente recuerde un hecho agradable para que se familiarice con la técnica, y luego se trabaja con los aspectos problemáticos.
Pocas veces hay resultados definitivos en una sola sesión, por lo que se requiere un promedio de 3 ó 4 consultas (máximo 6), a veces con intervalos de un mes para asimilar la información obtenida.
Recuerdos dolorosos, pero soportables
El Dr. Samuel García Galeana especifica que en casos de experiencias muy dolorosas, como accidentes, muerte de alguien cercano o abuso sexual, la persona puede “conectar” con su vivencia y hacer una localización pronta de su bloqueo, misma que puede ser dolorosa, pero soportable.
Ahora bien, en problemas no resueltos, por ejemplo, conflictos de pareja o falta de recursos económicos a pesar de que se realiza gran esfuerzo laboral, se pueden reconocer aquellos patrones en los que el paciente falla.
Así, el especialista asegura que “en lo emocional, la regresión es excelente ayuda, muchos traumas o problemas de personalidad, como inseguridad o timidez, pueden desbloquearse, ya que al comprender su origen es más sencillo trabajar para disolver los patrones negativos”.
En enfermedades mentales se puede ayudar durante etapas iniciales, “aunque reconocemos cierta limitación en casos avanzados, pues cuesta mucho trabajo y es probable que el paciente esté bajo la administración de medicamentos, la cual no puede suspenderse, por lo que interfiere en nuestro trabajo”.
En lo que concierne a enfermedades físicas, el Dr. García Galeana explica que la terapia de vidas pasadas ofrece beneficios notables, ante todo en problemas psicosomáticos (de origen mental o emocional, pero que afectan al cuerpo).
Debido a que algunos daños orgánicos se deben a la acumulación de emociones negativas, el experto indica que, por ejemplo, “el paciente dice que quiere investigar sobre su gastritis (inflamación estomacal que genera acidez, indigestión y dolor), y una vez que entra en hipnosis es capaz de sentir qué genera la acidez estomacal excesiva, encuentra cómo regular su deficiencia y mejorar”.
El psicólogo García Galeana especifica:
“De acuerdo con la medicina tradicional china, cada órgano trabaja con una emoción y, cuando ésta se maneja en exceso, genera un problema.
Volviendo al caso anterior, durante la regresión la persona suele encontrar que su gastritis se debe al manejo excesivo del pensamiento.
Por lo general, le atribuimos tal característica al cerebro, pero éste se responsabiliza del razonamiento; al estómago le afecta el pensamiento excesivo: tener demasiados problemas y preocupaciones, u ocuparse en tratar de resolver la vida y las dificultades de otros. Está claro que el paciente encuentra que esta tendencia es negativa y repercute en su salud”.
La terapia de regresión también ayuda a lograr mejoría o curación en otros problemas físicos de consideración, aunque “tenemos que aclarar que no sólo es a través de nuestra técnica, sino que el paciente lleva al mismo tiempo un tratamiento médico y farmacológico. A nosotros nos corresponde trabajar en el bloqueo de emociones, como odio y resentimiento, y crear conciencia en el paciente para que lo resuelva”.
Así, en enfermedades como diabetes, hepatitis o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), el cambio de patrones redunda en el fortalecimiento del sistema inmune y/o de la potencialidad del organismo para salir adelante. Empero, esto no significa que se trate de una solución universal para todos los problemas.
“Un caso que me agradó mucho —dice el Dr. Samuel García— fue el de una chica que vino con cáncer terminal, la cual ya había recibido tratamiento médico para esta enfermedad (radioterapia y quimioterapia); además, estaba muy delgada y tenía la cabeza rapada.
Durante la consulta me dijo que lo único que quería saber es qué le esperaba, y en la regresión pudo observar un lugar maravilloso: un bosque con un lago, rodeado de montañas.
Entonces sintió la presencia de lo que ella describió como ‘un ángel’, que le traía un pergamino; luego de insistirle en que se lo mostrara, lo observó y descubrió que estaba en blanco. Salió del estado de hipnosis y se fue a su casa para tratar de entender lo que vio.
No hubo otra sesión, porque falleció a los 15 días, pero vinieron sus hermanas para agradecer lo ocurrido. La paciente había entendido que el papel en blanco era su vida, que había concluido, y perdió el miedo a la muerte porque supo que no era su fin, sólo el de su existencia actual”.
Vivencias de otras épocas, clave para recuperar la salud
La terapia de vidas pasadas ha tenido curiosa evolución, misma que deja entrever cuáles son los caminos que recorrerá en fechas próximas. Por principio de cuentas, cabe recordar que su valoración en la época actual partió de un hecho casual: médicos en diversas partes del mundo, con más o menos años de diferencia, dabantratamiento con hipnosis a pacientes con problemas psicológicos, y éstos empezaban a “recordar” vivencias en otra época y cultura, como si hicieran un viaje por pasajes históricos de los que a veces no tenían conocimiento.
A raíz de esto, grupos como el del Ing. Fernando Ramírez y Escalona (fundador de Biocyber) y su equipo de colaboradores, “nos dimos a la tarea de solicitar a los pacientes la mayor cantidad de información posible para crear un archivo, debido a que notamos que algunos de ellos podían ver muchos detalles, incluso recordaban nombres, fechas y objetos determinados, como un reloj o un anillo.
Lo asombroso es que algunas personas, una vez concluido el tratamiento, han tenido la oportunidad de ir a esos lugares y han reconocido el sitio donde supuestamente murieron o los enterraron, y nos han relatado que sienten algo especial, un lazo que les une”.
una de las primeras variaciones en el tratamiento consistió en recordar el momento del fallecimiento. El hecho resultó de gran trascendencia, ante todo para pacientes con pánico a la muertey tendencias suicidas, sin olvidar algunos casos particulares.
“Un joven recordó una vida pasada en la época de La Conquista, y vio cómo mientras le enterraban una lanza en el estómago, él colocaba sus manos como si sujetara el artefacto, sintiendo el dolor y desesperación.
Actuaba como si le pasara en realidad, pero lo narraba a sabiendas de que estaba en el consultorio. Gracias a esto encontró explicación a un problema digestivo que no tenía causa aparente, y logró aliviarse”.
Exploración del lapso entre vidas
No contentos con lo anterior, diversos especialistas iniciaron la exploración del espacio entre vidas para saber qué ocurría una vez que se experimenta la muerte.
“Los pacientes suelen describir el lugar donde se encuentran como un sitio sin dimensión que adquiere forma cuando ellos aparecen en él. Nos han dicho que observan una especie de pantallas donde revisan su vida, comprenden las enseñanzas que recibieron e, incluso, eligen su próxima fecha de nacimiento, padres y país de residencia.
Una persona nos dijo que tenía varias opciones, pero decidió nacer en un hogar con un padre alcohólico y problemático. Al preguntarle por qué lo hizo, contestó que la razón era que ahí aprendería mucho”.
Relatos como los anteriores, divulgados por diversos libros y personalidades, han generado gran expectación, por lo que muchas personas desean someterse a la terapia de regresión a vidas pasadas. Sin embargo, existe la posibilidad de caer en manos de alguien sin la capacidad de abordar este trabajo; para evitar este problema, el psicólogo García Galeana aconseja que el paciente pida al terapeuta su certificación en la materia.
Igualmente, el especialista aclara: “Es normal tener el temor de que se genere algún daño con este tipo de terapias, pero cuando se realiza un mal trabajo para lograr una regresión, siempre hay ‘algo’ que protege al paciente. No sabría decirle qué es, pero hemos encontrado que se genera desconfianza, no se consigue entrar en trance y tampoco hay forma de que ocurra algo”.
Ciencia y terapia de vidas pasadas
En cuanto al presente y futuro de esta terapia, Samuel García indica: “Apenas estamos en el umbral, y nos falta presenciar muchas cosas asombrosas. Es verdad que algunos colegas médicos y psicólogos nos ven con cierta extrañeza porque falta mucha investigación científica al respecto, pero hemos podido comprobar el cambio registrado en los pacientes y la sanación que esta técnica empieza a promover”.
Además, se sigue trabajando en la recopilación de datos sobre las regresiones, y “en la tarea de crear una barra de especialistas para agrupar a las personas que se dedican a esta terapia con seriedad. Por el momento sólo mantenemos comunicación e intercambiamos información con el Dr. Brian Weiss (radica en Florida, Estados Unidos) y otros terapeutas, como el Dr. José Cabouli (Argentina) y la Dra. Angelina Ahumada (México)”.
Para finalizar, el psicólogo asegura que “la terapia de regresión a vidas pasadas es una alternativa, pero en el futuro será muy común. En años venideros la evolución de la Medicina irá, en buena medida, hacia el combate a problemas de salud inducidos por la mente.
Ahí tenemos un espacio de trabajo importante, hemos descubierto que toda persona puede influir en lo que vive, por más terrible o doloroso que sea, y siempre hay algo qué aprender de la enfermedad y los problemas”.
http://www.unsurcoenlasombra.com/pueden-ser-las-vidas-anteriores-causantes-de-enfermedades-miedos-y-fobias-terapia-de-vidas-pasadas/
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