Más de 2.200 años después de que se hundiera en las aguas del mar Egeo, un grupo de arqueólogos ha encontrado una pieza que faltaba al célebre Mecanismo de Anticitera, un sofisticado artefacto astronómico descubierto en 1901 cuyo funcionamiento tardó décadas en ser descifrado y cuya precisión para el cálculo de eclipses y equinoccios, fases lunares y posiciones estelares sorprendió a los científicos.
La pieza encontrada en el naufragio de Anticitera.
El disco de bronce hallado muestra una rueda dentada con la imagen de un toro que correspondería a Tauro, según han revelado los estudios realizados a la pieza con rayos X.
De haber formado parte del antiguo mecanismo griego, podría corresponder a un engranaje utilizado para predecir la posición de dicha constelación zodiacal.
La imagen del toro que desvelan los rayos X.
La pieza, de ocho centímetros de diámetro y cuatro brazos metálicos, fue encontrada en la misma ubicación donde se halló el Mecanismo de Anticitera en 1901, en un pecio de unos cincuenta metros de eslora en el que se han descubierto restos humanos y cientos de objetos como lanzas de bronce, piezas de mármol y estatuas de bronce, anillos o monedas.
La computadora más antigua
El Mecanismo de Anticitera, reconocido como la computadora analógica más antigua del mundo, fue diseñado como un calendario-reloj que mostraba las fases de la luna, la posición del sol y los planetas, y hasta el momento de los eclipses previstos.
El Mecanismo de Anticitera, reconocido como la computadora analógica más antigua del mundo, fue diseñado como un calendario-reloj que mostraba las fases de la luna, la posición del sol y los planetas, y hasta el momento de los eclipses previstos.
El mecanismo de Anticitera.
Los restos del mecanismo aparecieron fragmentados en 82 piezas, siete de las cuales contenían inscripciones y engranajes.
El reciente hallazgo de otra posible pieza del ancestral artilugio, pone sobre la mesa el hecho que quizás nunca sepamos cuántas ruedas dentadas tenía el mecanismo original ni hasta que complejidad podía llegar.
Reconstrucción moderna del mecanismo.
Fuente: Haaretz.
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