Juan Luis Cebrián y Soraya Sáenz de Santamaría.
01/02/201906:50
En 2012 Juan Luis Cebrián se convertía en presidente ejecutivo de Prisa. Yl grupo Prisa -con una deuda que había llegado a rondar los 5.000 millones de euros-, empezaba a encontrar de pronto la luz.
Las noticias empezaban igualmente pronto a hablar de la atención prestada desde la Vicepresidencia del Gobierno -encabezada por Soraya Sáenz de Santamaría- a este reflotamiento.
Los inversores volvían a interesarse por el grupo de comunicación. El fondo Amber Capital iniciaba la compra y en 2014 comunicaba que acumulaba ya una participación del 3,018% en Prisa, figurando como accionista significativo. En julio de 2016, el grupo inglés Amber Capital seguía con hambre y pasaba a hacerse con el control de la mayor parte de las acciones del grupo PRISA.
La llegada del fondo y de otros inversores no era la única buena noticia que sucedía en el grupo. Y es que parte de los acreedores se convertían en accionistas de referencia de la compañía: Telefónica y los bancos (Santander, Caixabank y HSBC). Todos respaldaron al grupo. Y lo hicieron después de que en el periodo 2008-2012 la cotización de este grupo editorial se había desplomado desde los diez euros por acción a menos de medio euro por título.
Todo empezaba a cuadrarse a partir de 2012 para el grupo. Ese año era el momento clave. Prisa estaba al borde de la extinción con una deuda de 3.132,54 millones de euros a 31 de septiembre de 2012. Y parecía ser el momento que tanto tiempo había esperado la derecha política española para decir adiós a uno de sus grandes tormentos.
Lejos de dejar caer lo que ya caía, se hicieron gestiones para evitarlo, y el sello de la Vicepresidencia estaba en todos los movimientos
Pero, de pronto, o esa derecha se olvidó de su sueño, o su sueño tornó en pesadilla para quienes en la política seguían diciéndose de derechas. Porque lo cierto es que lejos de dejar caer lo que ya caía, se hizo lo contrario. Una serie de gestiones se cruzaron en el camino. Y, de nuevo, las noticias no tardaron en reflejar la presencia de la Vicepresidencia en esas gestiones.
Los mensajes no tardaron en llegar desde lo más alto. Y, de pronto, las gestiones entre Cebrián y Soraya Sáenz de Santamaría daban sus frutos. El clima cambiaba y los acreedores dejaban de poner peros para convertirse en inversores. Telefónica, Santander y La Caixa entraban en el accionariado del periódico. Todo un cambio de postura que daba aire al Grupo. Y a Cebrián.
La cosa aguantó un tiempo. No todo, porque los inversores, al final, son inversores. Y la debilidad política -la del PP en 2017- provoca análisis económicos que los tiempos de vacas gordas hay veces que camuflan. Los últimos tiempos en la empresa sita en la madrileña Gran Vía no hicieron sino intensificar la tensión.
Los accionistas, incluso los más cercanos a Cebrián –por ejemplo, la familia Alcántara o los propios Polanco– decidieron que era el momento de aparcar a un lado a Cebrián, de nombrarle presidente honorífico de la compañía. Javier Monzón, ex presidente de Indra, ascendía.
Pero si algo había quedado claro por el camino es que la unión de dos protagonistas de nuestra última etapa política había dado sus frutos. Temporales, pero frutos. Hoy esos frutos vuelven a probar suerte.
https://okdiario.com/espana/2019/02/01/soraya-tira-alianza-cebrian-que-permitio-rescatar-prisa-3-132-millones-deuda-3651725
Rajoy pidió a Cospedal que apoyara a Soraya en la segunda vuelta de las Primarias del PP
Mariano Rajoy conversa con Soraya Sáenz de Santamaría, durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. (Foto: Efe)
01/02/201906:50
Rajoy sí tomó partido en las primarias del PP. Y no fue para apoyar a Pablo Casado. Pidió a María Dolores de Cospedal que respaldará en la votación clave a Soraya Sáenz de Santamaría e hiciera presidenta del PP a quien había sido su clara adversaria durante años y años en la formación política.
El ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy se retiraba de escena y del partido. Ya había transcurrido la primera vuelta de las primarias del PP y el resultado de la votación de los militantes había permitido pasar a la segunda y definitiva votación a dos candidatos como aspirantes a liderar el principal partido de la Oposición: Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, por ese orden.
Pero los datos eran evidentes: Soraya Sáenz de Santamaría lograba el 37,03% de los votos; Pablo Casado un 34, 36%; María Dolores de Cospedal el 25,97%; José Manuel García Margallo el 1,17%; José Ramón García Hernández un 1,15%; y Elio Cabanes el 0,32%. Traducido: que si Cospedal dable apoyo a Casado el resultado estaba cantado.
Especialmente porque el resto de candidatos no habían logrado un peso representativo y, además, estaba claro que todos sumarían fuerzas en favor de Casado y en contra de Soraya.
María Dolores de Cospedal había partido como una de las favoritas para la primera vuelta y había caído. Pero su apoyo sería obviamente decisivo en la recta final.
Rajoy pidió a la ex secretaria general que hiciera lo último que estaba dispuesta a hacer: respaldar a su adversaria más clásica
Cospedal había comprometido su respaldo a Casado desde el mismo día en el que se conocieron los resultados de la primera vuelta de las primarias. Pero Rajoy quiso evitarlo consciente de que ese respaldo podía desequilibrar la balanza a favor de Casado.
Y ahí fue cuando Rajoy pidió a la ex secretaria general del partido que hiciera lo último que estaba dispuesta a hacer: respaldar a su adversaria más clásica, a quien más desencuentros y quebraderos de cabeza le había provocado durante los años de Gobierno del PP: a Soraya Sáenz de Santamaría.
Cospedal no aceptó la indicación y cumplió su objetivo y compromiso personal pese a las presiones: respaldar a la candidatura de Pablo Casado.
La comida en el Jai Alai
No fue la única injerencia de Rajoy en el proceso de primarias. Un acto empezó a decantar el rumbo de la segunda vuelta de las primarias: la comida en el madrileño restaurante Jai Alai de siete ministros de Rajoy -y uno más que no acudió pero respaldó el comunicado- para dar apoyo a Casado. Ocho apoyos que tumbaban el principal lema de Soraya contra Casado: la falta de experiencia de Gobierno.
Lo hicieron para avalar oficialmente la candidatura de Sáenz de Santamaría a dos días de la votación decisiva las primarias del PP. Se trataba del grupo de ministros más representativo del último Ejecutivo popular. Y entre ellos se encontraron José Manuel García-Margallo (Exteriores), José Manuel Soria (Industria), la propia María Dolores de Cospedal (Defensa), Juan Ignacio Zoido (Interior), Rafael Catalá (Justicia), Isabel García Tejerina (Agricultura), Dolors Montserrat (Sanidad). Jorge Fernández (Interior) no pudo acudir por motivos personales pero trasladó el apoyo. Y Pablo Casado comido con todos ellos.
Pero la comida estuvo precedida de llamadas: las realizadas a algunos de los asistentes por, de nuevo, Rajoy, para pedir que se repensara la asistencia al acto.
https://okdiario.com/espana/2019/02/01/rajoy-pidio-cospedal-que-apoyara-soraya-segunda-vuelta-primarias-del-pp-3650912
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