Los crímenes siempre han sido considerados una fuente de misterio e intriga, pero hay algunos superan toda logia y racionalidad y entran en el reino de lo extraño. No estamos hablando de simplemente raro, más bien espeluznante.
Hay innumerables homicidios no resueltos a lo largo de los siglos. En la peculiar lista de crímenes sin explicación nos encontramos Jack el Destripador, el asesino del Zodiaco o la Dalia Negra. Pero hay otros que podrían servir como trama para películas de ciencia ficción.
Uno de estos casos fue revelado en 2014, cuando las pruebas de ADN determinaron, que el sospechoso aparentemente murió semanas antes de la presunta víctima. Esta es la historia.
Un asesinato temporal
Una mujer había sido brutalmente asesinada en Londres en 1997 y se había encontrado material biológico bajo sus uñas, posiblemente indicando que podría haber arañado a su atacante justo antes de morir.
Se analizó una muestra del material y se comparó los resultados con la base de datos del National DNA y rápidamente se obtuvo una coincidencia positiva. El problema fue que se identificó a una mujer que había sido asesinada, tres semanas antes de la muerte de su presunta “víctima”.
Los asesinatos ocurrieron en diferentes áreas de la capital y fueron investigados por equipos de detectives independientes
Sin conexión alguna entre las dos mujeres y ninguna evidencia más, lo primero que pensaron los investigadores fue que lo más probable era que las muestras se habían mezclado o contaminado en el único lugar obvio en el que habían estado juntas: el laboratorio forense.
Fue entonces cuando el oficial superior de investigación presentó una queja formal al equipo forense.
En esos momentos, el Dr. Michael Silverman, actual presidente de enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina y Odontología Schulich de la Western University en Canadá, era el gerente del Servicio de Ciencias Forenses, por lo que era su responsabilidad investigar si se había cometido un error en el laboratorio.
Lo primero que pensó fue que tal vez el recorte de la uña de la segunda víctima se había etiquetado incorrectamente y en realidad se trataba de la primera víctima.
Tan pronto como comenzó a revisar las muestras, comprobó que este no era el caso. La víctima se había pintado sus uñas con un distintivo patrón y los cortes que se habían tomado tenían exactamente el mismo patrón. No había duda de que eran los correctos.
Luego revisó los registros del laboratorio para ver si las muestras se habían mezclado accidentalmente. Esto también resultó ser erróneo, ya que los dos conjuntos de muestras nunca habían salido del laboratorio al mismo tiempo.
En cualquier caso, habían transcurrido varias semanas entre el análisis de la primera y segunda muestra y diferentes forenses habían participado. Decidido a encontrar una explicación al misterio, el Dr. Silverman investigó más exhaustivamente cómo se habían recogido las uñas y descubrió que ambos cuerpos se habían sometido a una autopsia en el mismo depósito de cadáveres, aunque había si trasladados con varias semanas de diferencia.
Fue entonces, mientras estaba examinando los registros mortuorios, que encontró una posible respuesta. Al parecer, el cuerpo de la primera víctima de asesinato había sido mantenido en el congelador durante varias semanas mientras la policía llevaba a cabo su investigación inicial.
Se había retirado del congelador para permitir que el patólogo tomara recortes de uñas adicionales el día antes de que el cuerpo de la segunda víctima de asesinato hubiera llegado al depósito de cadáveres.
Al día siguiente, el mismo par de tijeras se había utilizado para cortar las uñas de la segunda víctima de asesinato. Aunque las tijeras se habían limpiado entre usos, podría haberse dado el caso que el material genético suficiente hubiera “sobrevivido” al proceso de limpieza para transferirse a las uñas de la segunda víctima y luego producir un perfil de ADN en el análisis posterior.
La explicación científica
Según explicó el Dr. Silverman, en 1997, cuando se cometió el misterioso asesinato, las pruebas de ADN llevaban solo unos años y la tecnología estaba mejorando tan rápidamente que empezaban a ocurrir problemas imprevistos. Solicitó que se analizaran las tijeras usadas para el recorte de uñas del depósito de cadáveres y descubrió que no solo estaban presentes dos perfiles de ADN, sino tres separados.
Otro examen reveló contaminación por ADN en varios otros instrumentos mortuorios. Por ejemplo, en los bisturí para autopsia había rastros de ADN de varias personas diferentes en ellos, pero como nunca se tomaron muestras de ADN de las incisiones, la contaminación cruzada no fue detectada.
El Dr. Silverman envió inmediatamente un comunicado urgente a todos los médicos forenses, mortuorios y patólogos forenses en el país, destacando el problema y sugiriendo que, en el futuro, todos los recortes de uñas debían tomarse con tijeras desechables y que además se debían incluir como evidencia para confirmar que solo se habían usado una vez.
Es un sistema que sigue vigente hasta día de hoy. El gerente del Servicio de Ciencias Forenses también puso otro ejemplo ocurrido en Alemania en 2007. Se encontraron rastros de ADN pertenecientes a una mujer desconocida en el lugar del asesinato de un oficial de policía.
Cuando se revisó la base de datos alemana, se descubrió que había ADN idéntico en la escena de otros cinco asesinatos en Alemania y Francia, junto con varios robos. En total, se halló el ADN de la mujer en 40 escenas de crimen separadas.
Las autoridades alemanas pasaron dos años y miles de horas buscando al culpable, solo para descubrir que el ADN había estado presente en los hisopos que los investigadores de la escena del crimen habían estado usando para recoger sus muestras. Las toallitas habían sido contaminadas accidentalmente por una mujer que trabajaba en la fábrica que las producía.
El Dr. Silverman destacó que, durante años, el ADN ha sido visto como el arma definitiva para combatir el crimen con convicciones exitosas que surgen de rastros cada vez más pequeños, pero en muchos aspectos el análisis del ADN se ha convertido en víctima de su propio éxito.
Otra evidencia de viajeros del tiempo
Pero está claro que la explicación del Dr. Silverman no convenció a todo el mundo. Y son muchos los que creen que este caso es una evidencia de la existencia de los viajeros del tiempo existen. Se basan en que las pruebas no demostraron que había habido contaminación en las muestras, simplemente que era una posibilidad, por lo que decidió cambiar los procedimientos. Entonces este caso formaría parte a otros casos de viajeros en el tiempo.
Como ya publicamos en Mundo Esotérico y Paranormal, uno de los casos más conocidos fue el de John Titor, que durante los años 2000 y 2001 apareció de la nada en los foros de Internet asegurando que se trataba de un viajero del tiempo del año 2036. Dejó numerosas predicciones acerca de eventos futuros, hasta que desapreció sin dejar ni rastro.
Esto nos demuestra que la evidencia del viaje en el tiempo no es algo que se debe de ignorar: historias, imágenes y artefactos no son más que signos evidentes de que existen los viajeros el tiempo.
¿Qué te parece el caso del viajero del tiempo asesino? ¿Se trata de pruebas de ADN contaminadas? ¿O va más allá de lo que podemos entender?
Por MEP
Publicado el 17/04/2019
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