EL JUEZ PLANEA VIAJAR A GALES PARA CONFIRMAR SI IGLESIAS DESTRUYÓ LA TARJETA DE DINA
Una pequeña tarjeta de memoria parcialmente quemada es la clave del caso
Pablo Iglesias (PODEMOS) entre rejas.PD
Lo tiene crudo y si hubiera Justicia digna de ese nombre e igual para todos, como esperamos, va a terminar como en la foto: entre rejas.
El siempre caradura Pablo Iglesias rompió hace un par de días en una radio amiga su silencio sobre el turbio enredo telefónico que desprestigia su ya menguante figura política, intentando presentarse como ‘víctima’ pero no lo es.
Si el juez corrobora de manera indiciaria que Iglesias destruyó la tarjeta de su exasesora Dina Bousselham, antes de entregársela cuando además ya había una denuncia interpuesta, el actual vicepresidente de Sánchez podría enfrentarse a todo un rosario de acusaciones que van desde la simulación de delito a la denuncia falsa, psando por daños informáticos, obstrucción a la Justicia o apoderamiento de datos reservados.
La Fiscalía de la socialista Dolores Delgado, la del ‘Marlaska maricón’, intenta taparle el culo argumentando cree que si la exasesora no se siente víctima de su jefe y antiguo amigo cercano, por haber guardado durante varios meses su tarjeta y chapoteado en sus fotos y mensajes ‘íntimos’, no se le puede perseguir penalmente.
Sin embargo, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón considera que el perdón de Dina sólo le valdría para evitar el delito de revelación de secretos, pero no los otros.
García-Castellón, según adelanta ‘El Confidencial’, está estudiando viajar a Gales para acelerar la investigación sobre la destrucción de la tarjeta de memoria del teléfono de Bousselham y si fue responsabilidad de Pablo Iglesias.
El magistrado valora acudir en persona a la empresa a la que Bousselham encargó recuperar los archivos dañados cuando Iglesias le devolvió la tarjeta.
La prueba es clave para ver si el contenido de la micro-SD fue destruido en el periodo en el que Iglesias la retuvo antes de devolverla a su dueña. El dato es determinante frente a la decisión de si procede o no mandar el caso al Supremo, competente para investigar al vicepresidente segundo, que es aforado.
En un primer paso, el magistrado ha señalado a las autoridades de Reino Unido que su solicitud es de carácter urgente. En función de si estas pueden o no atenderla con celeridad, el magistrado se plantea el desplazamiento con la intención de no alargar la indeterminación sobre el caso.
Esa pequeña tarjeta de memoria parcialmente quemada es la clave del caso Dina.
De hecho, lo primero que ha hecho el magistrado es, con el apoyo de la Fiscalía Anticorrupción, retirarle la condición de perjudicado en la causa.
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