Hace 120.000 años, en lo que ahora es el norte de Arabia Saudita, un pequeño grupo de Homo sapiens se detuvo a beber y buscar comida en un lago poco profundo frecuentado por diferentes animales.
Esta detallada escena ahora ha sido reconstruida gracias al descubrimiento de ancestrales pisadas en el desierto de An-Nafud, arrojando nueva luz sobre las rutas seguidas por nuestros antepasados a medida que se esparcían fuera de África.
Una de las pisadas humanas halladas en Alathar. Crédito: Stewart et al, Science Advances, 2020. Hoy en día, la península arábiga se caracteriza por sus vastos y áridos desiertos que hubieran sido inhóspitos para los primeros humanos y los animales que cazaban.
Pero las investigaciones de las últimas décadas han demostrado que no siempre fue así; debido a variaciones naturales del clima, en el pasado la zona fue mucho más verde y húmeda —en un periodo conocido como el último interglaciar—. «Durante ciertas épocas del pasado, los desiertos que actualmente dominan el interior de la península se transformaron en extensas zonas de pastizales, lagos y ríos», explicó el coautor del estudio Richard Clark-Wilson de la escuela Royal Holloway de la Universidad de Londres.
Por otro lado, Mathew Stewart, autor principal del Instituto Max Planck para Ecología Química, Alemania, le dijo a AFP que las pisadas fueron descubiertas durante su trabajo de doctorado en 2017, siguiendo la erosión de los sedimentos que cubren el ancestral lago bautizado como Alathar (‘el rastro’ en árabe).
(A) Mapa mostrando la ubicación del sitio en el desierto de An-Nafud, Arabia Saudita.
(B) Mapa oblicuo tridimensional de la ubicación de las huellas, fósiles y muestras para luminiscencia ópticamente estimulada (OSL).
«Las pisadas son una forma única de evidencia fósil, proveyendo instantáneas del pasado que usualmente representan unas pocas horas o días. Es una resolución que no solemos obtener de otros registros», comentó.
Las huellas fueron datadas usando una técnica conocida en geomorfología como luminiscencia ópticamente estimulada, la cual permite determinar cuánto tiempo hace que los granos minerales de los sedimentos estuvieron expuestos por última vez a la luz solar o al calentamiento suficiente.
Arabia verde
En total, siete de las cientos de huellas descubiertas fueron identificadas como de homínidos, incluyendo cuatro que, dada su orientación similar, distancia entre ellas y diferencias en tamaño, fueron interpretadas como dos o tres individuos viajando juntos.
Los investigadores argumentan que éstas pertenecieron a humanos modernos y no a neandertales, sobre la base que nuestros extintos primos no estuvieron presentes en la región de Oriente Medio en esos tiempos.
Además, la estatura y masa estimada inferida a partir de las pisadas confirma lo antedicho.
Modelos de elevación digital de tres pisadas de homínidos (HPR001, HPR002, and HPR003). Crédito: Klint Janulis, University of Oxford. «Sabemos que los humanos estaban visitando este lago al mismo tiempo que los animales, probablemente en busca de agua y comida.
Inusualmente para el área, no encontramos herramientas de piedra», detalló Stewart.
Además de las pisadas, el equipo logró recuperar unos 233 fósiles que sugieren que los carnívoros eran atraídos hacia el lago Alathar en busca de herbívoros, similar a lo que vemos en las sabanas africanas hoy.
(A) Vista lateral de los depósitos en el paleolago Alathar.
Las flechas indican a los investigadores trabajando.
(B) Primera sección estratigráfica.
(C) Segunda sección estratigráfica.
(D y E) Pisadas de elefante.
(F) Pisadas de camélido.
(G) Huella de pata delantera de camélido.
(H) Huella de pata trasera de camélido.
(I) Pisadas de équido.
(J) Vertebra de bóvido erosionada en el sedimento del lago.
Crédito: Gilbert Price, The University of Queensland and Richard Clark-Wilson, Royal Holloway, University of London.
Los registros fósiles de Homo sapiens fuera de África se remontan a entre 210 y 180 mil años, en el sur de Grecia y Levante. De acuerdo al nuevo estudio, las rutas terrestres, siguiendo lagos y ríos, tuvieron una particular importancia en la propagación humana fuera del continente.
«La presencia de grandes animales como elefantes e hipopótamos, junto con los pastizales abiertos y grandes recursos de agua en el norte de Arabia, probablemente atrajeron a los humanos de África y los motivaron a desplazarse hasta allí», concluyó Michael Petraglia, autor senior del estudio.
Fuente: ScienceAlert. Edición: MP.
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