El cementerio Union de Connecticut ha sido escenario de múltiples fenómenos extraños. Entre los muchos recogidos, se encuentran varias apariciones de una misteriosa Dama Blanca a lo largo de los años. Ed y Lorraine Warren pudieron recoger muchas de estas historias.
Ed y Lorraine Warren, con Robert David Chase
19 de Febrero de 2021 (13:30 CET)
PORTADA DAMA BLANCA
El matrimonio Warren se ha convertido en un icono de la cultura popular gracias a las películas que han llevado a la gran pantalla algunos de sus casos más terroríficos. Sin embargo, las historias que hemos conocido a través del cine son solo un mínimo ejemplo del enorme archivo que esta peculiar pareja de investigadores de lo paranormal acumularon a lo largo de su carrera.
Gracias a Ediciones Obelisco, que está traduciendo las obras de los Warren al castellano, ahora podemos acceder a muchos de sus famosos "expedientes". Por cortesía de la editorial, en Espacio Misterio os ofrecemos algunos de los más impactantes.
Ed y Lorraine Warren se conocieron en 1942. Inmediatamente, ambos conectaron de forma especial. Cuando Ed le confesó a su futura esposa que, desde que eran un niño, le sucedían cosas extrañas, Lorraine prestó mucha atención. Ed le contó que la casa en la que vivía cuando era niño estaba embrujada.
Muchas noches se iba a la cama aterrado, ya que las puertas de su armario se abrían y cerraban solas y, además, ante él aparecían diferentes rostros que no debían estar allí que le hacían gestos y le hablaban. Lorraine se sintió inmediatamente identificada. A ella le sucedía lo mismo, e incluso era capaz de percibir el aura de las personas.
Con el inicio de la II Guerra Mundial, Ed fue llamado a filas y sus aventuras en busca de lo paranormal se hicieron esperar. Pero en 1952, fundarían la NESPR, New England Society for Psychic Research (Sociedad para la Investigación de Fenómenos Paranormales de Nueva Inglaterra), una entidad sin ánimo de lucro destinada a ayudar a quienes afirmaban ser víctimas de fenómenos extraños o espíritus diabólicos.
Ante cualquier solicitud de ayuda, los Warren se dirigían a la casa en cuestión, entrevistaban a sus habitantes, evaluaban el caso y decidían si tomar cartas en el asunto o no. Esta es una de sus historias recogida en El Cementerio...
Ed y Lorraine Warren, ambos ya fallecidos
LA DAMA BLANCA
Un vagabundo al que se le hizo de noche en Monroe decidió dormir en la colina que domina el cementerio Union, en Connecticut (EE UU). La noche era perfecta para dormir al aire libre: una temperatura de más de veinte grados, un cielo despejado e iluminado por las estrellas y el olor dulzón de la hierba recién cortada impregnando el aire.
Poco después de las diez, el vagabundo desenrolló su saco y se puso a dormir. Sin embargo, alrededor de la medianoche, se despertó sin saber exactamente el motivo. Lo atribuyó al hecho de tener un sueño muy ligero. Los vehículos y trenes siempre lo despertaban, aunque circularan a gran distancia.
Se incorporó mientras se frotaba los ojos. A sus pies se extendía el cementerio Union; la luz de la luna le daba un aura de dignidad y convertía sus límites en imprecisos.
Ante la visión de las tumbas, no pudo evitar que sus pensamientos le llevaran hasta el día de su propia muerte. Tenía un hijo en alguna parte del que quería despedirse antes de que le llegara la hora.
Fue entonces cuando vio el resplandor. Al principio no supo qué estaba viendo; parecía simplemente un resplandor alargado que revoloteaba por entre las tumbas. Fascinado, se puso de pie y descendió rápidamente la colina sobre la hierba recién cortada.
Y, tan súbitamente como había aparecido, la Dama Blanca desapareció
Entonces vio que el resplandor en realidad era una mujer vestida con un velo y un vestido nupcial, aunque el estilo parecía ser del siglo anterior. Alrededor de la mujer se movían unas figuras pequeñas y oscuras. El vagabundo oyó la voz de la mujer... Parecía estar discutiendo con las figuras.
Y, tan súbitamente como había aparecido, la Dama Blanca desapareció, llevándose con ella a las figuras oscuras.
El vagabundo jamás olvidó su encuentro con la dama blanca; como tampoco lo han olvidado las numerosas personas que han tenido experiencias similares con ella.
Dada la naturaleza de los fantasmas (personas que han sufrido una tragedia y que, por tanto, permanecen anclados al lugar donde esta se produjo), es razonable suponer que la Dama Blanca era una vecina de la zona que sufrió alguna terrible desgracia.
En las últimas décadas han sido muchas las personas, tanto en Monroe como en sus alrededores, que han visto a la Dama Blanca. De hecho, cuando Ed y Lorraine publicaron un anuncio en la prensa para entrevistar a aquellos que la hubieran visto, recibieron numerosas llamadas y cartas de personas deseosas de contar su historia.
Los hermanos Vosper, Tony y Ryan, fueron algunos de los que compartieron su historia con los Warren. En la actualidad, Tony es un bombero jubilado de Connecticut y Ryan vive en el sur.
Dejamos de jugar y nos quedamos mirando a la mujer mientras flotaba a través del cementerio
"Vivíamos en una casa que estaba encima del cementerio Unión –comenta Tony–. Una noche de primavera, cuando éramos niños, estábamos jugando en el cementerio cuando vimos una luz muy brillante. En el centro de la luz había una mujer muy atractiva. Estaba muy cerca..., a unos doscientos metros de distancia. Dejamos de jugar y nos quedamos mirando a la mujer mientras flotaba a través del cementerio".
"No estaba sola –añade Ryan–. Había unas figuras oscuras a su alrededor que parecían estar discutiendo con ella. Llevaba un vestido de boda y un velo pasado de moda".
Los chicos se asustaron y subieron la colina corriendo para decirles a sus padres que bajaran al cementerio para ver a la Dama.
Su padre se limitó a encogerse de hombros. Creyó que los chicos estaban demasiado exaltados y que se estaban imaginando cosas. La madre, que tenía un gran corazón, les acompañó al cementerio, pero cuando llegó allí, la Dama ya no estaba.
Cuando la madre vio los faros de un vehículo iluminar una parte del cementerio, les dijo a los chicos que probablemente era eso lo que habían visto. Los faros de un coche. Nada más.
NO FUE UN COCHE
Desde aquel día, los chicos se sentaban frente a la ventana de su cuarto todas las noches con la esperanza de volver a ver a la Dama Blanca. Aunque la experiencia había sido espeluznante, deseaban volver a experimentarla.
Años más tarde, cuando ya era un hombre adulto, Ryan volvió a ver a la Dama. De hecho, la vio dos veces.
"Una noche estaba sentado en un saliente elevado al otro lado del cementerio. Iba allí muchas veces para avistar ciervos y dispararles. Cuando miré hacia el cementerio, vi a la Dama Blanca. Esa vez no parecía haber nadie con ella, ninguna figura oscura ni nada, y tampoco parecía estar discutiendo con nadie. Se encaminó por el sendero hacia la entrada del cementerio, la vi con total claridad, y después desapareció... como si estuviera hecha de humo".
En otra ocasión, una noche que volvía tarde de trabajar, Ryan volvió a ver desde su coche a la Dama Blanca en el cementerio. Tampoco hubo voces aquella vez, sólo la resplandeciente luz blanca envolviéndola.
MUCHAS HISTORIAS
Hay muchas historias acerca de la Dama Blanca. Tal vez la más extraña sea la de un hombre que fue al cementerio en plena noche para hablar con su esposa, la cual había recibido sepultura hacía poco. En cuanto el hombre se arrodillaba junto a la tumba de su esposa, tenía la sensación de que volvía a estar con ella.
Sin embargo, una fría noche de otoño en que las hojas muertas arañaban las lápidas a su alrededor, en cuanto el hombre se agachó donde siempre lo hacía, lo embargó una gran tristeza. Al levantar la vista de la tumba de su esposa, vio a la Dama Blanca delante de él, observándolo.
"Ojalá mi marido me hubiera amado tanto como ama usted a su esposa", le dijo la dama.
Y se fue, dejándolo solo en el sombrío cementerio, abandonado a su tristeza y a su pérdida.
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