En el cálido y extenso desierto de Karakum en Turkmenistán, cerca de Darvazá, hay un agujero de 70 metros de ancho que ha estado en llamas durante más de 50 años. Aunque técnicamente se llama el cráter de gas Darvaza, los habitantes lo conocen como “Las puertas del infierno”.
El cráter fue supuestamente creado en 1971 cuando una plataforma de perforación soviética perforó accidentalmente una enorme caverna subterránea de gas natural, lo que provocó que el suelo se derrumbara y toda la plataforma de perforación se desplomó. Habiendo perforado una bolsa de gas, los vapores venenosos comenzaron a filtrarse a un ritmo alarmante.
Para evitar una posible catástrofe ambiental, los soviéticos prendieron fuego al agujero, pensando que dejaría de arder en unas pocas semanas. Décadas más tarde, y el foso continúa ardiendo. Pero también hay quien cree que “Las puertas del infierno” son realmente un portal al inframundo y que la plataforma de perforación soviética todavía está en algún lugar, al otro lado de las “Puertas del Infierno”. Pero ahora, Gurbanguly Berdimuhamedow, el dictador de Turkmenistán, ha anunciado que quiere cerrar definitivamente el cráter.
El fin de las “Puertas del Infierno”
El político y odontólogo ha ordenado a sus ministros que busquen expertos mundiales que puedan sellar el cráter gigante que lleva medio siglo ardiendo debido al daño ambiental causado por el constante incendio. Según Berdimuhamedow, la salud de los habitantes está siendo afectada por el incendio. Además, quiere obtener beneficios del suministro de gas para ayudar a sus seis millones de habitantes, en su mayoría pobres.
“Estamos creando, y seguiremos creando, todas las condiciones necesarias para el desarrollo de los colosales recursos de hidrocarburos de nuestra Patria independiente, en interés de nuestro pueblo”, dijo, explicando su decisión de detener el infierno.
Pero tal vez haya otras razones tras la sorprendente decisión del dictador de 64 años cerrar el cráter, ya que sus excentricidades incluyen su propia estatua gigante bañada en oro y otra para el perro más famoso de Turkmenistán. Escribe canciones de rap, es un DJ amateur y participa en carreras clásicas de coches, caballos y bicicletas, que invariablemente gana porque nadie se atreve a ganarle.
Berdimuhamedow lleva 16 años en el poder. Bajo su mandato, Turkmenistán ha sido conocido como uno de los países con mayor de corrupción y abusos contra los derechos humanos. Varios periodistas han denunciado que en Turkmenistán la corrupción es una forma de vida, y “cuanto más alto se asciende, mayor es el robo”. En 2016, Berdimuhamedow fue reelegido para su segundo mandato con el 97% de los votos.
Como hemos comentado anteriormente, el cráter de 5 metros de profundidad se encendió cuando unos científicos soviéticos pretendían extraer gas natural en el lugar. Las capas superiores de suelo colapsaron en una cueva subterránea, abriendo un gran agujero lleno de gas.
Para evitar la intoxicación por gas a la población local y al ganado, los geólogos lo encendieron. Creían que el fuego desaparecería en unas semanas, pero aún hoy sigue ardiendo. Aunque lo más sorprendente fue que en noviembre de 2013, el explorador canadiense George Kourounis descubrió que unas bacterias únicas sobreviven en el fondo del cráter a pesar de las temperaturas infernales.
El cráter se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Turkmenistán, la cual posee la cuarta mayor reserva mundial de gas natural y también por la adopción ilegal de bebés abandonados. Viendo el historial de Berdimuhamedow es muy poco probable que la decisión de cerrar las “Puertas del Infierno” sea por el bien de la población. Más bien los verdaderos motivos pueden ser oscuros y siniestros.
Otras “Puertas al infierno”
Resulta que hay una variedad de caminos que uno puede tomar para llegar al infierno. Los antiguos griegos creían que cinco ríos conducían al inframundo y que todos convergían en un gran pantano. Uno de esos ríos es Aqueronte o Aquerón en el noroeste de Grecia. Si quieres llegar al Hades, solo necesitas encontrar al barquero adecuado.
Otra puerta de entrada al infierno es el estratovolcán Hekla en el sur de Islandia. En el siglo XII, el monje Benedicto de Nursia lo describió como la “prisión eterna de Judas” en una de sus obras escritas. Luego, en el siglo XIV, observaron que las aves volaban a menudo hacia el cráter del volcán y muchos creían que los animales llevaban las almas de los muertos al infierno. La ciudad fantasma de Fengdu se encuentra en la cima de la montaña Ming de China, donde los fallecidos deben pasar tres pruebas y, si fallan una, serán enviados directamente al infierno para vagar por toda la eternidad.
Por lo que cabe la posibilidad de que Berdimuhamedow quiera cerrar las “Puertas del Infierno” y así evitar que su alama acabe en lo más profundo del inframundo.
Por MEP
09/01/2022
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