martes, 25 de enero de 2022

Lo que mandamos para defender la soberanía de España Vs lo que mandamos para defender la soberanía de Ucrania


AD.- Las Fuerzas Armadas es el instrumento con el que cuenta el Gobierno, como representación máxima del pueblo español, para garantizar la defensa de los intereses nacionales. 

Esta queda definida de una forma implícita al establecer la Constitución, en su artículo 2, la finalidad de la política de defensa: “La política de defensa tiene por finalidad la protección del conjunto de la sociedad española, de su Constitución, de los valores superiores, principios e instituciones que en ésta se consagran, del Estado social y democrático de derecho, del pleno ejercicio de los derechos y libertades, y de la garantía, independencia e integridad territorial de España”.

En 2017 se puso en jaque la integridad territorial de España como consecuencia de los acontecimientos que tuvieron lugar en Cataluña y que tenían como objetivo la independencia de la región. 

La respuesta del Gobierno de la nación fue el envío de 4.000 agentes movilizados dos buques, uno de ellos, llamado Moby, con un dibujo gigante de Piolín, Pato Lucas y el Coyote, personajes de los dibujos animados de Looney Tunes, de Warner Bros. De colores. Gigantes.

El decorado infantil no solo estaba en la cubierta exterior del buque, sino también dentro, donde los dibujos de los Looney Tunes se mezclan con los parques de bolas.

Cuatro años después, de nuevo un conflicto relacionado con la integridad territorial, aunque en esta ocasión no la nuestra, sino la de un país remoto, Ucrania, en conflicto con Rusia.

Para disuadir a los rusos de invadir Ucrania, el Gobierno español ha enviado a la zona la fragata Blas de Lezo. La fragata de la Armada española se integrará en la agrupación militar SNMG-2 de la OTAN, y permanecerá por lo menos dos meses en el Mar Negro. A bordo viajan 190 militares.

Por favor, expliquenlo que nos enteremos: el ejército español NO puede ser utilizado para defender las fronteras de una invasión continua de ilegales procedentes de África y va a ser enviado a Bulgaria y a Ucrania por si las invade Rusia. Y el rey, como jefe de las Fuerzas Armadas, ¿qué dice?

España, como Fumi de Morata

No iba desencaminado el cómico José Mota cuando creó en la ficción al Fumi de Morata: un gachó treintañero, sin oficio ni beneficio, que vive subido a la chepa de unos padres que le sirven con devoción y le aplauden todos sus excesos. Se arrima a las chicas, les explica su situación y se ofrece como maromo, si las féminas quieren igualarle las comodidades que le ofrecen sus progenitores: “No te pido que lo superes -dice el Fumi-, sólo ¡iguálamelo!”. Y las chicas sensatamente le responden: “¡Tú eres imbécil!”

Y, ciertamente, el raudo y veloz envío de una fragata quasi descatalogada y de un dragaminas al Mar Negro para tocar las narices a una Rusia que, ni en el pasado ni en el presente, nada nos ha hecho, a no ser quedarse el oro del Banco de España que regaló la sovietizada República española a Stalin en plena guerra civil a cambio de unas armas obsoletas, no deja de parecerse a la actitud del Fumi de Morata: Lo que el Estado español envió al puerto de Barcelona para defender la unidad de la patria fue un ridículo trasatlántico adornado con una descomunal efigie del canario Piolín. 

Ahora, un gobierno títere del globalismo más abyecto envía una fragata al mando de un capitán infatuado en uniforme de paseo, que irá a lucir palmito cual perrito faldero que se encara con un doberman cuatro veces más grande y más feroz.

Al menos en este caso, nos hemos igualado a nosotros mismos en un ridículo matonismo de zascandil al objeto de hacerle la ola a un Biden decadente y pitopáusico que, por no funcionar ya donde debería, nos embarca a todos contra Rusia mientras él se queda en tierra – como capitán Araña- y a miles de quilómetros del conflicto.

Parece que la crisis sanitaria provocada por los plutócratas que mueven el mundo ha comenzado a desprestigiar de tal manera a sus autores que éstos han optado por desviar la atención, por crear otra crisis que apacigüe los encendidos ánimos de una población europea que ya no está dispuesta a comulgar con ruedas de molino. 

Para Bill Gates y su patulea de millonetis sobramos tres cuartas partes del mundo y, por ello, están poniendo toda la carne en el asador para exterminarnos de una manera o de otra. Igualito que los ángeles del apocalipsis: Hambre, Guerra y Peste. No hay que comer carne, hay que provocar a Rusia y debemos infectarnos del Covid y de su vacuna para acabar palmándola.

Que los mismos sinvergüenzas que han destrozado el alma cristiana de Europa con sus divorcios, abortos e inmoralidades sexuales, con sus aberraciones morales y jurídicas; que la patulea de dictadores enviciados que dirigen la Unión Europea con el corrupto Josep Borrell a la cabeza y la loba esteparia Ursula von der Leyen, nos digan ahora que el malo de la película es Putin y la Madre Rusia, no deja de provocarnos una sonora carcajada.

El demenciado presidente de los Estados Unidos presenciará en la lejanía, limpio de polvo y paja, la enajenación de Europa en manos de sus enemigos, que no son los rusos, sino los libertinos jefazos de la misma Unión Europea.

Lo que verdaderamente nos fastidia en este descomunal fiasco bélico es acabar estando en el bando equivocado, que no es el de la Madre Rusia precisamente.

Y es que acabaremos siendo tan imbéciles como el Fumi de Morata.

https://www.alertadigital.com/2022/01/25/lo-que-mandamos-para-defender-la-soberania-de-espana-vs-lo-que-mandamos-para-defender-la-soberania-de-ucrania/

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