viernes, 18 de febrero de 2022

! Barones del PP piden a Aznar que retome las riendas del partido hasta la celebración de un congreso extraordinario para sustituir a Casado


Ayuso y Aznar.

AD.- “Hemos llegado a una situación límite, a un punto de no retorno. Ni a propósito se pueden pisar más charcos, comerse más marrones o pegarse más tiros en el pie”. Los teléfonos de los barones populares soltaban chispas durante la tarde y buena parte de la noche de ayer jueves. 

Uno de los más activos fue el presidente de la Xunta de Galicia y también del PP en la región, Alberto Núñez Feijóo. Conversó con casi todos sus homólogos del partido. Hubo amplia coincidencia: el daño que se ha hecho al PP es brutal y de imposible recomposición. 

Para muchos de ellos, la solución pasaría por el ex presidente José María Aznar, con el que ayer contactaron algunas prominentes figuras del partido para tantear su disposición a pilotar un proceso transitorio en el PP que desemboque en un congreso extraordinario que elija a un nuevo líder de la formación conservadora. 

La operación se asemejaría a la que siguió a la renuncia en 1989 de Antonio Hernández Mancha al frente del PP, en 1989, que llevó a Manuel Fraga a retomar provisionalmente las riendas del partido para pilotar la refundación hasta la llegada de José María Aznar a la presidencia, en el Congreso de Sevilla, entre los días 31 de marzo y 1 de abril de 1990.

De acuerdo a las mismas fuentes, se espera que en los próximos días se produzca una declaración pública de Aznar disuadiendo a Casado de continuar al frente del principal partido de la oposición.

Entre los barones hay unanimidad: la pulsión autodestructiva de Casado ha dilapidado los últimos restos de su capital político. “Quien no sabe llevar un partido, cómo podría llevar el gobierno de la nación”, señaló una persona muy próxima al presidente andaluz Juanma Moreno. Precisamente, la implosión del PP por la guerra total entre Casado y Ayuso reduce drásticamente las posibilidades electorales de Juanma Moreno para su reelección. 

Fuentes del PP andaluz no ocultan su enfado con la estrategia suicida de Casado y creen que la situación de crisis sólo puede ser reversible con un cambio de liderazgo. Por si fuera poco, los socialistas andaluces han olido la sangre y ven serias posibilidades de victoria donde hace solo un mes había pesimismo y desencanto.

Un ex consejero de Alberto Núñez Feijoo, con el que ayer se mantuvo en contacto, resumió así la situación: con Casado no solamente se corre el riesgo de perder las elecciones, sino de que desaparezca el partido.

Y en esa deriva autodestructiva, las palabras de Casado hoy en Cope dando lecciones de ejemplaridad moral (“No es ejemplar que un hermano cobre de un contrato adjudicado por mi gobierno”) ha llevado incluso a muchos a preguntarse si el todavía líder de los populares ha terminado enloqueciendo. 

Situar un supuesto caso de corrupción en el eje del enfrentamiento con Ayuso, suena a broma pesada si se tiene en cuenta que al insidioso le regalaron un título académico sin ir a clase, sin presentarse a los exámenes, sin que haya rastro de ningún trabajo. En 2018 se reveló que Casado obtuvo el título de posgrado sin pruebas de que hubiesen hecho nada por merecerlo.

Resulta no menos insólito que se parapete en la ejemplaridad ética para destruir la carrera política de Ayuso, el mismo personaje que ha ordenado al grupo popular en el Parlamento andaluz “no hacer sangre” con Carmen Ibanco, la esposa del secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas,

Ibanco fue una de las investigadas -lo que antes se conocía como imputados- en las diligencias abiertas por el Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla acerca de las irregularidades en la contratación de 84 trabajadores de la Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo, la Faffe.

La esposa de Espadas forma parte de los 84 empleados de la Faffe, absorbidos luego por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), cuya contratación ordenó investigar el juez José Ignacio Vilaplana.

Esas 84 personas fueron las señaladas por el Sindicato Andaluz de Funcionarios en la denuncia que formularon en 2018 como sospechosas de haber sido fichadas por la antigua fundación por sus vínculos personales y políticos con el PSOE, el partido que entonces gobernaba la comunidad.

El cambalache del profesor de ética Casado puede perfectamente haber sido del siguiente tenor: los míos se olvidan de Carmen Ibanco y tu partido se olvida de mi máster regalado. Por consiguiente, la corrupción no parece ser el fondo real de esta pugna, si no sólo la cuartada, porque lo sustancial es la erradicación del adversario y según vamos conociendo, impedir que Díaz Ayuso llegue a ser presidenta del PP madrileño.

Así las cosas y a medida que se vayan conociendo nuevos datos sobre la contratación por Génova de una agencia de detectives para investigar al hermano de Ayuso, las peticiones de dimisión de Casado irán en aumento. Los barones más críticos con el palentino no dudan que su estrategia será la de prolongar la agonía del partido parapetado en su grupo parlamentario.

Hasta ABC, muy próximo al todavía líder popular, cree que ya parece ser tarde para que Casado y Ayuso se encierren a solas a pactar unas mínimas normas de convivencia por un proyecto unitario antes de que la fuga en masa a Vox sea mayor. Es la hora de las responsabilidades, de las dimisiones. La responsabilidad alcanza directamente al gestor de toda esta crisis, que lleva meses preparando una operación que al final no ha sido capaz de controlar.

Asunto distinto es que la presidenta reconociera este jueves que su hermano se benefició de un contrato con la administración autonómica durante la pandemia. El contrato, asegura, es plenamente legal y a precios de mercado, y según la presidenta no hizo nada para favorecerlo ni supo que su familiar era interesado en la operación, puesto que lleva décadas intermediando en el sector sanitario. 

De momento, no existen evidencias para dudar de la palabra de la presidenta, y si en algún momento las hubiera será causa para investigarse en los ámbitos parlamentarios y judiciales. Bueno es, en todo caso, y por una mínima transparencia, que el asunto se haya conocido. Mejor habría sido hacerlo público en su momento, y de esta manera se habría evitado la coacción que según ella le ha practicado su partido.

Es la hora de poner fin a la desastrosa etapa de Casado al frente del PP si se quiere salvar los restos de un partido que zozobra irremediablemente. Es la hora de un pronunciamiento claro y alto de Aznar indicándole a Casado la puerta de salida. Es la hora de Isabel Díaz Ayuso.

https://www.alertadigital.com/2022/02/18/exclusiva-ad-barones-del-pp-piden-a-aznar-que-retome-las-riendas-del-partido-hasta-la-celebracion-de-un-congreso-extraordinario-para-sustituir-a-casado/

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