Antropólogo asegura que los ‘Hobbit’ todavía existen en una isla remota

Por MEP

02/05/2022

Los hobbits de la imaginación de J. R. R. Tolkien no tienen equivalente en nuestro mundo. Las criaturas de baja estatura representadas, por supuesto, en la trilogía El Hobbit y El Señor de los Anillos deben permanecer en la Tierra Media. 

Sin embargo, en los últimos años algunos antropólogos creen que nuestro mundo alguna vez tuvo su propia especie de hobbits, diferentes a los de Tolkien, pero a la vez también sorprendentemente similares. Los científicos especulan que los humanos antiguos fueron los responsables de matar a los llamados “hobbits” de Indonesia, pero un antropólogo cree que sobreviven hasta el día de hoy, en una isla remota con aguas termales al este del mar de Java.

Verdaderos Hobbits

Gregory Forth, profesor de antropología en la Universidad de Alberta, Canadá, durante más de 30 años pero ahora jubilado, pasó décadas investigando el Homo floresiensis, llamado así por la isla indonesia de Flores, y cree que los homínidos de un metro de altura todavía existen después de cientos de miles de años. Supuestamente ha habido avistamientos de un llamado “hombre-mono” en la isla.

El profesor Forth ha escrito el libro “Entre mono y humano” para encontrar la mejor explicación, es decir, la más racional y mejor respaldada empíricamente, de los relatos de Lio (población local) sobre las criaturas. En un artículo publicado en la revista científica The Scientist, Forth explica que habló con 30 habitantes que dijeron haber visto humanos parecidos a hobbits en los bosques de Flores.

“Lo que dicen sobre las criaturas, complementado con otros tipos de evidencia, es totalmente consistente con una especie de homínido sobreviviente, o una que solo se extinguió en los últimos 100 años”, escribe el profesor Forth.

En un extracto del libro, Forth describe haber hablado con un hombre que afirmó haber encontrado el cuerpo de una anciana hominoide con rostro humano y nariz bien formada y un cuerpo cubierto de pelo de color claro tan denso como el de un cachorro, con voluminosos senos y una cola muy corta. 

Describió que otro cuerpo tenía una cabeza casi igual a la de un humano y el cuerpo estaba cubierto de cabello escaso de color gris claro; la cara se parecía a la de un mono; y la nariz era como una calavera, lo que un habitante de la isla explicó que significaba cubierta de costras o sarna. La especie es similar a un hobbit debido a su corta altura y sus pies grandes.

En 2003, un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigación de Arqueología de Indonesia encontró rastros de la existencia de las personas bajas. Un esqueleto casi completo de una mujer adulta de aproximadamente un metro de altura y 30 kilogramos, como el de un niño de tres años fueron desenterrado en una gran cueva de piedra caliza en Flores. 

La mujer que murió hace 18.000 años se hizo conocida cariñosamente como Hobbit, y National Geographic la describió como “el ser humano más extremo jamás descubierto”. Junto con el esqueleto se encontraron huesos de elefantes pigmeos, dragones de Komodo y roedores gigantes, algunos con evidencia de haber sido quemados, lo que sugiere el uso de fuego.

Homo floresiensis pudo haber vivido allí hasta hace unos 13.000 años, mucho después de la aparición de los humanos modernos, en el mismo grupo que los neandertales, los denisovanos y el homo sapiens, pero es posible que no haya interactuado. El esqueleto de la mujer se diferenciaba del homo sapiens en que tenía la pelvis ancha y los hombros encorvados. No se sabe cuándo se extinguió la especie Homo floresiensis, con cráneos del tamaño de pomelo, si es que se extinguió.

Si el Homo floresiensis sobrevivió más allá de hace 50.000 años es una cuestión ampliamente debatida, según una investigación actualizada publicada en la revista Nature. La evidencia hidrogeológica en la cueva no fue reconocida durante las excavaciones de 2001 a 2004, lo que plantea serias dudas sobre la precisión de las estimaciones de edad anteriores. 

Analizaron muestras de hueso de tres especímenes del Homo floresiensis, un homo sapiens y ocho elefantes enanos, que datan los restos de floresiensis hace aproximadamente 100.000 a 60.000 años, mientras que los artefactos de piedra razonablemente atribuibles a esta especie tenían entre 190.000 y 50.000 años de antigüedad.

La estatura de un metro es el promedio de los restos de cinco individuos es menor que el promedio de poblaciones bajas de humanos como los pigmeos (que tienen un promedio de 1,4 a 1,5 metros de altura). Y aún no se sabe en qué parte del árbol genealógico humano pertenecen las criaturas.

“La mejor manera de explicar lo que (Lio) me dijo es que un homínido no sapiens ha sobrevivido en Flores hasta el presente o tiempos muy recientes”, enfatiza Forth.

El Museo Australiano reconoce que existen leyendas locales en Flores de los Ebu Gogo, pequeños habitantes de cuevas peludos de tamaño similar al Homo floresiensis. Se cree que tal vez sobrevivieron más tiempo en otras partes de Flores para convertirse en la fuente de estos relatos, pero que cualquiera que sea el origen de la población ancestral, se acepta que pasó por un largo período de aislamiento en la isla.

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