Los multimillonarios tecnológicos están comprando lujosos búnkeres y contratando seguridad militar para sobrevivir al colapso social que ayudaron a crear, pero como todo lo que hacen, tiene consecuencias no deseadas.
Crédito: Terravivos/Observer Design.
Suena como algo sacado de una película de ciencia ficción, pero es cien por ciento verídico. Al menos así lo asegura el teórico de los medios y humanista Douglas Rushkoff, quien en una nota en The Guardian ha denunciado que cinco de los hombres más ricos del mundo lo llevaron a una reunión secreta para obtener sus consejos sobre cómo sobrevivir a una posible agitación política o un desastre climático.
Sin embargo, en lugar de preguntas sobre energía renovable o reconstrucción, querían saber cómo evitarían que los guardias los atacaran y cómo podrían mantener las tiendas de alimentos a salvo de las manos de la gente común y corriente.
Por ejemplo, consideraron usar cerraduras de combinación especiales en el suministro de alimentos que solo ellos conocían. O hacer que los guardias usen collares disciplinarios de algún tipo a cambio de su supervivencia.
O tal vez construir robots con IA —si esa tecnología pudiera desarrollarse a tiempo— para que sirvan como guardias y trabajadores.
Un refugio en construcción de la Rising S Company en Murchison, Texas.
Crédito: Bloomberg.
«Traté de razonar con ellos», escribe Rushkoff. «Presenté argumentos prosociales para la cooperación y la solidaridad como los mejores enfoques para nuestros desafíos colectivos a largo plazo.
Se les pusieron los ojos en blanco ante lo que les debe haber parecido una filosofía hippie». Tecnología subterránea «Su extrema riqueza y privilegio solo sirvieron para obsesionarlos con aislarse del peligro muy real y presente del cambio climático, el aumento del nivel del mar, las migraciones masivas, las pandemias globales, el pánico nativista y el agotamiento de los recursos.
Para ellos, el futuro de la tecnología se trata de una sola cosa: escapar del resto de nosotros», explica el autor.
El preparacionismo o survivalismo es un movimiento social de individuos que se preparan activamente para las emergencias, incluidas las posibles perturbaciones del orden social o político, en escalas que van desde la local hasta la internacional.
Los súper ricos lo llevarían al extremo. «Estas personas alguna vez bañaron al mundo con planes de negocios locamente optimistas sobre cómo la tecnología podría beneficiar a la sociedad humana. Ahora han reducido el progreso tecnológico a un videojuego en el que uno de ellos gana al encontrar la escotilla de escape.
¿Será Jeff Bezos migrando al espacio, Peter Thiel a su complejo de Nueva Zelanda o Mark Zuckerberg a su metaverso virtual? Y estos multimillonarios catastróficos son los presuntos ganadores de la economía digital, los supuestos campeones del panorama empresarial de supervivencia del más apto que, para empezar, está alimentando la mayor parte de esta especulación».
Como parte de esta operación de escape del resto de la humanidad, Rushkoff señala que los ricos están luchando para obtener búnkeres ostentosos, y que varias compañías con productos post-apocalípticos para vender se han puesto en contacto con él para ayudarlos a vender sus productos.
Los dos hombres más ricos del mundo, Elon Musk y Jeff Bezos, tienen planes para usar sus compañías aeroespaciales para viajar al espacio y establecer colonias en planetas como Marte. Una startup, llamada Vivos, vende apartamentos subterráneos de lujo que se pueden instalar en silos de misiles y otros lugares militares fuera de servicio.
Los búnkeres incluyen piscinas, juegos, cine y comedor. «No obstante, un gran problema es que estos búnkeres solo posponen lo inevitable», concluye Rushkoff.
Fuente: The Guardian. Edición: MP.
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