Cuando las tropas de Napoleón llegaron a Dendera en 1798 el templo luchaba por emerger sobre el mar de arena que se empeñaba en hundirlo. Su entrada tan solo se adivinaba.
Y mientras que los científicos se armaban de paciencia y de trabajo para despejar el conjunto, los militares se armaron en el techo del templo para defender la posición desde tan estratégica atalaya.
Cuentan que una caja de municiones colocada sobre la arena que también cubría la terraza se deslizó por un tragaluz hacia el interior. Cuando bajaron a buscarla vieron que había abierto un camino hacia las salas superiores del templo.
Y en una de ellas realizaron un descubrimiento espectacular cuando las teas encendidas iluminaron un monolito que medía 3,60 metros de largo por 2,40 de ancho, y un grosor de casi un metro. Ocho metros cúbicos de roca que llegaba a pesar 16.000 kg. y que se encontraba colgado del techo. Para la Historia el descubrimiento fue realizado en 1799 por el general Louis Desaix y por sus representaciones astronómicas se le conoció a partir de entonces como el Zodiaco de Dendera.
Estudios posteriores comprobaron que no sólo esa sala, sino todo el templo estaba dedicado al firmamento. Albert Slosman, doctor en matemáticas y en informática y colaborador de la NASA en los proyectos Pioneer sobre Júpiter y Saturno, indicó que todos los fundamentos de astronomía y de astrología del antiguo Egipto partían de Dendera. Según Slosman existe un papiro del escriba del faraón Keops que se conserva en el Museo de El Cairo y en el que se precisa que,
"...por orden de Khufu, el templo de la Dama del Cielo de Dendera será reconstruído por tercera vez, sobre el mismo emplazamiento y según los planos establecidos por los "sucesores de Horus" sobre pieles de gacela y salvaguardados en los archivos del Rey...".
Algunos estudiosos como E.C. Krupp indican que el zodiaco se realizó en el año 30 a.C. y que fue importado de Mesopotamia. Por su parte Sir Norman Lockyer, el famoso astrónomo estudioso deStonehenge, mantenía que Dendera era mucho más antiguo y que se había construido en alineación con Sirio.
Para el filósofo alsaciano R.A. Schwaller, el zodiaco de Dendera encierra indicios internos de una vetustez remota. Giorgio de Santillana y Herta von Dechendseñalan que el movimiento de precesión se conocía desde la más remota antigüedad y que controlaba la actividad celestre y la terrestre.
Efectivamente, una marca en el zodiaco de Dendera indica el polo eclíptico norte que, junto a otros jeroglíficos del borde del disco, indica las posiciones de los equinoccios en una época muy anterior a la que es fechado.
El gran problema que se planteaba era el mencionado por Otto Neugebauer y R.A. Parker, quienes afirmaban que "un amplio conocimiento de la precesión no es compatible con una descripción no matemática de la astronomía". Para ellos los egipcios expresaron en términos alegóricos los conceptos astronómicos. La paradoja es que acertaron de pleno. Y si no poseían instrumentos apropiados, ¿de dónde les vino tal conocimiento?.
Un conocimiento que no fue adquirido por evolución sino que aparecía ya desde el principio de su civilización aunque aludiendo, eso sí, a la presencia de unos dioses que mediaban en la hazaña y eran los destinatarios de tal ofrenda.
La ceremonia del "estiramiento de la cuerda" se asociaba con la fundación del templo, ya que consistía en colocar su eje paralelo a una cuerda que unía dos estacas. En las inscripciones de Dendera se indica que el rey tenía su ojo puesto en una estrella de la constelación de la Pata delantera del Toro (Osa Mayor).I.E.S. Edwards indica que ese rito del estiramiento de la cuerda es antiquísimo y menciona el relieve encontrado en el templo solar del faraón Niuserre (V dinastía).
Si las alineaciones astronómicas y el estudio de los ciclos precesionales eran anacrónicos para griegos y romanos, ¿cómo es posible que los egipcios del Imperio Antiguo ya lo conocieran?
Los dioses atlantes
Albert Slosman publicó en París en 1976 su libro titulado "El Gran Cataclismo", donde documenta con todas las pruebas que ha podido obtener el hundimiento de la Atlántida hace 12.500 años y el éxodo de los atlantes hasta su llegada a Egipto.
Esta fecha aparece en el zodiaco de Dendera al ser la constelación de Leo la que sobre una barca parece guiar a todo el conjunto. Fecha tan arcana fue también mencionada por el grupo de astrónomos de Charles Dupuis que estudiaron el zodiaco a su llegada al Museo Imperial de París (futuro Museo del Louvre) en 1822.
Aparte de la interpretación del zodiaco, apunta la posibilidad de que la conexión de Egipto con la Atlántida se corresponda con el carácter fonético del país del Nilo. SegúnSlosman la antigua Atlántida se llamaba AHA-MEN-PTAH (Amenta para los griegos y Amenti en español) cuya traducción sería el "primer corazón de Ptah o corazón primogénito de Ptah", siendo Ptah el dios principal atlante.
Los supervivientes fundaron tras el cataclismo otro país llamado ATH-KA-PTAH, que significa el "segundo corazón de Ptah", que los griegos fonetizaron en la palabra Aegyptos. Por ello la palabra EGIPTO sería el nuevo nombre del país atlante.
Los sacerdotes atlantes, sabedores del peligro que se avecinaba, hicieron construir unas barcas para salvar a su pueblo. Serían las "barcas sagradas" que aparecen en todos los grandes templos.
Un dato curioso es que nosotros llamamos ahora al norte de África Magreb, siendo los países de Marruecos, Túnez y Argelia llamados magrebíes. Esta palabra proviene de la antigua "Moghreb" que significa "Tierra de Poniente o del oeste". No existe tierra ni civilización que desde el este pudieran llamar así a África, a no ser aquellos que alguna vez habitaron la Atlántida, porque sólo desde allí podría verse Africa al oeste. Dicha palabra, por tanto sería otra aportación atlante.
El techo de la sala hipóstila de Dendera sería una escenificación del cataclismo atlante. En la interpretación ideográfica de los jeroglíficos una línea quebrada significa "agua"; dos líneas señalarían en plural "aguas"; tres líneas apuntarían "la crecida del Nilo"; y el "diluvio" estaría representado por cinco líneas.
Pues bien, tanto en el techo del templo como en el zodiaco aparecen ocho líneas quebradas, el superdiluvio o gran cataclismo que produjo el hundimiento de la Atlántida y que fue descrito por Platón en Timeo y Critias.
Para un gran número de estudiosos la civilización antigua egipcia debe sus extraordinarios conocimientos a los atlantes. Para Slosman, además, le deben también sus dioses. Sostiene que el capítulo XVII del Libro de los Muertos "recoge la teología original del mundo de la cual todas han derivado... El Antiguo Testamento no es sino una copia de esta Teología original, en la que Moisés era Príncipe de Egipto y, por tanto, había sido elevado a Gran Sacerdote". El nombre de Moshe, Moisés, no significaría "salvado de las aguas" sino "nacido de las aguas" por lo que tiene una connotación con los "nacidos de las aguas del cataclismo", los "primogénitos" descendientes de Osiris y sucesores de Horus en Egipto. Moisés, por tanto, no sería un príncipe cualquiera sino que aprendió la cosmogonía egipcia y también la tecnología de los dioses.
Dioses extraterrestres
Los dioses atlantes aparecen en procesión subiendo la escalera principal que conduce a la terraza del templo de Dendera. La comitiva está compuesta por todos aquellos dioses primigenios, sucesores de Horus, cuya representación pictórica en el Antiguo Egipto muestra una clara diferenciación con el resto de los mortales... son verdes. El caso es que si la teología atlante es idéntica a la de Abraham y a la de Moisés, y por ende el Antiguo Testamento proviene de ella, ¿dónde estarían esos hijos de dios que se unían a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos que fueron los héroes de la antigüedad? (Génesis, 6-1)
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