Sobre las Causas del Conflicto en Siria
Ponemos en castellano ahora este breve pero informativo en torno a las probables causas que estarían detrás del escenario de guerra que forzadamente están orquestando, mediante jugadas completamente inverosímiles y despreciables, la entidad sionista y EE.UU. en Siria.
Este articulo fue publicado en el sitio theeconomiccollapseblog.com por Michael Snyder hace dos días.
Esta información permite comprender que, como ha estado sucediendo permanentemente con los gobiernos norteamericanos, las motivaciones verdaderas detrás de sus movimientos belicistas son de índole económica.
Tema aparte es la exhibición de mentiras, dobleces e hipocresía del Premio Nóbel de "la Paz", y la imbecilidad del francés apellidado Hollande.
¿Por qué la pequeña nación de Qatar ha gastado 3 mil millones de dólares [1] para apoyar a los rebeldes en Siria? ¿Podría ser porque Qatar es el exportador más grande de gas natural líquido en el mundo y Assad no lo dejará construír un gasoducto a través de Siria? Por supuesto.
Qatar quiere instalar un régimen marioneta en Siria que permita que ellos construyan una tubería que les permitirá vender cantidades inmensas de gas natural a Europa.
¿Por qué Arabia Saudí está gastando enormes sumas de dinero para ayudar a los "rebeldes" y por qué ha estado el príncipe saudita Bandar ben Sultán, [2]
"volando desde centros de comando encubiertos cerca de las líneas del frente sirio al Élysée Palace en París y al Kremlin en Moscú, procurando debilitar el régimen de Assad"?
Bien; resulta que Arabia Saudí tiene la intención de instalar su propio gobierno títere en Siria que permitirá que los sauditas controlen el flujo de energía a través de la región.
Por otro lado, Rusia prefiere muchísimo el régimen de Assad por un montón de razones. Uno de aquellos motivos es que Assad está ayudando a bloquear el flujo de gas natural del Golfo Pérsico hacia Europa, asegurando con ello ganancias más altas para (la compañía rusa) Gazprom.
Ahora Estados Unidos se está involucrando directamente en el conflicto. Si Estados Unidos tiene éxito en deshacerse del régimen de Assad, aquello será bueno para los sauditas o para Qatar (y posiblemente para ambos), y será realmente malo para Rusia.
Éste es un conflicto geopolítico estratégico sobre recursos naturales, religión y dinero, y realmente no tiene nada que ver con 'armas químicas' en absoluto.
Ha sido de conocimiento común que Qatar ha querido desesperadamente construir un gasoducto que le permita entregar gas natural a Europa durante un muy largo tiempo.
Lo siguiente es un extracto de un artículo de 2009:
Qatar ha propuesto un gasoducto que vaya desde el Golfo Pérsico a Turquía en un signo de que el emirato está considerando una extensión adicional de sus exportaciones desde el yacimiento gasífero más grande del mundo después de que termine un ambicioso programa para más que duplicar su capacidad para producir gas natural licuado.
"Estamos impacientes por tener un gasoducto desde Qatar a Turquía", dijo la semana pasada el jeque Hamad bin Jalifa al-Thani, gobernante de Qatar, después de conversaciones con el presidente turco Abdulá Gul y el Primer Ministro Recep Tayip Erdogan en la ciudad balneario turca occidental de Bodrum.
"Hablamos de esta materia en el marco de cooperación en el campo de la energía. En este aspecto, será establecido un grupo de trabajo que entregará resultados concretos en el más corto tiempo posible", dijo, según la agencia de noticias Anatolia de Turquía.
Otros informes en la prensa turca dijeron que los dos Estados estaban explorando la posibilidad de que Qatar suministre gas al estratégico proyecto del gasoducto Nabucco, que transportaría gas desde Asia Central y Oriente Medio a Europa, evitando pasar por Rusia.
Una tubería desde Qatar a Turquía podría conectar con Nabucco en su propuesto punto de partida en Turquía oriental.
El mes pasado, Erdogan y los Primeros Ministros de cuatro países europeos firmaron un acuerdo de tránsito para Nabucco, despejando el camino para una decisión de inversión final el próximo año [2010] en el proyecto apoyado por la Unión Europea para reducir la dependencia europea hacia el gas ruso.
"Para este objetivo, pienso que un gasoducto entre Turquía y Qatar solucionaría el problema de una vez para siempre", añadió Erdogan, según informes de varios periódicos.
Los reportes dijeron que dos rutas diferentes para dicha tubería eran posibles.
Una conduciría desde Qatar por Arabia Saudí, Kuwait e Irak hasta Turquía. La otra pasaría por Arabia Saudí, Jordania y Siria hasta Turquía. No estaba claro si la segunda opción estaría relacionada con la tubería Pan-Árabe, que lleva el gas egipcio a través de Jordania hasta Siria. Aquella tubería, que debería ser ampliada hasta Turquía, también ha sido propuesta como una fuente de gas para Nabucco.
Basado en la producción del enorme Campo del Norte en el Golfo, Qatar ha establecido una posición dominante como el principal exportador de gas natural licuado del mundo.
Está consolidando aquello mediante un programa de construcción orientado a incrementar su capacidad de producción de gas natural licuado anual a 77 millones de toneladas hacia finales del próximo año [2010], desde 31 millones de toneladas el año pasado [2008].
Sin embargo, en 2005 el emirato estableció una moratoria en los proyectos para el desarrollo futuro del Campo del Norte a fin de llevar a cabo un estudio de yacimientos.
Como usted acaba de leer, había dos rutas propuestas para la tubería. Lamentablemente para Qatar, Arabia Saudí dijo No a la primera ruta y Siria dijo No a la segunda.
Lo siguiente es de un artículo absolutamente notable publicado en The Guardian:
En 2009 - el mismo año que, según el antiguo ministro de Asuntos Exteriores francés Dumas, los británicos comenzaron a planear operaciones en Siria - Assad rechazó firmar con Qatar un acuerdo propuesto que pondría a funcionar una tubería desde el campo del Norte de Qatar, contiguo con el campo de South Pars de Irán, a través de Arabia Saudí, Jordania, Siria y hasta Turquía, con miras al abastecimiento de los mercados europeos, aunque fundamentalmente evitando a Rusia.
La razón fundamental de Assad era,
"proteger los intereses de su aliado ruso, que es el principal proveedor de gas natural para Europa".
En vez de aquello, el año siguiente Assad llevó a cabo negociaciones para un plan alternativo de tubería de 10.000 millones de dólares con Irán, a través de Iraq hasta Siria, que también potencialmente permitiría que Irán suministrara gas a Europa desde su campo de South Pars compartido con Qatar.
El Memorándum de Entendimiento para este proyecto fue firmado en Julio de 2012 - mientras la guerra civil de Siria se extendía a Damasco y Aleppo - y a comienzos de este año Irak firmó un acuerdo marco para la construcción de los gasoductos.
El plan del gasoducto Irán-Iraq-Siria era "una directa bofetada" a los proyectos de Qatar. No es de extrañar que el príncipe saudita Bandar bin Sultán, en un fallido intento de sobornar a Rusia para que ésta cambiara de lado, dijera al presidente Vladimir Putin que,
"cualquiera sea el régimen que venga después" de Assad, estará "completamente" en las manos de Arabia Saudí y "no firmará ningún acuerdo que permita a ningún país del Golfo transportar su gas a través de Siria hasta Europa y competir con las exportaciones rusas de gas", según fuentes diplomáticas.
Cuando Putin se negó, el príncipe juró la acción militar.
Si Qatar es capaz de tener gas natural fluyendo hacia Europa, aquello sería un golpe significativo para Rusia. Entonces el conflicto en Siria es realmente mucho más acerca de una tubería que sobre el futuro del pueblo sirio.
En un artículo reciente, Paul McGuire resumió las cosas bastante bien:
El Acuerdo Nabucco fue firmado por un puñado de naciones europeas y Turquía en 2009.
Fue un acuerdo para echar a andar un gasoducto a través de Turquía hasta Austria, evitando a Rusia nuevamente, con Qatar en el negocio como proveedor para una tubería alimentadora a través de la propuesta tubería árabe desde Libia pasando por Egipto hasta Nabucco (¿se hace el cuadro más claro?).
El problema con todo esto es que una Siria respaldada por los rusos se interpone en el camino.
Qatar amaría vender su gas natural licuado a la Unión Europea y a los activos mercados del Mediterráneo. El problema de Qatar para alcanzar esto es Arabia Saudí. Los sauditas ya han dicho "NO" a una tubería por tierra que cruce a través de la Tierra de Saud. La única solución para Qatar si quiere vender su petróleo es hacer un trato con Estados Unidos.
Recientemente Exxon Mobile y Qatar Petroleum International han hecho un trato de 10.000 millones de dólares que permite a Exxon Mobile vender gas natural a través de un puerto en Texas a los mercados del Reino Unido y del Mediterráneo.
Qatar tiene la posibilidad de hacer mucho dinero y la única cosa que se interpone en el camino de sus aspiraciones es Siria.
El papel que EE.UU. juega en esto es que tiene enormes pozos de gas natural, de hecho el suministro conocido más grande en el mundo. Hay una razón de por qué los precios del gas natural han sido rebajados durante tanto tiempo en Estados Unidos: ésta es poner el escenario para la participación estadounidense en el mercado del Gas Natural en Europa rompiendo el monopolio del que los rusos han disfrutado por tanto tiempo.
Lo que parece ser un conflicto con Siria es realmente ¡un conflicto entre Estados Unidos y Rusia!.
Las principales ciudades donde se producen disturbios y conflictos en Siria ahora mismo son Damasco, Homs y Aleppo. Éstas son las mismas ciudades por las que los gasoductos propuestos pretenden pasar.
Qatar es el más grande financista del levantamiento sirio, habiendo gastado más de 3.000 millones de dólares hasta ahora en el conflicto. El otro lado de la historia es Arabia Saudí, que financia grupos anti-Assad en Siria.
Los sauditas no quieren ser marginados por Qatar; de esa manera, ellos también quieren derrocar a Assad e implantar su propio gobierno títere, uno que firmaría un acuerdo para un gasoducto y cobraría aranceles a Qatar por operar sus tuberías allí hasta Nabucco.
Sí, sé que esto es todo muy complicado. Pero no importa cómo usted lo vea, no hay absolutamente ninguna razón para que Estados Unidos se vea involucrado en este conflicto.
Si Estados Unidos se involucra, realmente estaremos ayudando a terroristas de al-Qaeda que degüellan a madres y a sus niños:
Los terroristas vinculados a al-Qaeda en Siria han degollado a 24 pasajeros sirios que viajaban desde Tartus a Ras al-Ain en el nordeste de Siria, entre ellos una madre y un pequeño de 40 días.
Pistoleros del terrorista Estado Islámico de Iraq y Levante detuvieron el autobús en el camino en Talkalaj y los asesinaron a todos antes de prender fuego al autobús.
¿Son éstos realmente con quienes queremos ser "aliados"? Y, por supuesto, una vez que golpeemos a Siria, la guerra podría intensificarse muy fácilmente hasta un conflicto en toda la extensión de la palabra.
Si usted cree que la administración de Obama nunca enviaría tropas estadounidenses a Siria, usted está siendo ingenuo.
De hecho, según Jack Goldsmith, un profesor de la Escuela de Leyes de Harvard, la autorización propuesta para usar la fuerza militar que ha sido enviada al Congreso dejaría la puerta abierta de par en par para las "botas estadounidenses en el terreno":
La propuesta de AUMF (Authorization for Use of Military Force) se concentra en las armas sirias de destrucción masiva, pero es por otra parte muy amplia.
Autoriza al Presidente para usar cualquier elemento de las Fuerzas Armadas estadounidenses y cualquier método de fuerza.
No contiene límites específicos sobre los objetivos, ya sea en términos de identidad de los objetivos (p.ej. el gobierno sirio, rebeldes sirios, Hezbolá, Irán) o de la geografía de los objetivos. Su límite principal se deriva de los propósitos para los cuales la fuerza puede ser usada.
Cuatro puntos vale la pena hacer notar sobre estos objetivos:
Primero, la AUMF propuesta autoriza al Presidente para usar la fuerza "en relación con" el uso de Armas de Destrucción Masiva (ADM) en la guerra civil siria. (Esto no limita el uso de la fuerza al territorio de Siria sino que más bien dice que el uso de la fuerza debe tener una conexión con el uso de ADM en el conflicto sirio. Las actividades fuera de Siria pueden y ciertamente tienen una conexión con el uso de ADM en la guerra civil siria).
Segundo, el uso de la fuerza debe ser diseñado para "impedir o disuadir el uso o proliferación" de ADM "dentro de, hacia o desde Siria" o (más amplio aún) para "proteger a Estados Unidos y sus aliados y asociados contra la amenaza planteada por tales armas".
Tercero, la AUMF propuesta da al Presidente la autoridad interpretativa final para determinar cuándo estos criterios están satisfechos ("cuando él determine que es necesario y apropiado").
Cuarto, la AUMF propuesta no contempla ninguna restricción de procedimientos de los poderes presidenciales (como un límite de tiempo, p. ej.).
Pienso que esta AUMF tiene implicaciones mucho más amplias que Ilya Somin ha descrito.
Algunas preguntas sobre las que el Congreso debiera reflexionar:
¿La propuesta AUMF autoriza al Presidente para tomar partido en la guerra civil siria, o para atacar a los rebeldes sirios asociados con al-Qaeda, o para remover a Assad del poder? Sí, mientras el Presidente determine que cualquiera de estas entidades tiene una (mínima) conexión con el uso de ADM en la guerra civil siria, y que el uso de la fuerza contra una de ellas impediría o desalentaría el uso o la proliferación de ADM dentro de, o hacia y desde Siria, o protegería a Estados Unidos o sus aliados (p.ej., Israel) contra la (simple) amenaza planteada por aquellas armas. Es muy fácil imaginar al Presidente tomando tales determinaciones en cuanto a Assad o uno o varios de los grupos rebeldes.
¿La propuesta AUMF autoriza al Presidente para aplicar la fuerza contra Irán o Hezbolá, en Irán o en el Líbano? Nuevamente, sí, mientras el Presidente determine que Irán o Hezbolá tienen una (simple) vinculación con uso de ADM en la guerra civil siria, y que el uso de la fuerza contra Irán o Hezbolá impediría o disuadiría el uso o la proliferación de ADM dentro de, o hacia y desde Siria, o protegería a Estados Unidos o sus aliados (p.ej., Israel) contra la (simple) amenaza planteada por aquellas armas.
¿Quisiera usted enviar a su propio hijo o hija a luchar en Siria sólo para que una tubería para gas natural pueda ser construida?.
Lo que Estados Unidos debería hacer en esta situación es tan obvio que incluso un niño de cinco años puede entenderlo. Desafortunadamente, la mayor parte de nuestros dementes "líderes"
en Washington D.C. parecen absolutamente determinados a llevarnos a la guerra.
Al final, ¿cuánta sangre estadounidense será derramada por causa de un estúpido gasoducto?
por Michael Snyder
3 Septiembre 2013
traducción de Editorial-Streicher
5 Septiembre 2013
Biblioteca Pleyades
BORJA BERGARECHE / CORRESPONSAL EN LONDRES
Día 15/09/2013 - 03.08h
Damasco bloquea un proyecto de gasoducto que conectaría Qatar, patrocinador de los rebeldes, con los mercados europeos vía Turquía
REUTERS
Se equivocan quienes creen que, en el fondo, Occidente ha estado a punto de ir a la guerra contra Siria por el oro negro. Como siempre, como en Irak, dicen algunos. Bajo el suelo sirio hay petróleo, desde luego. Se le estiman unas reservas probadas de unos 2.500 millones de barriles, el 0,1% del total global. Nada de lo que no podamos prescindir. En los cálculos de quienes defienden la necesidad de castigar militarme al régimen de Bashar al Assad figuran otras consideraciones. La voluntad de responder al uso de armas químicas, por ejemplo, es genuina, y responde a motivaciones tanto éticas como de «real politik». La inestabilidad que pueden generar en la región
dos millones de refugiados es otro factor en su análisis.
Los estrategas políticos y militares ven la geografía mundial en un mapa muy particular. Les gusta barajar hipótesis como el riesgo -real- de contagio de la guerra siria a un país como Irak, donde los chiíes tienen el poder, los kurdos el petróleo y los suníes a Al Qaida. Esa fue la lógica de la «teoría del dominó» comunista que llevó a EE.UU. a morir en Vietnam. En Siria, la intervención occidental comenzó en realidad hace años, y tiene que ver con Irán.
Ya en 2007, el legendario reportero de «The New Yorker» Seymour Hersh destapó que Estados Unidos estaba realizando operaciones especiales en Irán y, de rebote, en Siria. Teherán y Damasco conforman con Hizbolá, el grupo chií libanés, un «arco chií» que rivaliza estratégicamente con Washington y sus aliados en la zona, Arabia Saudí, Turquía, las monarquías del Golfo y, cada vez más, los kurdos de Irak. En 2009, el exministro de Exteriores francés Roland Dumas reveló que Gran Bretaña también realizaba operaciones encubiertas en territorio sirio. Desde el estallido de la guerra civil, ambos países entrenan a grupos rebeldes a Al Assad, que gobierna el país con el apoyo de la minoría alauí, una escisión del chiísmo.
Irán en el centro
En sus dubitativas deliberaciones sobre
lanzar o no lanzar los Tomahawk sobre Siria, Obama y sus asesores tienen en mente un mapa que, en realidad, gira en torno a Irán, la gran amenaza nuclear de la zona. «Un fracaso en oponernos al uso de armas químicas debilitaría la prohibición de usar otras armas de destrucción masiva y fortalecería a Irán, aliado de Assad», dijo Obama en su mensaje a la nación esta semana.
¿Y, entonces, el petróleo? La energía forma parte del contexto geoestratégico en el que se desarrolla el drama sirio. Siria llegó a producir 600.000 barriles diarios en 1996. Pero, en 2011, produjo solo 334.000 barriles (según BP), la mayoría para consumo doméstico, y ahora la guerra civil ha reducido a la mitad su producción. La verdadera implicación energética del conflicto no está en el lado de la oferta. Siria, un productor menor, ocupa un lugar estratégico como país de tránsito. Y Al Assad lo sabe.
Justo antes del estallido de la guerra civil, se refirió a su estrategia energética como la de «los cuatro mares», al erigirse en lugar de paso que conecta el Mediterráneo, el Caspio, el Mar Negro y el Golfo Pérsico. Así, en mayo de 2009, el emir de Qatar y el presidente turco Erdogán anunciaron un proyecto para construir un gasoducto que lleve el gas catarí a Turquía pasando por Siria. El pequeño emirato del Golfo tiene las terceras mayores reservas de gas natural del mundo, y es el primer productor mundial de gas licuefactado (LNG).
En suelo turco, el gas del pozo catarí de North Pars conectaría con el gasoducto Nabucco, el malogrado proyecto estratégico europeo con el que la UE quiere sortear su dependencia energética de Rusia. Según Bruselas, debería estar operativo en 2018. Pero, para muchos, es una quimera irrealizable. Estaba diseñado para transportar el gas iraquí y del Caspio hasta Austria pasando por Turquía y Bulgaria. Sin embargo, en julio sufrió un serio revés comercial cuando Azerbaiyán eligió otro gasoducto, el llamado Trans-Adriatic-Pipeline, para llevar su gas a partir de 2017-2018 hasta Italia vía Turquía, Albania y Grecia. Rusia produce el 32% del gas natural que consumen los hogares europeos. Qatar el 9%. Europa necesita proyectos como el turco-catarí para reducir su dependencia de Rusia. Pero el régimen sirio se opone.
Proyecto Irak-Irán
No sorprende, por tanto, que Qatar y Turquía sean -junto a Arabia Saudí- los grandes patrocinadores de los grupos rebeldes que combaten contra Assad. Ni que Rusia, gran beneficiario del status quo, sea el gran padrino político y militar de Damasco. Las rutas que llevan el gas de losgrandes centros productores en Rusia, el Caspio y el Golfo Pérsico hacia Europa constituyen un endiablado tablero estratégico en el que, por ahora, pierde la UE. EE.UU. pisa más seguro. En 2017 superará a Arabia Saudí como primer productor de crudo y, en 2035, alcanzará la autosuficiencia energética
gracias, en parte, a la revolución del gas pizarra (shale gas).
Aunque la geopolítica de la energía no constituye la causa directa de los conflictos en Oriente Medio, es una pieza clave para entenderlos. Algunos minusvaloran su importancia en el caso sirio. «Si la guerra civil siria no ha provocado ya una crisis energética, una intervención estadounidense no cambiaría mucho las cosas», cree Guy Caruso, exresponsable de Energía de George W. Bush. Otros analistas lo ven, en cambio, como una guerra de oleoductos. «Parece que los intereses propios encontrados de Arabia Saudí y Qatar están determinando una política de EE.UU. en Siria centrada en el petróleo e igualmente interesada», opina Nafeez Ahmed, especialista británico en conflictos.
En este complejo mapa, Irán e Irak tienen sus propios planes. En febrero pusieron en marcha un acuerdo entre Damasco, Bagdad y Teherán para construir un gasoducto que lleve el gas iraní a Siria pasando por Irak. Ambos países contemplan con horror el uso de armas químicas y la creciente penetración yihadista en suelo sirio, pero la posibilidad de una Siria post-Assad dominada por sus facciones suníes les causa peores pesadillas.
El gran mapa estratégico de Oriente Medio está proyectado en la guerra siria. Y todos los grandes países de la zona saben que el equilibrio militar que allí resulte determinará sus opciones, energéticas en este caso. Las zonas kurdas del norte, bastión rebelde, concentran los yacimientos sirios. Pero las montañas alauíes del Oeste, terruño de los Assad, son lugar de paso obligado para todos los gasoductos en liza. Tras casi tres años de conflicto, no se puede descartar una partición del país como resultado final de la contienda. Un escenario que invalidaría cualquier diseño energético en la zona.